Enviada especial a Los Angeles

La figura de Sergio Massa hoy se recorta como central en el complejo escenario que atraviesa la coalición de Gobierno. Tras la renuncia de Kulfas, fue invitado por el Presidente el lunes a ser parte de la comitiva que lo acompaña a la Cumbre de las Américas, a la que se sumó el martes luego de dejar listo para ser tratado en el recinto el proyecto de alivio fiscal para monotributistas y autónomos que lleva su impulso. Entre todos los espacios de diálogo que el presidente de la Cámara de Diputados tuvo con Alberto Fernández desde la renuncia en Desarrollo Productivo y la búsqueda de reemplazante para acá (incuidas las once horas de vuelo rumbo a Los Angeles), el presidente de la Cámara de Diputados se encargó de expresarle, entre otras cosas, que ve poco probable que el proyecto de gravamen a la renta inesperada reúna los votos para su aprobación en el Congreso. No fue el único con el que habló en estos días: el martes el tigrense se reunió también con la vicepresidenta, Cristina Kirchner. "La charla se enfocó en temas parlamentarios", se limitaron a contar desde su entorno ante la consulta periodística. 

Esta centralidad que le otorga la coyuntura apareció expresada en su enojo del fin de semana por la designación de Daniel Scioli al frente de Desarrollo Productivo, que sin embargo desde el entorno de Massa minimizan, contando que el todavía embajador en Brasil se comunicó en buenos términos con el presidente de Diputados el martes. 

"No se trata de nombres. Son cambios más profundos los que se le piden al Presidente, esta es la oportunidad de hacer un replanteo más de fondo", insisten. Y avanzan en una metáfora automovilística sobre la que evitan dar precisiones dotando de nombres a la analogía: "Una vez que entrás a boxes, si tenés el auto abollado, no podés cambiar el espejito y una rueda, tenés que arreglar el auto", dicen que le dijo el fin de semana a Fernández, cuando se reunió con él en Olivos.

El relato del massismo incluye el ofrecimiento del cargo vacante a Massa y su declinación al concluir que era menester priorizar la labor parlamentaria, aunque no aclara la posición de aceptar sólo si el ofrecimiento venía sumado a la ampliación de las funciones y alcance de la cartera en el organigrama de Gobierno. Tal como reveló Página/12, estuvo luego el ofrecimiento a Cecilia Todesca, que declinó aceptarlo "por cuestiones personales" y, finalmente (pero sin consulta previa, y de ahí el enojo del massismo) el cargo fue ofrecido a Scioli, otra figura potencialmente capaz de proyectar el rol de "tender puentes" en este momento de gobierno.