Las víctimas fatales de las inundaciones en el estado de Pernambuco, al nordeste de Brasil, ya son 91 y aún hay 26 personas desaparecidas.

Las autoridades informaron que las víctimas siguen ascendiendo. Además, todavía hay 26 personas desaparecidas y alrededor de 5.000 personas perdieron sus hogares como consecuencia de la precariedad de las infraestructuras y la planificación urbana ante las temporadas de intensas lluvias.

Hasta el último domingo, el Cuerpo de Bomberos había notificado de 87 fallecimientos, pero el lunes se pudieron registrar cuatro más, correspondientes a personas que vivían solas, por las que nadie había reclamado y que se hicieron notar cuando finalmente faltaron a trabajar al inicio de la semana.

Si bien las lluvias comenzaron el 22 de mayo, durante el último fin de semana la situación se recrudeció y reforzaron su trabajo de rescate las brigadas del Ejército, Defensa Civil, Bomberos, Policía Federal, organismos locales y grupos de voluntarios. Se espera que las lluvias continúen, con intensidad moderada, hasta el viernes.

Entre febrero y abril de este año, las tormentas tropicales brasileñas dejaron más de 230 fallecidos en la localidad de Petrópolis, en Río de Janeiro. En enero, las inundaciones ocurridas en el estado de Bahía dejaron al menos 24 muertos y 100.000 afectados que perdieron sus hogares parcial o totalmente.

Qué dijeron las autoridades

Este lunes, el presidente Jair Bolsonaro sobrevoló las zonas afectadas y si bien reconoció que "en gran parte somos responsables nosotros, los políticos" por la situación, consideró que "la población también podría colaborar, evitando construir su residencia en lugares que se sabe probable, en caso de exceso de precipitaciones, que la tragedia se hará presente".

Las zonas más afectadas se destacan por sus construcciones ubicadas en morros o pequeñas sierras, típico paisaje de las favelas y barrios populares brasileños que con las lluvias suelen sufrir deslizamiento de tierra y sedimentos que puede destruir viviendas en cuestión de segundos.

El mandatario también criticó al gobernador de Pernambuco, Paulo Câmara, por no haber acudido a él para discutir acciones para mitigar los efectos de las intensas lluvias en la capital y en el interior del estado. Y, en contrapartida, remarcó su política de viviendas sociales, además de anunciar una línea de crédito “sin intereses” para microempresarios afectados.

Por su parte, el alcalde de Recife, João Campos, publicó un video desde uno de los refugios de acogida para las 3500 personas afectadas en la ciudad que precisan un techo, donde se están recibiendo donaciones, afirmando que “estamos tomando medidas para reforzar las acciones de apoyo a las familias más afectadas por esta tragedia provocada por las fuertes lluvias”.

Además, anunció la suspensión de las festividades tradicionales de junio (San Juan y San Pedro) y la cancelación de las clases presenciales. También reforzó el decreto de emergencia emitido por el gobernador Câmara, quien ya había previsto una inversión de 15 millones de reales (3 millones de dólares) para acciones paliativas destinadas a las personas afectadas.

En paralelo, Câmara publicó un hilo de Twitter este lunes desde las zonas afectadas y aseguró que "nuestra fuerza se mantendrá trabajando hasta que la última persona sea rescatada de los escombros". En esa línea, remarcó: "El apoyo a las acciones de salvación, asistencia y obras de emergencia se garantiza con la liberación de 100 millones de reales para los municipios afectados por las lluvias"