Un chico de tres años murió al recibir un balazo en la espalda luego de que dos jóvenes asaltaran a su padre y uno de ellos disparara mientras se alejaban, con el dinero, del lugar. El chico murió en la Clínica Boedo, de Lomas de Zamora, adonde lo llevó su padre, quien brindó allí la primera declaración sobre lo sucedido. Horas después, tras la realización de un identikit, la policía allanó una casa y detuvo por el hecho a un chico de 16 años, a quien el padre del niño baleado identificó en rueda de reconocimiento “sin ninguna duda, porque el robo fue a cara descubierta”, dijeron a este diario fuentes cercanas a la investigación. Por la noche, un grupo de vecinos incendió la vivienda donde había sido hallado el adolescente. A última hora de ayer, fuentes judiciales informaron a PáginaI12 que podría haber una detención más en la causa, que recayó en la Fiscalía 4 del  Fuero Penal Juvenil.

Fuentes cercanas a la investigación dijeron a este diario que, durante el allanamiento que terminó con la detención del adolescente, no fueron secuestrados armas, teléfonos celulares ni dinero, aunque sí hallaron prendas que el padre del chiquito baleado identificó como vestidas por uno de los atacantes. El joven se declaró inocente, pero de acuerdo con los investigadores no tiene una coartada que lo excuse y lo ubique en otro lugar a la hora en que ocurrió el hecho. Anoche todavía no estaban los resultados del estudio de parafina para determinar si el chico tenía restos de la detonación de arma en la mano.

Cerca de las 21 horas del miércoles, Martín Bustamante y su hijo Agustín caminaban por la calle Mayor Olivero al 1300, de Villa Centenario, para ir a una pizzería, cuando fueron abordados por dos adolescentes. “Íbamos caminando de la mano y me los encuentro. Estaban escondidos y uno de ellos tenía un arma. Me robaron, me sacaron la plata y cuando se van, uno se da vuelta y me tira. El que tenía el arma se sonrió. Me quisieron apuntar a mí, con tanta mala suerte que le pegaron a mi hijo”, contó el padre del chico a la prensa. “Dispararon por nada”, agregó y recordó, también, que cuando fueron abordados por los jóvenes él vestía el uniforme de la empresa de seguridad para la que trabaja, por lo que los investigadores señalaron que quizá le dispararon porque creyeron que era policía.

Fuentes de la investigación detallaron que el joven que disparó aún no había subido a la moto en la que estaba su cómplice, y a bordo de la cual luego huyeron ambos. En la descripción a partir de la cual se elaboró el identikit que llevó a identificar al joven detenido anoche, el padre del niño detalló que uno tenía un piercing facial y el otro usaba “las cejas muy finitas, muy depiladas”. Con esa información, indicaron a PáginaI12, los bonaerenses de la zona recorrieron la zona cercana al lugar donde fue el ataque, donde una banda de chicos habría confirmado que, a la hora del ataque, habían escuchado una detonación y luego visto pasar una moto con dos adolescentes, a quienes identificaron como residentes del barrio Citra. En un allanamiento realizado allí horas más tarde fue hallado el joven hoy detenido.

 Fuentes judiciales explicaron que está acreditado que el chiquito recibió el balazo por la espalda y luego de que su padre entregara el dinero. “Por eso mismo la calificación va a ser terrible, porque se trata de un homicidio criminis causa y no en ocasión de robo, que en términos de figura penal tiene una pena más benigna”.

Anoche aún no había terminado la autopsia sobre el cuerpo del niño. A última hora del día, vecinos y familiares de los Bustamante se reunieron ante la escuela 76  de Villa Centenario para reclamar seguridad.