Por primera vez dentro del ciclo de charlas de Soci@s de Página/12, la periodista y docente Sandra Russo conversó con los miembros de la comunidad sobre la marca de época del periodismo y la crisis que atraviesa, la estrategia comunicacional de la derecha y el impacto de la digitalización y concentración de los medios de comunicación en la construcción de una realidad sesgada, fragmentada y distorsionada. 

Acá algunos pasajes destacados de la charla: 

No se está haciendo periodismo en la Argentina, pero tampoco en el mundo. Es una época en la que la profesión está absolutamente en crisis, porque los dueños de los medios concentrados nos usan a los periodistas para aparentar que se dedican al periodismo cuando en realidad el interés principal de los medios suele ser otro, sobre todo en los medios concentrados que tienen otros intereses económicos.

La asociación es un ejercicio básico para mí y tiene absolutamente que ver con la importancia política de la escritura porque estamos viviendo en una época donde todos los hechos son fragmentarios, donde no se hacen más coberturas y todo está altamente distorsionado.

Siempre propongo, porque me parece que da una escritura mucho más fluida,  interesante y personal, es la mixtura entre recursos narrativos y recursos periodísticos; pero lo que no puede variar nunca es el contrato.

La extrema derecha lo que está haciendo es romper todas las lenguas, que son los contratos que tiene la gente con la realidad, porque nos comunicamos a través del lenguaje y, si no estamos de acuerdo en qué significa una palabra, ahí vienen los problemas. Sería todo mucho más claro si ese aparato del lenguaje estuviera intacto y, por ejemplo, todos entendiéramos lo mismo al referirnos a la libertad o a una dictadura,  pero ya vemos que no. Por el contrario, hay defensores de la dictadura que se dicen libertarios. La estrategia de la extrema derecha es apropiarse de las palabras. 

El mundo digital en el que estamos todos sumergidos, lo elijamos o no, es un mundo numérico sin relato. Con nuestras vidas digitalizadas lo que estamos haciendo es dejarnos petardear la psiquis por datos desconectados los unos de los otros, se nos priva del contexto, se nos priva de la existencia de muchos territorios y no tenemos la menor idea de lo que está pasando. Eso no es inocente, todo el dispositivo periodístico está dispuesto para que accedamos a información fragmentada. 

Byung-Chul Han en No-cosas dice que el bombardeo informativo no es informativo sino deformativo. Es central que lo entendamos para no caer en la trampa de la falta de contexto. Los quema-barbijos, los antivacunas, los votantes de Milei salen de esta deformación que Byung-Chul Han ubica en la digitalización, y es posible que tenga mucho que ver, pero también tiene mucho que ver la concentración mediática, los poderes reales y, sobre todo, la agonía del capitalismo.

Necesitamos mentes que sean capaces de conceptualizar realidades que podamos identificar como verdad y que nos ayuden a pensar en el medio de esta tormenta de confusión en la que nos metieron, que no es inocente, que tiene causas económicas e ideológicas.  Nos quieren confundidos, fragmentarios y sin poder asociar una cosa con la otra, precisamente por todo esto es que la escritura tiene una enorme importancia política.

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