La previa a la aprobación final del directorio del Fondo Monetario (FMI) al acuerdo con Argentina volvió a poner el línea, desde diferentes lugares del mundo, a las patas política y económica del Ejecutivo Nacional. El ministro de Economía, Martín Guzmán, siguió las últimas horas desde el búnker que lo cobijó en Francia, donde viajó a negociar la deuda con el Club de París y a analizar el abastecimiento energético de gas en el invierno. Desde la residencia del embajador argentino en ese país, Leonardo Costantino, el ministro trianguló llamadas telefónicas con el Presidente Alberto Fernández y el negociador argentino ante el FMI, Sergio Chodos, que está en Washington, Estados Unidos. 

La embajada en la Ciudad Luz es un coqueto edificio ubicado en el distrito 16, muy cerca del Arco de Triunfo. En ese centro de operaciones, también Guzmán tuvo comunicación constante con Julie Kozak, directora del organismo y una de las encargadas del caso argentino. Es que, más allá de que la aprobación del directorio al Plan de Facilidades Extendidas que renegocia el préstamo Stand By de 45 mil millones de dólares que tomó Mauricio Macri, se jugaba en los tramos finales ver el nivel de consenso del acuerdo hacia la interna del organismo.

Volvieron a fallar los pronósticos: no hubo votos en disidencia

En los días previos se especuló con votos en disidencia de los países miembros del organismo que conduce Kristalina Georgieva. Sobre todo, se habló de que Estados Unidos, el accionista mayoritario y dueño político, podría influir con un voto negativo. Pero según detallaron fuentes del organismo a Página I12, hubo un respaldo unánime y de aval político del gobierno de Joe Biden. También hubo allí mano política del Gobierno Nacional, que activó negociaciones para conseguir apoyos plenos. Ese gesto, más que económico, también debe leerse en clave de la relación bilateral entre ambas naciones. 

El titular de Hacienda, en su estadía parisina, venía de conversaciones con funcionarios del Club de París y del gobierno francés, siendo los galos un actor importante de Europa, también, en el FMI. El Club tiene oficinas dentro del ministerio de Finanzas de ese país, y Emmanuel Moulin, titular del organismo, es un cuadro del riñón del presidente Emmanuel Macron y Bruno La Maire, ministro de Economía francés. 

Fue el propio Guzmán quien, en su cuenta de Twitter, destacó el encuentro con los franceses en un posteo de una foto con La Maire y un texto que agradecía "los tan valiosos apoyos al proceso de estabilización macroeconómica de la Argentina". El ministro, que embarcó anoche de regreso a Argentina, llevó a la par de la cuestión deuda una agenda importante vinculada a la energía. "Lo más barato y en la mayor cantidad que se pueda" es la frase que se escucha en la Casa Rosada, para explicar qué tipo de búsqueda hace Argentina para que no falte GNL importado durante el próximo invierno. 

En la cabeza de Guzmán no sólo hay compras, precios y otros asuntos, sino potenciar de manera rápida las inversiones para extracción en Vaca Muerta y acelerar obras de infraestructura, como el Gasoducto Néstor Kirchner. 

Con argentinos, sobre la dictadura

Guzmán tuvo, en su breve periplo francés, una parada política el 24 de marzo. Se reunió con argentinos radicados y dio un discurso abordando el daño económico de la dictadura. Lo acompañaron la ex ministra de Justicia y actual embajadora argentina ante la Unesco, Marcela Losardo; el embajador Costantino y su par en Brasil, Daniel Scioli. 

"La violencia represiva que ejerció la dictadura estuvo acompañada y sustentada también en un proyecto económico que, a través de la desindustrialización, la bicicleta financiera y el endeudamiento externo (al que además se sumó la estatización de la deuda externa de los privados), golpeó las fuerzas productivas y sociales del país, con consecuencias que llegan hasta hoy", explicó Guzmán. 

Agregó además que la dictadura "no solo tuvo consecuencias económicas: implicó también la exclusión y desmovilización política de los sectores populares. Nuestro trabajo y nuestro compromiso por fomentar la industria, la producción y el trabajo, así como también las negociaciones para reestructurar y refinanciar las deudas externas insostenibles que socavan el desarrollo".