Los mercados globales registraron la semana pasada una importante volatilidad. La aparición de nuevas variantes del coronavirus fue uno de los disparadores. La expectativa que la crisis sanitaria iba a estar terminada a finales de 2021 o comienzos de 2022 empieza a ponerse en duda. Los rebrotes de casos en los países europeos y -en los últimos días- el anuncio de una nueva cepa de Sudáfrica dispararon las alarmas.

Las bolsas de Estados Unidos llegaron a marcar pérdidas de más del 2 por ciento en el índice Dow Jones y replicaron el comportamiento de las primeras etapas de la pandemia, cuando las acciones vinculadas con vuelos, hoteles y turismo registraron las mayores caídas. Multinacionales como Boeing dedicada a vender aviones bajaron por encima del 6 por ciento.

Las tecnológicas de Wall Street también se sumaron al retroceso de los activos bursátiles. Amazon, Google y Twitter no lograron despegarse de la volatilidad. Por el contrario las compañías que subieron de precio -y ayudaron a morigerar las pérdidas bursátiles en el cierre de la semana- fueron del sector salud. Pfizer avanzó casi 7 por ciento.

La incertidumbre fue generalizada y no impactó únicamente a las firmas de Estados Unidos. Grandes corporaciones europeas también recibieron los efectos de la ola de ventas de los fondos de inversión. Por ejemplo, el Deutsche Bank alemán llegó a perder más del 4.

Alemania es uno de los países del Viejo Continente que en las últimas semanas registró un fuerte avance de los contagios diarios de coronavirus. El jueves pasado se registró un pico de casos cercano a los 75 mil. A principios de octubre los contagios diarios eran 6 mil. En las olas anteriores los record de contagios no estaban por encima de los 15 mil.

La situación en menor medida parece replicarse en Francia y comienza a preocupar a España. Las medidas de control volvieron a la agenda de prioridades de las autoridades sanitarias. Desde el gobierno alemán adelantaron que el panorama es grave, que se requiere vigilar la evolución diaria de esta nueva ola y que posiblemente habrá más restricciones.

Por el momento una de las últimas decisiones de varios países europeos fue cerrar los vuelos provenientes de Sudáfrica. En ese país fue descubierta una de las nuevas variantes del coronavirus que provocó la alerta global. Se trata de una mutación que provoca sorpresa por la velocidad de su propagación entre la población en un plazo breve de tiempo.

La Organización Mundial de la Salud junto a científicos sudafricanos difundieron un comunicado asegurando que “trabajan a contrarreloj” para obtener resultados más concretos sobre esta nueva variante. Por ejemplo cuál es la efectividad de las vacunas a la nueva cepa. Algunos consideran que la combinación de mutaciones que se encuentran en esta variante le permite escapar con una mayor facilidad a los anticuerpos.

La incertidumbre de los fondos de inversión encuentra fundamentos en esto datos de contagio europeos y las tensiones de la nueva variante sudafricana. El efecto refugio de los inversores va más allá de las acciones y alcanza al precio de materias primas y también de otros derivados financieros como las criptomonedas. El barril de petróleo se desplomó más del 7 por ciento. Bitcoin y otros criptoactivos como Ethereum llegaron a marcar pérdidas de hasta al 10 por ciento.

En uno de los últimos artículos de Bloomberg se resumen la principal preocupación del mercado. Se menciona que si las nuevas olas de contagios se mantienen y es necesario volver a las medidas más estrictas de principios de la pandemia el mundo enfrentará un problema complejo de resolver. 

La desaceleración de la recuperación económica provocará una crisis. Se menciona que las autoridades deberán intentar recomponer los niveles de actividad al mismo tiempo que buscan hacer frente a la inflación. La tarea no es sencilla y muestra uno de los grandes desafíos globales para los próximos meses.