Jurassic World: Dominion, la última película de la saga que se estrenó este jueves en Argentina, tiene como protagonista nada menos que a un dinosaurio carnívoro argentino: "Giga", como lo bautizaron en el film que tanto esperaban los fanáticos del mundo jurásico.

Se trata del Giganotosaurus Carolinii, un "terópodo" que fue hallado en la provincia de Neuquén en el año 1993; y cuyos restos se exhiben actualmente en el Museo Ernesto Bachmann de Villa El Chocón. Se trata, además, del dinosaurio carnívoro más grande del mundo, tras desplazar del reinado al Tyrannosaurus Rex de Estados Unidos.

"Más grande. Más aterrador. Más dientes. Se llama Giganotosaurus, pero para abreviar, se conoce como Giga", lo presentó el director de la película, Colin Trevorrow, en una entrevista con Empire. Sobre este nuevo antagonista, explicó que buscaba "algo que se sintiera como el Guasón". "Sólo quiere ver arder el mundo y está listo para causar estragos en el épico elenco humano de la película", agregó sobre Giga, al que definió como "una bestia que causa terror".

El elenco de esta nueva entrega está compuesto por los actores Chris Pratt, Bryce Dallas Howard, Laura Dern, Jeff Goldblum y Sam Neil, DeWanda Wise y Mamoudou Athie.

La historia de "Giga"

El Giganotosaurus Carolinii fue hallado por el paleontólogo Rubén Carolini el 25 de julio de 1993, y es considerado el dinosaurio carnívoro más grande del mundo, tras desplazar del reinado al Tyrannosaurus Rex de Estados Unidos. Su nombre "Giganotosaurus" significa “reptil gigante del sur” y "Carolinii" es en honor a su descubridor.

La importancia de su hallazgo radicó, además, en que se lo encontró con más del 70 por ciento de los huesos, algo para nada común en el caso de los dinosaurios carnívoros, enterrado en pleno desierto, a unos 18 kilómetros de la Villa El Chocón y muy cerca del lago Ezequiel Ramos Mexía.

Habitó la zona hace 100 ó 105 millones de años, durante el período Cretácico. Midió unos 15 metros de largo, el alto de la cadera era de 4,60 metros y -erguido- hasta la cabeza tenía unos 8 metros. Sus dientes tenían 15 centímetros de largo y eran curvos como una daga.

"Tenía un cuello corto y musculoso, por lo que de un solo movimiento podía desgarrar a cualquier cosa que mordiera", explicaba entonces la gobernación de Neuquén.