Santos Centurión, padre de Franco Centurión (29), un joven trasplantado que fue detenido en la comisaría 45 de Tartagal y salió de allí en condición de salud grave, cuestionó la junta médica que se hizo por una revisión de autopsia y que concluyó en que el cuerpo no tiene signos de violencia. 

El joven había sido detenido el 11 de noviembre, estuvo allí 15 días y luego, cuando lo liberaron, tuvo que ser hospitalizado primero en la ciudad norteña y luego en Salta Capital. El padre realizó el 17 de diciembre del año pasado la denuncia a los efectivos policiales que intervinieron en la detención por violencia policial.

La junta médica fue realizada la semana pasada por los profesionales del Poder Judicial, Ana María Vega y Carlos Eveling, y del CIF, Daniel Gutiérrez y Mariana Lambrópulos. “Pusieron todos esos médicos para hacerme perder el juicio, para salvar a la Provincia. Son empleados de la provincia y tienen que tapar o están despedidos”, dijo Centurión a Salta/12.

Lxs profesionales determinaron que al realizar la autopsia no se visualizaron lesiones traumáticas que sugieran la intervención de violencia por parte de terceros o de sí mismo, y no se observaron lesiones que sugieran defensa.

Sin embargo, Centurión sabe que su hijo fue golpeado cuando lo detuvieron en la comisaría. Él denunció estos hechos el 17 de diciembre cuando Franco estaba internado y con vida.

El padre indicó que hay un testigo de identidad reservada en la causa, que vio cuando su hijo fue golpeado, tanto en el ingreso a la comisaría, como cuando lo trasladaron por el pasillo y fue llevado al fondo. Este hombre refirió que Franco cayó contra la pared y se escuchaban los golpes. También indicó que los presos empezaron a pegarle a la pared con todo “para que lo dejen de aporrear”, dijo Centurión.

“Le hacen sacar toda la ropa, lo hacen hacer salto rana, movimiento vivo, como era gordo y grande, más el lastimado que tenía, no aguantó, no se paró más. Lo patean por las costillas, en el estómago, en los testículos. Cuando hacía el salto rana para que vaya y vuelva rápido”, relató Centurión en base a la declaración del testigo.

Luego, Franco fue llevado a una celda donde habían al menos 15 detenidos, donde un preso le prestó el colchón para que duerma, y “no se podía componer”, sostuvo el padre. Según indicó el joven tenía “la pierna llena de sangre”.

“Faltó la motorizada, ellos le pegaron delante de gente (en la vía pública) que me contaba que pasaba y le decían que le dejen de pegar. Le pusieron las esposas, boca abajo y le pegaron patadas. Mi hijo me dijo que sí le pegaron en el móvil”, manifestó Centurión. El padre dijo que también le dio dos nombres y que no lo contó antes por recomendación de su anterior abogada.

La junta médica dice que la ausencia de tratamiento específico para la úlcera de la pierna izquierda por el lapso de 7 días, no evidencia injerencia en la causa de la muerte, ya que se trata de una lesión crónica, de larga data, vinculada al tumor indiferenciado que presentaba el paciente. Además dicen: “destacamos que en el lapso de siete días no se resuelve una lesión ulcerada del tipo que presentaba el señor Centurión, de gran tamaño y con pérdida de sustancia”.

Centurión explicó que su hijo tenía trasplantes de piel en las dos piernas porque le entró un virus hospitalario cuando estuvo internado luego de que le trasplantaran la médula por leucemia cuando era chico.

El padre refirió que en la pierna derecha su hijo tenía un trasplante de piel de cerdo y en la izquierda uno de piel humana. En la pierna izquierda “parece que ese trasplante se comenzó a encoger y entró a lastimarse”, dijo. Aunque mencionó que el joven venía curándose y que “cuando estuvo preso también le pegaron patadas en la pierna”.

“Resulta ineludible destacar que el Sr. Centurión ingresó al hospital San Bernardo en fecha 13/12/21 en mal estado general, con diseminación generalizada del tumor e insuficiencia renal crónica y posterior falla multiorgánica, con antecedentes de mala adherencia y abandono de las terapéuticas instauradas, etilismo y tabaquismo con obesidad mórbida”, dice también en sus conclusiones la junta médica. Sin embargo, Santos Centurión, aseguró que su hijo no bebía

El padre indicó que cuando el hijo fue trasladado al hospital San Bernardo, allí le indicaron a la madre que el joven tenía un tumor en el pulmón. “No se le podía hacer la punción para saber si era maligno o benigno, por el sangrado”, explicó.

Centurión dijo que el hijo con cuidados estaba bien de salud, ya que su trasplante fue cuando era chico.

“La gente que pegó, anda trabajando, se le ríen a uno en la cara”, sostuvo. Indicó que los únicos imputados son dos jefes, Correa y Velásquez pero por desobediencia judicial, debido a que en los días que estuvo detenido el joven no lo llevaron a controles médicos como dispuso el juez interviniente. “Eso no sirve, el juez inmediatamente les da la libertad”, manifestó el padre.

Centurión sostuvo que le dijo al fiscal de derechos humanos Gabriel González que pedirá la inhumación, “él me dijo que no iba a permitir eso”, manifestó.

Asimismo el hombre también denunció con posterioridad que otros seis policías intentaron detener a otro de sus hijos. “Vinieron acá a faltar el respeto”, refirió.