Enfermera durante gran parte de su vida, Cristina Mosquera se jubiló hace seis años, aunque no dejó de trabajar, cuenta ella, “hasta hace muy poquitos meses”. Desde su departamento en Parque Chacabuco, la mujer de 70 años explicó a Páginai12 que “en enero de este año me avisaron desde PAMI que no iba a recibir los remedios de manera gratuita, ya que había superado el límite con lo que cobraba de jubilación”. La suma entre la jubilación mínima de Mosquera y la pensión que recibe por su marido supera, por algunas monedas, el límite de 9591 pesos (1,5 de la jubilación mínima) que dispuso la obra social para dejar de brindar la medicación gratuita. La falta de subvención provocó que Mosquera deje de comprar Trimebutina, una droga que calma los dolores intestinales. “Dejé de comprar el comprimido por una simple razón: cuesta más de 900 pesos. Sé que ayuda bastante a calmar el malestar estomacal, algo bastante común por mis problemas (la mujer padece de diabetes y obesidad) pero otra no me queda. Es esto o no pagar el alquiler”, sentenció.