El clima del Monumental fue una fiesta, que mezclaba emociones: por un lado, la continuidad de la celebración del título y el presente del equipo. Por otro, la nostalgia por la partida de Leonardo Ponzio. Y en el medio, la particular situación de Marcelo Gallardo, entre el agradecimiento por lo logrado con sabor a despedida y un clamor popular para que continúe el próximo año. En ese contexto hubo un partido, en el que River amagó con resolver por goleada, pero sin la intensidad competitiva por el resultado lo terminó perdiendo de manera inesperada.

El primer tiempo lo jugó el campeón: presión para recuperar la pelota, movilidad para ofrecerle pase al compañero, intensidad para atacar y profundidad para llegar al área rival. El gol de Enzo Fernández fue una muestra del poder de fuego de River, que se fue al descanso con una ventaja corta por lo mostrado por ambos equipos. 

El problema para el conjunto de Gallardo es que el clima festivo pareció relajarlo, ecuación peligrosa ante un rival intenso y profundo como Defensa. Entonces, en una corrida de Rotondi, bien habilitado por Soto, por el medio llegó Bou para anotar el empate que inició otro partido.

Es que River no tenía la concentración necesaria y los de Florencio Varela se dieron cuenta que sus ataques a fondo complicaban a la defensa del campeón. Fue por eso que se armó un interesante ida y vuelta, con el local generando ocasiones, pero con plena conciencia de que un error le podía costar el partido. En una ráfaga, Merentiel adelantó a los visitantes, pero casi de inmediato Braian Romero puso el empate que parecía definitivo.

Sin embargo, Paredes, jugador de River a préstamo en Defensa, se tuvo confianza y, gracias a una reacción poco feliz de Armani, marcó el tanto para los de Varela, que siguen soñando con el subcampeonato y están cada vez más cerca de regresar a la Copa Sudamericana, el torneo que marcó el pico máximo de su historia. Para River, la noche terminó siendo agridulce, con una derrota que no duele demasiado, pero sin la certeza de la continuidad de Gallardo, por el momento la mayor preocupación de los hinchas.