La inflación de noviembre fue de 2,9 por ciento, lo que representa una desaceleración de 0,4 puntos porcentuales respecto al 3,3 por ciento registrado en octubre, según la medición de la UMET (Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo). De este modo, la inflación acumula un 45,4 por ciento en lo que va del año y un 51,2 por ciento en los últimos doce meses. Con estos números, para que la inflación no supere el 50 por ciento la tasa de variación de precios de diciembre debería ser inferior al 3,2 por ciento.

El Indec difundirá este martes el dato oficial de noviembre. En octubre había sido de 3,5 por ciento.

Para la UMET, los aumentos de noviembre estuvieron traccionados en primer lugar por Recreación y Cultura (5,7 por ciento), lo cual se explica por subas promedio cercanas al 25 por ciento en paquetes turísticos para viajar en el país y en el exterior. Después, Indumentaria y Calzado que trepó un 5,2 por ciento, en el marco de la cercanía con las fiestas de fin de año. Y, finalmente, Transporte que se encareció un 4,4 por ciento, impulsado por subas de pasajes de avión y en el precio de las motos 0km.

Por debajo del nivel general, el informe muestra en primer lugar a Alimentos y Bebidas (+2,8 por ciento). En este caso las subas se explican en gran medida por las carnes, que treparon 8 por ciento en el mes y cortaron con cinco meses de relativa estabilidad de precios. En particular, sobresalieron las subas en asado (14,2 por ciento) y en pollo entero (18,6 por ciento). 

Las bajas del 7,9 por ciento en las verduras, productos de una estacionalidad favorable principalmente en el tomate, que retrocedió 33,2 por ciento, permitieron atenuar las alzas promedio de los alimentos. Lo mismo sucedió con las subas moderadas de lácteos (0,5 por ciento), aceites y grasas (0,6 por ciento) y bebidas alcohólicas (0,9 por ciento), en donde repercutió el congelamiento de precios hasta el 7 de enero establecido por el Gobierno a fines de octubre. 

Equipamiento y mantenimiento del hogar se encareció 2,3 por ciento en noviembre. Jugó a favor la estabilidad de precios (0,2 por ciento) de los electrodomésticos, la cual fue parcialmente contrarrestada con fuertes alzas en muebles (6,8 por ciento). 

En tanto, Salud subió 2,2 por ciento en noviembre, en un mes en el que las prepagas no tuvieron movimientos y los medicamentos subieron 2,3 por ciento promedio. Las mayores alzas vinieron por el lado de las consultas médicas (3,5 por ciento). Educación se encareció 1,5 por ciento en noviembre, con las mayores subas registrándose en útiles escolares y textos. Comunicaciones (1,2 por ciento), Otros bienes y servicios (1 por ciento) y Vivienda (0,9 por ciento) fueron los ítems de menores aumentos. En este último caso, el congelamiento tarifario continúa repercutiendo en una reducida inflación del sector.

El informe de la UMET contabiliza, a la par de la suba de precios, el impacto sobre el poder adquisitivo. "El salario real del sector privado formal muestra una leve y gradual recuperación en los últimos meses", explica el informe. En septiembre -último dato disponible- el salario real del sector privado formal anotó la tercera suba consecutiva, ubicándose en el mayor valor desde el inicio de la pandemia y 2,8 por ciento por encima de diciembre de 2019. No obstante, y dado que en los primeros meses del nuevo gobierno el salario real había subido 4,2 por ciento, todavía no se terminó de recomponer lo que se perdió en los primeros meses de la pandemia.

"La muy gradual mejora del poder adquisitivo de los últimos meses ha ido de la mano con la mejora en otros dos indicadores relevantes del mercado laboral: la cantidad de puestos de trabajo asalariados formales en el sector privado y la tasa de suspensiones", concluye el informe.