Acaba de morir en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, el asesino del Che Guevara. Veamos en qué circunstancias se produce la letal intervención del sargento del ejército boliviano Mario Terán Salazar aquel 9 de octubre de 1967:

1) En pleno combate contra la guerrilla en la quebrada del Churo los soldados bolivianos Balboa y Encinas observan que uno de los rebeldes arrastra a un compañero herido y les intiman rendición. Son las 3.30 de la tarde. Uno de los apresados es el Che Guevara, el otro es Willy Cuba, combatiente boliviano quien ha intentado heroicamente proteger a su jefe herido de un balazo en el muslo. Otro soldado recuperará el fusil dañado del Che, inutilizado por un disparo, que lleva la inscripción ‘Lan Div. United 744.520’ y en su culata es visible una ‘D’ mayúscula.

2) El capitán Gary Prado, a cargo del destacamento, anuncia la novedad por radio a La Higuera a "Morocho" (subteniente Totti Aguilera) quien operaba el equipo de comunicaciones GRC-9 y ordena que se comunique la novedad al mayor Ayoroa, jefe de los rangers bolivianos entrenados por la CIA, y se transmita al Comando de la Octava División en Vallegrande donde se encuentra "Saturno", el comandante de la Octava Divisón, Coronel Joaquín Zenteno Anaya.

3) Luego de pedir confirmación de tamaña noticia, "Saturno" ordena a "Flaco" (capitán Prado) trasladarse con muertos, heridos y prisioneros a La Higuera, distante dos kilómetros. A su vez Prado ordena levantar la operación militar hasta el día siguiente dejando guardias apostadas para impedir la fuga de los guerrilleros que aún estuviesen ocultos en la quebrada y regresa a La Higuera.

4) Muere el guerrillero cubano "Pacho" desangrado y sin asistencia durante el camino. El dìa anterior en su diario dejó constancia de que había liberado una mariposa de una telaraña.

5) El coronel Selich es el primer alto oficial que aterriza a bordo del helicóptero LS-4 en La Higuera. No es su área de mando pues es comandante del Regimiento de Ingenieros Número 3, pero, conocedor de la zona, lo hace para orientar al piloto, mayor Jaime Niño de Guzmán, en sus futuros vuelos.

6) El Che y Willy son alojados en la humilde escuela del villorrio, construida en adobe y con techo de paja, que tiene dos habitaciones apenas separadas por un tabique de madera.

7) Prado organiza un sistema de seguridad para custodiar a los prisioneros, teme una acción de rescate por parte de los guerrilleros que no han podido ser capturados, un oficial deberá estar siempre en la habitación y dos soldados en la puerta. Ordena al teniente Totti Aguilera que vende la herida de Guevara. Este suboficial contará al periodista R. Ustáriz Arce que la respiración del prisionero “era dificultosa, comenzaba a roncar, parecía como si se le tapara la respiración, no podía dormir, se sentaba”. Era la compañera de toda su vida, el asma.

8) El mayor Ayoroa ordena al Che que se ponga de pie para palparlo. El militar boliviano, en nuestro diálogo en Santa Cruz de la Sierra, me cuenta: “No llevaba nada encima, salvo un huevo duro”, seguramente su alimento para todo el día. Está descalzo y pesa veinte kilos menos. El Che se limitará a preguntar por sus hombres, “son buena gente, en estos momentos podrían estar viviendo cómodamente, con sus familias”.

9 ) Guevara es despojado de sus pertenencias que son acumuladas en la habitación del telegrafista: su diario de campaña, libros de historia y geografía bolivianas, mapas por él actualizados de la zona, su documentación personal, un altímetro que colgaba de su cuello, una pistola alemana calibre 9 mm. PPK Walter 45 con cargador, una daga "Solingen", dos pipas (una de fabricación casera), una carterita con dinero: 2500 dólares y 20.000 pesos bolivianos (que será repartido entre los oficiales ).

10) Julia Cortés es una joven maestra del pueblo de 19 años que ingresa en la escuelita "para preguntarle por qué había venido de tan lejos para matar bolivianos", me contará muchos años después en su vivienda de Vallegrande donde ejerce como partera. ‘Me lo imaginaba feo, con un aspecto temible, en cambio cuando estuve frente al Che y nos miramos me pareció un hombre increíblemente bello. Quedé flechada".

11) Más tarde otros de los que desfilan para observar al mítico guerrillero que yace sobre el suelo agotado, sucio, deprimido, asfixiado, comentarán burlonamente “está pensando en la inmortalidad del burro” a lo que Guevara responderá, rápido, “no señor, no estoy pensando en eso, estoy pensando en la inmortalidad de la revolución, esa que tanto temen aquellos a quienes ustedes sirven”.

