La ministra de Salud, Carla Vizzotti, anunció esta tarde que se comenzará a aplicar un "pase sanitario" para actividades consideradas de riesgo, como los eventos masivos y los eventos en espacios cerrados, para todas las personas mayores de 13 años. 

El acuerdo se alcanzó en el marco del Consejo Federal de Salud (Cofesa) y fue anunciado en conferencia de prensa en Casa Rosada. El "pase sanitario" es un instrumento que se aplicó en otras partes del mundo con el objetivo de estimular a la población a vacunarse o completar el calendario de vacunación. 

Vizzotti indicó que el "pase sanitario" será entregado a quienes hayan completado el esquema de vacunación contra el Covid-19 al menos 14 días antes de acudir a un evento masivo. 

Los detalles del nuevo pase se consensuarán entre la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia y las provincias, pero la ministra adelantó que será canalizada a través de la aplicación cuidar

Los antecedentes

Entre los antecedentes de pases sanitarios cabe mencionar los utilizados en la Unión Europea, con mayor rigor en Francia y en Italia; en grandes ciudades como Río de Janeiro y Nueva York, y en el Estado del Vaticano. 

En la víspera, el comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, propuso implementar  un "pase sanitario" comunitario, cuya validez fuera de nueve meses, a partir de enero de 2022. 

Según detalló Reynders, el certificado sería válido en los 27 países de la UE y en otros 24 países extracomunitarios, y encomendó a los Estados miembros "organizarlo lo antes posible". 

El límite de los nueve meses contempla no validar la inmunización más allá del período de efectividad probado de las vacunas vigentes, además de alentar a la población a completar los esquemas de vacunación originales, ya que hay países del viejo continente que solo tienen al 50 por ciento de sus ciudadanos inoculados.

La experiencia de Italia y Francia

A pesar de las movilizaciones de los grupos antivacunas, el pase sanitario impuesto por el presidente francés, Emmanuel Macron, logró impulsar la vacunación e incrementó el apoyo a la gestión del gobierno. 

El certificado sanitario entró en vigencia en Francia a principios de agosto y es requerido para ingresar a bares, restaurantes, cines, teatros, hospitales y trenes de larga distancia. 

Quienes no cuentan con el pase deben acreditar un test negativo de coronavirus de menos de 72 horas o certificado de test positivo de al menos once días y menos de seis meses. 

A pesar de las críticas a la medida, que es considerada discriminatoria por quienes no quieren vacunarse, Francia logró acelerar el ritmo de la vacunación con primeras dosis.

También en agosto, ante el avance de la variante Delta, Italia impuso el "Green Pass", como calificaron a su certificado, que también generó el rechazo de grupos de derecha y antivacunas.  

El "Green Pass" --que se otorga a quienes fueron vacunados o estuvieron contagiados de Covid-19 en los últimos 6 meses-- se utiliza en Italia para  entrar a las zonas cerradas de los restaurantes y bares, pero también para entrar a cines, teatros, gimnasios, piletas, museos, exposiciones, espectáculos al aire libre, congresos, termas y parques de diversiones entre otros.

Nueva York, Río de Janeiro y el Vaticano

En el Estado Vaticano el "green pass" se aplicó en sintonía con la legislación italiana, o sea, es entregado a personas vacunadas o recuperadas del coronavirus, trabajadores o visitantes. 

Según la ordenanza firmada por el presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, el cardenal italiano Giuseppe Bertello, el "pase verde" es obligatorio para "ciudadanos, residentes y personal en servicio" desde el 1 de octubre.

Los únicos exceptuados fueron los fieles que participaran de misas dentro de las Iglesias vaticanas, aunque solo "por el tiempo estrictamente necesario para la realización del rito" y cumpliendo las medidas de distancia física, uso de barbijo y limitación de aforo. 

Nueva York fue una de las grandes ciudades que aplicó más temprano el "pase sanitario" para limitar el acceso a los eventos masivos, restaurantes y gimnasios. 

En agosto, el alcalde, Bill de Blasio, dio una conferencia en la que fue contundente ante el avance de la variante Delta:  "La gente va a recibir un mensaje muy claro: si quieres participar plenamente en nuestra sociedad, tienes que vacunarte". 

El permiso sanitario neoyorkino, llamado "Key to NYC" ("Llave a Nueva York"), fue lanzado el 16 de agosto. 

Un mes después, quien fue noticia por no contar con el permiso sanitario en la "gran manzana" fue el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien tuvo que comer en la puerta de una pizzería mientras visitaba la ciudad durante la Asamblea General de la ONU. 

Precisamente, en Río de Janeiro, la gran ciudad turística de Brasil, tuvo que intervenir el Supremo Tribunal Federal (STF) para reponer la vigencia del pase sanitario que obliga a estar vacunadas contra el coronavirus a quienes quisieran visitar centros turísticos y otros lugares cerrados, luego de que un juez hubiera anulado el permiso comparándolo con la persecución que sufrieron los judíos en la época de Hitler.

Sin embargo, el titular del STF, Luiz Fux, a principios de octubre, revocó la decisión por considerar que las medidas de combate contra la pandemia, como el pase sanitario, incumbían a la Alcaldía. "Esta es una ciudad turística, que quiere celebrar fin de año, carnaval y el verano con los hoteles llenos", ponderó entonces el alcalde Eduardo Paes al saludar la decisión del STF.