Federico Sturzenegger ratificó las políticas de altas tasas de interés como método para combatir la inflación y la política de cambio flotante, “permitiendo que el dólar se mueva hacia arriba o hacia abajo”, aun frente a situaciones de shocks externos. En su discurso ante el Congreso Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), el presidente del Banco Central se autoelogió por los “éxitos” en la lucha contra la inflación, y auguró que “ya en julio estaremos orillando el 22 por ciento anual”. Ese pronóstico se cumpliría con una inflación acumulada de casi 5 por ciento en el trimestre mayo-junio-julio. Además, si baja la inflación de los últimos doce meses, es sólo porque el período de comparación fue de tasas muy elevadas de inflación provocadas por este mismo gobierno: 4,2 por ciento en mayo de 2016, 3,1 en junio y 2 por ciento en julio.

 “Durante el año se ha consolidado un significativo proceso de desinflación”, afirmó Sturzenegger. “En el mes de abril, el primer valor de inflación interanual del nuevo IPC del INDEC fue de 27,5 por ciento. Esperamos que esta cifra se ubique por debajo del 25 por ciento en mayo y que se reduzca a valores en el orden de 21-22 por ciento para el mes de julio, alcanzando así los números de inflación más bajos desde 2009 y, si exceptuamos el período afectado por la crisis internacional de ese año, este sería el nivel más reducido de los últimos diez años”. De acuerdo a sus propios pronósticos, la tasa de inflación entre mayo y julio se mantendría por encima del 1,5 por ciento mensual. Para mantener el pronóstico de una tasa de inflación del 21 al 22 por ciento en el año, sería necesario que en los últimos cinco meses de 2017 el índice de precios al consumidor no acumule más de un 6,3 por ciento: es decir, tasas mensuales no superiores al 1,2 por ciento en promedio. Y para llegar a la “meta” del 17 por ciento, tener alzas menores al 0,4 por ciento mensuales. 

El titular del Banco Central recordó, ante los ejecutivos de finanzas de grandes empresas, que frente al rebrote inflacionario al inicio de este año se buscó “acomodar las tasas de mercado más en línea” con los valores de referencia de las Lebacs y los pases bancarios. Las tasas “más cortas de las Lebacs” se elevaron en 4,5 puntos en marzo, y en un punto y medio más en abril. “Nos mantendremos firmes con nuestra tasa de política monetaria hasta que las inflaciones mensuales consoliden una clara senda descendente”, manifestó Sturzenegger. 

El funcionario también resaltó las supuestas bondades de la política de cambios, con fluctuaciones del valor del dólar “en forma impredecible”. Subrayó que es el mecanismo más eficiente para defender la actividad económica interna. “Permitir que el tipo de cambio se mueva ante shocks externos, hace que nuestro país cuente con una flexibilidad invaluable para afrontar las fluctuaciones  internacionales”, postuló. Recordó que el esquema vigente enfrentó “dos significativos shocks globales, el Brexit (referéndum que decidió la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea) y la elección (en Estados Unidos) del presidente (Donald) Trump”, y más recientemente “alguna turbulencia en Brasil”, como se refirió al cimbronazo que dejó en estado de extrema debilidad al gobierno de Michel Temer. “Los tres acontecimientos implicaban la necesidad de que nuestro tipo de cambio pudiera acomodarse a los cambios que sufrían las monedas de nuestros socios comerciales respecto a la divisa norteamericana”, comentó. “Sin embargo –agregó–, estos shocks fueron absorbidos por la economía argentina sin mayores sobresaltos. De hecho, el crecimiento del 0,1 por ciento del tercer trimestre de 2016, aumentó al 0,5 por ciento en el cuarto, se aceleró a aproximadamente 0,7 por ciento en el primero de este año, y nuevamente cerca de 1,4 por ciento en el segundo de 2017, según estima el Ministerio de Hacienda”.

Nuevamente, el responsable de la autoridad monetaria incurre en una falacia argumental al mostrar un supuesto sendero de crecimiento constante y creciente, dado que lo que está midiendo es saltos del nivel de actividad respecto del trimestre anterior, pero no hace comparaciones interanuales, que mostrarían caídas en los primeros períodos y estancamiento en los posteriores. De hecho, el primer trimestre de este año, según el propio Indec, arrojó un “aumento” de apenas 0,1 por ciento respecto del mismo período de 2016, cuando la economía había quedado fuertemente dañada por el shock devaluatorio e inflacionario que provocó Cambiemos al llegar al gobierno (fines de 2015). La economía todavía se mantiene en ese piso. El relato de Sturzenegger tampoco da cuenta de una fuga de divisas producto de la misma política cambiaria que, a nivel mensual, ya se aproxima al total del pago por importaciones.