La tensión militar resurgió este jueves en la región del Donbass con un intercambio de ataques entre el ejército ucraniano y las milicias separatistas prorrusas, una situación que amenaza con echar por tierra la ilusión de una desescalada bélica en la región. En el este de Ucrania, un jardín de infantes fue bombardeado y siete personas resultaron heridas. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, siguió avivando el conflicto al asegurar que Rusia planea invadir a Ucrania "en los próximos días", mientras que Moscú volvió a rechazar esa acusación y expulsó al número dos de la embajada estadounidense en respuesta a la exclusión de uno de sus diplomáticos.

Bombardeo a un jardín de infantes

El alto el fuego en el Donbass, región ubicada en la frontera este entre Ucrania y Rusia, se viene incumpliendo desde que se instauró en 2015 con menores o mayores incidentes. "Es un día intranquilo en el frente. Los ataques de artillería han causado heridos entre militares y civiles y ocasionado daños en la infraestructura", informó en su página de Facebook el jefe de la administración cívico-militar de la región de Donetsk controlada por Kiev, Pavel Kirilenko.

Las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL) aseguraron que el ejército ucraniano atacó con fuego de morteros las inmediaciones de nueve localidades bajo su control, según la agencia de los separatistas prorrusos DAN. Por su parte, el ejército ucraniano acusó a los rebeldes de haber quebrantado el alto el fuego en 34 ocasiones, en 28 de las cuales se habrían utilizado armas pesadas.

Según las fuerzas armadas de Kiev, dos soldados ucranianos y cinco civiles resultaron heridos, incluyendo tres adultos en el ataque a un jardín de infantes de Lugansk, una ciudad controlada por los rebeldes. "En el momento de la explosión, los niños estaban desayunando", dijo Natalia Slessareva, empleada del establecimiento, agregando que "si la explosión se hubiera producido 15 minutos más tarde, las consecuencias podrían haber sido catastróficas".

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, denunció que los bombardeos eran una "provocación" y el primer ministro británico Boris Johnson acusó a Moscú de querer "desacreditar" a Kiev para justificar una invasión. Los separatistas de Lugansk, por su parte, acusaron a Ucrania de haber aumentado el número de bombardeos con armas pesadas para "empujar el conflicto hacia una escalada".

Más de 14 mil personas han muerto en combates entre el ejército ucraniano y las milicias, que controlan dos provincias, Lugansk y Donetsk, en esa región de Ucrania conocida como Donbass, donde se habla ruso. Las milicias se levantaron en armas en rechazo al derrocamiento del anterior gobierno ucraniano por una ola de protestas en 2014 y su reemplazo por el actual, que es antirruso.

Biden insiste con un inminente ataque ruso

El presidente Joe Biden consideró este jueves que la amenaza de invasión de Ucrania por parte de Rusia es "muy alta" y apuntó a la posibilidad de que se produzca "en los próximos días". En declaraciones a la prensa en la Casa Blanca antes de partir de viaje al estado de Ohio, el mandatario estadounidense agregó que, en cualquier caso, "aún es posible" una solución por la vía diplomática.

Biden señaló que Rusia "no ha movido sus tropas hacia fuera, las está moviendo hacia dentro" y remarcó que Estados Unidos tiene razones para pensar que los rusos están envueltos en una operación de "bandera falsa", es decir, buscando un pretexto para entrar en territorio ucraniano.

Rusia estará "obligada a actuar" si no hay respuesta

Por su parte, Rusia le respondió por carta a Estados Unidos sobre las demandas de seguridad que Moscú ha planteado para frenar la expansión de la OTAN hacia las fronteras rusas, y advirtió que se verá obligada a reaccionar a través de medidas "técnico-militares" en caso de que no haya disposición por parte de Washington a negociar garantías de seguridad en Europa.

Moscú admite que Occidente está dispuesto a iniciar un diálogo sobre el control de armas y reducción de riesgos militares, pero subraya que prefiere dar con una "solución integral" a los asuntos de seguridad que plantea. En la carta a Estados Unidos, Rusia reiteró que no tiene planes de invadir Ucrania y "nunca los ha tenido". A su vez, Moscú volvió a reclamar "la retirada de todas las fuerzas y armamento de Estados Unidos desplegados en Europa Central y Oriental, en Europa del Sureste y en los Países Bálticos". 

Embajador expulsado

La tensión diplomática entre ambas potencias subió de tono tras la expulsión del número dos de la embajada de Estados Unidos en Moscú, Bart Gorman. Ante esta medida "no provocada" que el gobierno de Estados Unidos ve como un paso en la escalada de tensiones bilaterales, Washington remarcó que "ahora mismo, más que nunca, es fundamental" que los dos países tengan "el personal diplomático necesario para facilitar la comunicación".

El ministerio de Exteriores de Rusia justificó este jueves la expulsión de Gorman como una reacción simétrica a la expulsión de un alto funcionario de la misión diplomática rusa en Washington.