Trabajadores de prácticamente todas las ramas sindicalizados en la CGT, y trabajadores informales, agricultores familiares, recicladores urbanos, cooperativistas y changueros, organizados en movimientos sociales, juntaron fuerzas ayer y desbordaron Plaza Congreso y sus alrededores para exigir la sanción de la ley de Emergencia Social y el cese de los despidos. “Venimos a decirle al Gobierno que deje a un lado los justificativos, la excusa de la pesada herencia, y que la termine con los despidos. Queremos trabajo digno y salario justo para los trabajadores informales, porque el ajuste está tocando las puertas de nuestras familias”, sintetizó el reclamo Juan Carlos Schmid, uno de los tres jefes de la CGT unificada. “Se terminó el tiempo de espera, queremos respuestas ya”, dejó como advertencia otro de los miembros del triunvirato, Carlos Acuña. El fantasma de un fin de año conflictivo, con veto presidencial incluído, caracterizó la convocatoria.
Los dirigentes hablaron desde un escenario únicamente vestido con los rostros de Juan y Eva Perón y una bandera con la consigna de la jornada, “Unidad para la justicia Social”, montado de espaldas al Congreso y de cara a una marea humana desplegada a lo largo de la Plaza del Congreso hasta la avenida 9 de Julio. Las columnas, innumerables, ocuparon también toda la extensión de avenida Entre Ríos, desde el palacio legislativo hasta Independencia, y por Callao hasta llegar a Corrientes. Todo el cuadro tomó la forma una “T”, que paralizó el centro por varias horas. La concurrencia, estimada en “más de 200 mil personas”, y el carácter de su composición –donde radicó su espesor político– fue calificada de “histórica” por los oradores.   
Ante semejante multitud, los referentes de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y Barrios de Pie, enviaron un mensaje en dos direcciones: a los diputados, para que apuren el tratamiento del proyecto la semana que viene, y al Ejecutivo, que dejó trascender en los últimos días que de ser necesario Macri apelaría al veto para frenar la concreción del reclamo, tal como lo hizo en mayo con la ley antidespidos. “Si el Presidente decide darnos la espalda, seguiremos, como lo hicimos siempre, ganando las calles durante todo diciembre”, advirtió el referente de Barrios de Pie, Daniel Menéndez.  

Emergencia Social


“Los gorilas dicen que la emergencia social no tiene que aprobarse porque va en contra de la generación de empleo de calidad, como suele repetir Macri. ¿Cómo les decimos a los campesinos de Santiago del Estero, reprimidos en las disputas por la tierra, que hay que esperar a que este Gobierno genere empleo de calidad? No es cierto, compañeros, es una vil mentira”, sostuvo el referente de la CTEP Esteban Castro. Le contestaba a senadores de Cambiemos que intentaron frenar la iniciativa el miércoles, cuando obtuvo media sanción en el Senado.
Las organizaciones apuntan los cañones a la sesión extraordinaria que podría convocarse en Diputados para el miércoles o el jueves próximo, ocasión en la que volverán a movilizarse desde la iglesia San Cayetano de Liniers, como lo hicieron en agosto. En la Cámara baja, si los tiempos acompañan –el diputado Leo Grosso, del Movimiento Evita, denunció que la presidenta del Senado, Gabriela Michetti, intenta cajonear el proyecto especulando con el cierre del período de sesiones– las organizaciones esperan también a debatir otros tres proyectos para financiar la ley, que necesita poco más de 40 mil millones de pesos para poder aplicarse (ver página 5).
Hubo muchos legisladores y dirigentes políticos acompañando la movilización sindical. Estuvieron los diputados del Frente Renovador Felipe Solá y Facundo Moyano, la diputada de Libres del Sur, Victoria Donda, y el jefe del bloque del FpV, Héctor Recalde. También se hicieron presentes y sumaron su apoyo los intendentes peronistas Gabriel Katopodis (San Martín) y Verónica Magario (La Matanza), el presidente del PJ bonaerense, Fernando Espinoza, y el senador Juan Manuel Abal Medina. Todos ellos tuvieron una silla cerca de la prensa y frente al escenario, reservado para el consejo directivo de la CGT y referentes de los movimientos, como Emilio Pérsico y Gildo Onorato, ambos del Movimiento Evita.  
“Si quieren saber cómo financiar esta ley, se lo decimos nosotros: del juego, el sistema financiero y las empresas petroleras y eléctricas”, señaló el referente de la CCC, Juan Carlos Alderete. “Vamos a seguir en la calle, porque no queremos ser los únicos que pagan el ajuste”, dijo.

Unidad Histórica   


Fue Schmid el que se encargó de describir, desde el escenario, el mar de trabajadores que se extendía por toda la plaza. “A mi derecha están los trabajadores en blanco, con obra social, con las 8 horas de trabajo, el aguinaldo y la cobertura social. Y a mi izquierda, los que pelean por tener esos derechos”, dijo. Sobre Yrigoyen, entrando por Entre Ríos, se ubicaron las columnas de Camioneros, la Uocra, la UOM, UPCN y medio centenar de gremios más chicos como los de la marina mercante, encargados de edificios, calzado, perfumistas y alimentación, entre otros. Las banderas de las seccionales indicaban que llegaron en su mayoría desde el conurbano: Lanús, Avellaneda, Tres de Febrero, La Matanza, San Isidro, San Fernando. Por Rivadavia se encolumnaron los recolectores del MTE, las organizaciones campesinas del interior y los militantes de base de Barrios de Pie, CCC y el Evita. También dio el presente la Corriente Sindical Federal y algunos gremios enrolados en la CTA de Hugo Yasky.
“Durante muchos años criticaron a la CGT por desconocer la realidad de miles de trabajadores informales y desocupados. Algo de razón había en ese señalamiento. Pero respondía a que había trabajo: a esa realidad social es a la que queremos volver”, sostuvo Schmid, autocrítico, al referirse al proceso de unidad encarado por la central unificada y los movimientos sociales, formalizada dos meses atrás. “Esta plaza masiva va a quedar en la historia”, aportó Acuña.

Navidad en Paz


“Hay que reconocer que este Gobierno nos atiende bien en los despachos oficiales. El problema es que no da respuestas”, ironizó Alderete, antes de señalar que “los desocupados, los campesinos pobres y los cooperativistas” están “agobiados” por las políticas económicas. Schmid, más tarde, habló de que “está crujiendo el tejido social de la Argentina” y responsabilizó por los índices de pobreza “a todos los gobiernos en 33 años de democracia”. “Vamos a negociar, pero también a confrontar”, amenazó, “si el Gobierno no hace nada para que miles de trabajadores tengan un pan sobre la mesa en navidad”.

Informe: Matías Ferrari.