En la tercera audiencia de juicio por el crimen de la maestra jardinera jubilada Sandra Palomo, declaró su hijo mayor y también el policía Néstor Matías Tolaba, que intervino en la investigación penal preparatoria.

La declaración del efectivo se extendió por más de cuatro horas y ubicó solo al adolescente L.C., quien ya fue declarado inimputable, en el lugar que se determinó como la escena del crimen.

El juicio está a cargo de la Sala IV del Tribunal de Juicio, presidido por la jueza Norma Vera, e integrado por los vocales Maximiliano Troyano y Roberto Lezcano. El proceso pasó a un cuarto intermedio para el 17 de mayo a las 16.

En el juicio están siendo juzgados Ian Esteban Caro, Ricardo Nahuel Bonifacio, D.R.C. y H.E.C., estos últimos eran menores de edad al momento del hecho, el 31 de agosto de 2019.  Los jóvenes están imputados por el Ministerio Público Fiscal por participación secundaria en homicidio triplemente calificado, pero la querella, representada por la abogada Gabriela Arellano y el abogado Javier Latorre, sostiene que fueron coautores.

El policía Tolaba analizó las cámaras del supermercado, del 911 y de particulares. También peritó los teléfonos secuestrados a los imputados para determinar sus ubicaciones y contenidos de relevancia para la causa.  

El testimonio del policía sostuvo la acusación de la Fiscalía y también dijo que no encontró elementos que le señalaran a un sexto autor material o intelectual. 

Detalló que en una cámara del supermercado Vea se lo ve a L.C. transitar desde el subsuelo hasta un operador de caja y retornar al subsuelo. El policía contó que luego hablaron con el trabajador y él recordó que el chico le dio su nombre, un número de teléfono, porque le mencionó que estaba buscando un perro de raza, y que si lo veía lo llamara. L.C. luego retornó al subsuelo, en ese momento vestía pantalón gris, campera verde, zapatillas blancas con rayas en los laterales. 

La investigación concluyó que en el subsuelo del supermercado la víctima fue asesinada a puñaladas después de las 14.

El policía dijo que las 14.22 se visualiza el desplazamiento de la camioneta que "hace una suerte de cabeceo, acelera y frena, hasta que logra subir a la calle y hace un giro hacia la izquierda". Luego hizo todo un recorrido de la zona norte hasta la zona sur.

Pasadas las 15, L.C. se dirigió en la camioneta por la calle Las Bumbunas, donde había un control vial. Tolaba dijo que al personal de la vial le llamó la atención la falta de patente delantera, por lo que le indicó que frenara, pero no lo hizo. Por eso los policías lo siguieron y le hacieron señas para que se orillara, pero el adolescente aceleró el vehículo.

Tolaba refirió que un policía vio allí solo a L.C., quien tenía una remera blanca y le dio la impresión de que le sacó la camioneta al padre. Durante el interrogatorio también surgió que desestimaron el testimonio de otro efectivo de la motorizada que decía que vio tres bultos, porque consideraron que no estaba lo suficientemente cerca para divisar esto con claridad.

El efectivo expuso un video que subió H.C. a su estado de Whatsapp. En ese video se escuchan risas de H.C., que está filmando a L.C. cuando se encuentra fuera de la camioneta y le dice  “¿qué hacés P.? nombrándolo por su sobrenombre. “Se nota a una persona relajada, disfrutando, riéndose del momento. No es una persona que obligada está siendo filmada" dijo Tolaba.

Además, en el paneo que hizo H.C. se ve la camioneta sucia con restos de tierra en el exterior y en el interior se observa que la parte de los pies del acompañante están llenos de tierra y humedad, también en los asientos había tierra. 

