Rusia emplazó a Ucrania a responder por escrito hasta el lunes a sus propuestas "puramente humanas" para "salvar a los habitantes y la infraestructura" de la disputada ciudad ucraniana de Mariupol, que además fue objeto de denuncias cruzadas entre los dos países. Moscú justificó su ultimátum en el supuesto "terror masivo" provocado por nacionalistas ucranianos, después de que las autoridades de la ciudad denunciaran un nuevo bombardeo ruso contra un establecimiento en el que se refugiaban civiles. El gobierno de Ucrania rechazó el pedido de Rusia y lo tildó de "delirio". El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, le pidió este domingo a Israel que "tome una decisión" y apoye a su país frente a Rusia, en un discurso por videoconferencia en el que evocó el Holocausto ante los miembros del Parlamento israelí. 

"La peor catástrofe humanitaria"

"Insistimos en la respuesta oficial de la parte ucraniana por escrito antes de las cinco de mañana del 21 de marzo, a todas las propuestas enumeradas, puramente humanas, de Rusia, para salvar a los habitantes y la infraestructura de Mariupol", afirmó el jefe del Centro Nacional de Gestión de Defensa de Rusia, Mijail Mizintsev. El funcionario agregó que Moscú invitó a representantes de la ONU, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y la Cruz Roja a "acompañar la operación que tendrá como objetivo evacuar a los civiles", según la agencia rusa de noticias Sputnik.

Mizintsev sostuvo que, en los últimos tres días, las fuerzas rusas que invadieron Ucrania evacuaron a 59.304 personas de Mariupol, donde todavía quedaban alrededor de 130 mil civiles "rehenes" de milicias nacionalistas ucranianas. El funcionario dijo que en esa ciudad "los nacionalistas ucranianos" provocaron "la peor catástrofe humanitaria" al desatar "un terror masivo en los barrios que aún controlan" una vez que comprobaron "la imposibilidad de que Kiev les proporcione ayuda".

Las declaraciones de Mizintsev se produjeron horas después de que las autoridades de Mariupol informaran que un bombardeo ruso alcanzó una escuela de arte donde se habían refugiado unas 400 personas. El gobierno municipal dijo que el establecimiento fue destruido por el ataque y que podría haber personas bajo los escombros, aunque no reportó víctimas.

La viceministra y jefa del Ministerio de Transportes y Comunicaciones de Ucrania, Iryna Vereshchuk, dijo al diario digital Ukrayinska Pravda que el ministerio de Defensa de la Federación Rusa envió una carta a Kiev de ocho páginas "que son un regreso a la historia y un delirio". "Enviaron la misma carta a la ONU, al Comité Internacional de la Cruz Roja y esperaban que las organizaciones internacionales reaccionaran y comenzaran a presionar a Ucrania. Esto no sucederá. El CICR y la ONU entienden que es una manipulación de Rusia y que está tomando personas como rehenes", aseguró Vereshchuk.

La situación en el frente

Pese a este escenario de desacuerdo entre ambas partes, las autoridades ucranianas informaron de cierta calma en el frente este domingo. "El frente está prácticamente congelado", no hubo "prácticamente ningún ataque con misiles a las ciudades" y "la aviación rusa prácticamente no está activa", con solo "acciones tácticas" por ambas partes, dijo Oleksiy Arestovich, asesor de la presidencia ucraniana. 

El ministerio de Defensa ruso, que dice no tener como objetivo ningún blanco civil ni zonas residenciales, afirmó haber destruido un depósito de combustible en la región de Mikolaiv con "misiles de crucero 'Kalibr' disparados desde el mar Caspio, así como por misiles balísticos hipersónicos disparados por el sistema aeronáutico 'Kinjal' desde el espacio aéreo de Crimea".

Estos misiles pertenecen a una familia de armas "invencibles" de nueva generación, según el presidente ruso Vladimir Putin. Con el uso de este tipo de armas, Rusia "trata de recuperar el impulso" en el conflicto en el que su ejército sufre dificultades, dijo el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, afirmando que estas armas "no cambian el juego".

Zelenski evoca el Holocausto

En los últimos días, Volodimir Zelenski multiplicó sus intervenciones por videoconferencia dirigiéndose a parlamentos extranjeros y este domingo lo hizo ante la Knéset israelí. El presidente ucraniano evocó la Segunda Guerra Mundial y el horror del Holocausto para reclamar un apoyo más firme de Israel a Ucrania y evitar la "solución final" de Rusia.

"Escuchen lo que dice el Kremlin, son las mismas palabras, la misma terminología que los nazis usaron contra ustedes. Es una tragedia", apeló Zelenski, de origen judío, ante 112 parlamentarios de los 120 que integran el Parlamento israelí. El mandatario ucraniano reclamó a los legisladores israelíes que exijan al gobierno acciones más contundentes, como prestar asistencia militar a Ucrania e imponer sanciones contra Rusia, algo que Israel aún no ha hecho para no arriesgar la delicada alianza geoestratégica que mantiene con el Kremlin en Siria.

Cerca de cumplirse el primer mes de invasión rusa, el papa Francisco la calificó de "sacrílega" y "repugnante".  En algunas de sus palabras más fuertes sobre el conflicto militar, Francisco le dijo a miles de personas durante el Ángelus en la Plaza San Pedro: "Todo esto es inhumano, es más, también es un sacrilegio porque va contra la sacralidad de la vida humana. Sobre todo, contra la vida humana indefensa, que debe ser respetada y protegida, no eliminada, y que está por delante de cualquier estrategia".

Mientras tanto, la situación humanitaria sigue empeorando. "La guerra en Ucrania es tan devastadora que diez millones de personas han huido, ya sea como desplazados dentro del país o como refugiados en el extranjero", dijo el alto comisionado de Naciones Unidas para los refugiados (Acnur), Filippo Grandi.