Tras considerar que "un año y medio más de inestabilidad no le hace bien ni a Brasil, ni a Sudamérica, ni a la comunidad latinoamericana en su conjunto", el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa declaró que "una elección sería lo más apropiado” para superar la crisis política del país vecino. 

“Aunque no lo permite la Constitución, si hubiera una reforma o alguna manera de zanjar este período...", sugirió Novoa, dando por sentado que el actual presidente de facto, envuelto en varios escándalos de corrupción, no podrá completar el período inaugurado por Dilma Rousseff, que culmina el 1 de enero de 2019.

El funcionario manifestó, además, su deseo de que la crisis brasileña "se solucione lo más rápido posible, dentro de los canales y carriles constitucionales".