El policía dijo que llamaba la atención la cantidad de tierra que tenía la camioneta. Indicó que tanta tierra no se correspondía con el lugar donde fue hallado el cuerpo porque allí la tierra era arcillosa y estaba dura. En el vídeo también el efectivo hizo notar que las prendas de vestir que usaba L.C. eran diferentes a las que vestía cuando fue filmado en el supermercado. Solo las zapatillas eran las mismas. El efectivo consideró que L.C. se cambió porque ya tenía la ropa manchada de sangre. 

En el lugar donde fue hallado el cuerpo también se encontró la campera verde de L.C., su pantalón gris con abundantes manchas de sangre, trenzas de zapatillas, plantillas y  mercadería.

Tolaba explicó que cuando tuvieron a los cinco implicados demorados, realizaron los análisis de las ubicaciones de éstos mediante el impacto en las antenas, por las llamadas telefónicas y también mediante la transmisión de datos de internet.

En el caso del teléfono de H.C. a quien L.C. señaló como el asesino de la víctima en el subsuelo del supermercado Vea de Tres Cerritos, las antenas ubican que su dispositivo estuvo en cercanías de su domicilio "entre las 10 y 17". 

El efectivo mostró luego que una cámara del 911 tomó a L.C. y H.C. cuando se dirigían a la zona sur, al bordo de la camioneta de la víctima, el primero como conductor y el otro como acompañante.

El lugar en el que fue hallado el cuerpo fue sobre la calle Gato y Mancha, próxima al río Arenales. Luego de deshacerse del cuerpo, los imputados habrían lavado la camioneta. Tolaba indicó que eso se hizo en el domicilio de Bonifacio.

El policía señaló que L.C. dio una declaración filmada, en la que manifestó que en todo momento se encontró amenazado, obligado por H.C., quien tenía un arma de fuego. Refirió que H.C. fue quien había atacado a la víctima. Tolaba contó que H.C. decía que no lo quería nombrar al otro imputado, pero que sostuvo que le dijo "que le habían ordenado matar a una mujer y si no lo hacía le podía pasar algo a él (H.C.) o a su familia". Tolaba dijo que en los análisis que hicieron de los teléfonos no encontraron nada de eso. 

El adolescente había referido en su declaración en este juicio que H.C. le había enviado mensajes via Instagram amenazándolo para que fuera al estacionamiento del supermercado mediante Instagram, pero indicó que los había borrado. El policía dijo que no le revisaron esa red social.

El teléfono L.C. 

Cuando declaró en este juicio L.C. dijo que su teléfono estaba roto y no lo usaba. Tolaba advirtió que cuando le secuestraron el teléfono al parecer no lo estaba usando y esto tenía relación con un conflicto que había tenido con la madre, quien le había retenido el celular a L.C. luego de que le sacara el auto.

"Estaba en funcionamiento, tenía la pantalla dañada, pero estaba en condiciones óptimas para el uso", dijo el efectivo. Señaló que allí encontraron fotos de la víctima y explicó que podía deberse a que la tarjeta de memoria del celular de Sandra, había sido introducida en el teléfono de L.C.

El teléfono de la víctima arroja una última ubicación en la zona del barrio Cielos del Sur y luego no se volvió a encender, nadie lo volvió a ubicar. Según el policía, L.C. declaró que  se deshicieron del aparato y del cuchillo cuando lo hicieron del cuerpo pero ésto no fue encontrado en ese lugar.

Tolaba dijo que en una ocasión cuando con otro policía trasladaban a L.C., "el chico quiso hacer su manifestación y dio pautas de lo ocurrido". Contó que había referido que salió enojado con su madre y luego mató a Palomo en el estacionamiento del subsuelo del Vea.

El policía dijo que pudo averiguar que de todos los involucrados, L.C. solo conocía a H.C.  Dijo que Caro y Bonifacio eran amigos de muchos años porque vivían en el mismo barrio y luego se hacen amigos de D. C. quien residía cerca. Este a su vez era amigo de H. C. también desde hace varios años. 

También indicó el policía que luego del femicidio, encontraron un mensaje de H.C. a L.C. en el que le decía “nosotros vamos a contar todo”.