La Empresa Nacional de Alimentos es un proyecto que aún no cuenta con muchas precisiones pero sí con posturas a favor y en contra. Lo puso en la escena pública por primera vez Rafael Klejzer, el director nacional de Políticas Integradoras del Ministerio de Desarrollo Social y lo mencionó como posibilidad la portavoz del gobierno, Gabriela Cerruti. Klejzer menciona como primer paso dar escala a las empresas público-privadas de productores que ya existen. PáginaI12 hizo foco en algunas de ellas para entender cómo funcionan a nivel local y la posibilidad de proyección nacional.

"Se trata de fortalecer empresas público-privadas que ya existen", afirma Klejzer en diálogo con PáginaI12. Se refiere a las sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria (Saem) que dependen de ministerios de producción provinciales y producen alimentos, harinas, aceites. Hay frigoríficos, plantineras, agropecuarias. También están las que se dedican a otros sectores no alimenticios. "Producen alimentos para llegar a donde no llega el mercado y abaratar el precio. Además, nos acerca en la lucha por conseguir la soberanía alimentaria", asegura Klejzer.

Existen muchas empresas dedicadas a la producción alimentos, aunque les falta escala. Un caso paradigmático es el de Sol Puntano, la Saem alimenticia de San Luis. La empresa se creó en 2008 y funcionó hasta 2018 como escuela experimental, en la que las y los productores de la provincia podían aprender cómo plantar los productos nativos.

Desde 2018, comenzó la producción y cuentan con tres frigoríficos donde trabajan carnes puntanas: un frigorífico Ciclo I de cerdos, otro Ciclo II de destrozado y empaquetado de carnes y un tercero adquirido recientemente. Luego realizan venta directa en las ferias o a carnicerías. También cuentan con 300 hectáreas donde cultivan frutas y verduras, olivos, viñedos. Operan una fábrica de dulces donde agregan valor a frutas y verduras. Salsas de tomate, aceite de oliva, mix de frutos secos.

La empresa cuenta con más de 50 empleados y vende a precios más bajos que los del mercado. Ofrecen verduras un 15 por ciento menores a los valores de verdulería. "En el caso de las uvas, por ejemplo, se consiguen a 100 pesos las que vienen desde Mendoza y acá se consiguen entre 85 y 90 pesos", cuenta el ministro de Producción de la provincia Juan Lavandeira.

Sin embargo, les falta escala. De acuerdo al ministro de Producción, San Luis necesitaría de 2000 hectáreas para autoabastecersede hortalizas y cuenta apenas con 200. Sol Puntano tiene un predio de 300, pero no todo el territorio está en condiciones de ser explotado. "Hay que hacer obras hídricas para llevar agua para la producción, y adquirir otros predios en el interior de la provincia para impactar en la demanda e influir en el precio", asegura Lavandeira.

En La Rioja y con el lema "sabor natural en las comidas", Agroandina fue la primera Sapem que impulsó el gobierno riojano desde mediados del 2009. El tomate es el corazón de esta sociedad, que emplea a 140 personas en dos plantas industriales en Chilecito y en la capital. El tomate es también una de las verduras que más consumen los argentinos: 16 kilos per cápita en promedio. La empresa aporta el 11 por ciento de la producción nacional. El tomate es pasta, es puré, es pulpa, viene triturado, cubeteado y en peritas. También venden lentejas, porotos, garbanzos y arvejas, y productos listos para comer como carbonada y guiso de lentejas.

Klejzer menciona el caso de Ceret en La Pampa: "Hay una empresa que compra en los tambos la leche en la Pampa, la lleva 600 kilómetros a General Rodríguez y vuelve otros 600 kilómetros hasta La Pampa para que llegue en forma de sachet, es decir hace 1200 kilómetros", explica. Para agregar que "mientras tanto hay una empresa productora, que se llama Ceret, que tiene en General Pico el 50 por ciento del mercado porque lograron sacar una leche local en sachet riquísima. De eso hablamos, de empresas públicas provinciales ganando escala a nivel local. La leche no puede viajar 1200 kilómetros y que no quede nada en la provincia, cuando las vacas son de la provincia". 

En tanto, el Gobierno evalúa cómo afrontar la suba del precio de los alimentos y un estudio de CEPA observa la dinámica alcista del precio de la carne en febrero. El 16 de este mes, el precio alcanzó 286,80 pesos para el novillo de 300/390 kilogramos, es decir, 14,2 por ciento de aumento respecto al 28 de enero de 2021. 

El incremento del precio del kilo vivo nuevamente presenta un salto sensible, muy por encima incluso de la inflación estimada para febrero. Este impacto puede verse reflejado y traccionar hacia arriba el Indice de Precios al Consumidor que publicará el Indec el mes que viene.