12) Cuando le correspondió el turno de guardia al teniente Eduardo Huerta, un joven de 22 años de edad y miembro de una familia destacada de Sucre, el Che conversaría largo rato con él. El oficial boliviano me contará que la mirada del Che lo había impresionado, tanto que llegó a sentirse casi hipnotizado. El prisionero le habló de la miseria en que vivían los pueblos latinoamericanos y de la necesidad de una revolución que cambiase las cosas. También sobre el trato respetuoso que los guerrilleros daban a sus prisioneros, tan diferente al que recibían los capturados por el ejército.

13) El presidente de Bolivia, Barrientos, convoca en la noche del 8 de octubre de 1967 a una reunión militar del más alto nivel en La Paz. Ingresa con sus Jefes de Estado Mayor y Comandante en Jefe del Ejército, generales Ovando y Juan José Torres, una pequeña sala de exposiciones en la sede militar. Después de una grave conversación plantea el punto de la eliminación física del Che. Lo expuso como decisión seguramente consultada con la embajada de los Estados Unidos. Concluida la reunión se envía una instrucción cifrada a Vallegrande.

14) A las 7 de la mañana llega el coronel Zenteno a La Higuera trayendo personalmente la orden de eliminar al Che.

15) En el helicóptero, además del coronel Zenteno y del piloto Niño de Guzmán, llega Félix Rodríguez, cubano anticastrista, el agente de la CIA cuyo nombre ficticio es "capitán Ramos". El informe secreto de la CIA que lleva la identificación en español “Inspector General- 15 2015”, especifica que "Ramos" lo acompaña “para interrogar a Guevara”. Señala también que lleva consigo “un radio-trasmisor RS-48”.

16) Zenteno transmite la orden de matar al Che al mayor Ayoroa. Este argumenta que no es una orden que el reglamento militar obligue a obedecer y propone que esté a cargo de alguien que se ofrezca voluntariamente.

17) El falso "capitán Ramos" tiene un violento diálogo con el Che del que será testigo el piloto Niño de Guzmán: “El supuesto capitán entró en la habitación y acercando su cara hasta casi tocar la del Che, en una actitud prepotente, le preguntó: “¿Tú sabes quién soy?”. Guevara lo miró y le dijo. “Sí, un traidor”, y lo escupió en la cara”.

18) Zenteno convoca a los suboficiales y pide voluntarios para matar a los prisioneros. Todos se ofrecen. Entonces entra en escena el sargento Mario Teràn. Zenteno, al azar pues no lo conoce, lo elige para ejecutar al Che. El sargento Huanca se encargarà de Willy Cuba.

19) Pero pasará el tiempo y el coronel Zenteno se enontrará en un aprieto: la noticia ha corrido como reguero de pólvora y se están reuniendo periodistas y funcionarios en Vallegrande para recibir el cadáver del Che pero éste está todavía vivo en La Higuera. En el informe desclasificado de la CIA puede leerse: “Le dijo (a Félix Roríguez) que ejecutara a Guevara de cualquier forma, que él (Zenteno) debía volar hacia Vallegrande y que enviaría el helicóptero de regreso para recoger el 'cuerpo’ (con comillas en el informe) de Guevara a las 2 p.m. y que ‘como amigo’ le pedía que el cuerpo estuviese listo”.

20) Al no estar Zenteno, Selich, Ayoroa ni Prado el oficial de más alta graduación, aunque falsa ,es el "capitán Ramos". Convoca a Terán y le ordena balear al Che de la cintura para abajo para seguir con la ficción del "muerto desangrado por heridas recibidas en combate" pues las radios han difundido que fue herido en las piernas.

21) El sargento Terán, un hombre sencillo, semianalfabeto al que el destino ha elegido para una acción que sospecha con consecuencias, ha estado buscando un arma mejor que la suya. No es cierto que se haya emborrachado, y mucho menos con whisky como inventa algún biógrafo, inhallable en un lugar donde me fue imposible, más de treinta años después, tomar una CocaCola. Pero lo cierto es que le cuesta mucho apretar el gatillo y entra y sale de la habitación no menos de tres veces, sufriendo el escarnio de sus colegas que se burlan de su cobardía que contrasta con la decisión del sargento Huanca.

 

22) El Che le dirá a su verdugo, entre provocativo y sereno, "Dispara cobarde, vas a matar a un hombre". Y su apelación al verdugo es inevitable asociarla con aquel "Ve y cumple con lo que debes hacer" de Jesús a Judas.