Basta revisar la cuenta de Instagram de Martín Pérez Disalvo, popularmente conocido como Coscu, para que quienes no lo conocen puedan empezar a familiarizarse con este influencer, gamer y principal referente argentino de Twitch (plataforma que permite hacer transmisiones en vivo). Este carismático joven platense de 30 años luce en su foto de perfil una imagen abrazado a Lionel Messi. Para que no queden dudas de su devoción por el 10 de la Selección y el PSG, debajo puede leerse: “Conocí a Messi”.

Actualmente 3.5 millones de personas lo siguen en esa red social, misma cifra que en Twitch, a los que se suman los cuatro millones y medio de suscriptores que tiene en su canal de Youtube y los más de dos millones de Twitter. Semejante acompañamiento masivo lo erigen como una celebridad de Internet. Tal como su ídolo, apela a la humildad, a seguir disfrutando lo que hace y a darse algunos gustos que la posición que supo conseguir le permite.

Así podría concebirse el desafío que se planteó el 1 de junio, jornada en la que la Selección goleó 3 a 0 a Italia y se quedó con la Finalissima. Ese día el creador de la Coscu Army decidió que quería arrancar “un proyecto para que @Messismo10 viaje a Qatar”. Y sin pensarlo mucho más empezó una campaña para que el impulsor de esa cuenta pueda estar en lo que se podría ser la última Copa del Mundo del futbolista que acumula siete Balones de Oro. Messismo surgió en 2016 a manos de un adolescente de 15 años que, al día de hoy, prefiere el anonimato y confiesa que se enteró de esta iniciativa en el mismo momento que todo Twitter.

Para profundizar sobre este reto, desentrañar cómo logró estar en la cena de despedida de Messi del Barcelona, abordar el vínculo de los streamers con los futbolistas de la Selección y la bronca que desató en cierta parte del periodismo deportivo los lugares de privilegio que van consiguiendo, Página/12 conversó en exclusiva con Pérez Disalvo.:

- ¿Cómo surge la idea de llevar a la cuenta Messismo al Mundial?

- Tuve la suerte de conocer esta cuenta porque cada foto de Messi que aparecía en mi inicio de Twitter estaba este chico detrás. Con imágenes e información que me servían mucho. Para cualquier fanático de Messi es muy importante poder ver, quizás, su último Mundial. Cuando lo conocí a Leo me estuvo acompañando y tirando muy buena onda. Así que la idea también es ayudar al dueño de la cuenta, que es un pibe muy joven con muchos sueños y expectativas. Esto lo vamos a hacer sí o sí. 

 

- Decías que Messi tuvo muy buena onda con vos, ¿podrías contar cómo llegaste a conocerlo?

- Conocerlo fue el día más especial de mi vida. Literal, el mejor día de mi vida. Fue de pura suerte, por magia o como lo quieran llamar. Me estaba por tomar un avión pocos días después de la finalización de la Copa América. Algunos jugadores de la Selección se habían quedado en Argentina unos días y uno de ellos fue (Sergio) el “Kun” Agüero. Además de como jugador, lo conocía por sus proyectos de esports y porque es bastante cercano a lo que hacemos nosotros porque también stremea. En el aeropuerto un muchacho del vuelo que me conocía me dijo que iba a viajar con el Kun e intenté aprovecharlo al máximo. Terminó siendo mi puente para conocer a Leo.

- ¿Cuál fue el camino para pasar de un vuelo con el Kun a la cena de despedida de Messi en Barcelona con sus históricos laderos del conjunto catalán?

- El Kun sabía que estaba bastante metido en la casa de Ibai (Llanos. El influencer más popular de España y uno de los streamers de Twitch mejores pagados del mundo). Mi idea no era salir tanto porque estaba de invitado. Más que nada me acoplaba a los planes. El Kun me parece que vio eso y me invitó a dar una vuelta. Para mí ya era increíble haberlo conocido en persona en el avión, imagínate que te invite a comer. Además, al otro día Leo me empezó a seguir y sé que el Kun también tuvo que ver con eso. La verdad es que estaba alucinando. Hablamos un poco y sabía que mi perro se llama Messi. Me prometió que nos íbamos a conocer. Y si bien me pareció muy atento de su parte, no lo veía posible. Mucho menos después de que ocurriera el problema en el Barcelona que lo llevó a irse a París. Esa semana fue muy crítica y entendí que no se iba a dar. El Kun me habló para vernos de nuevo, me pasó a buscar y esa noche mágica fuimos a una casa que terminó siendo la de Lionel. En la cena la pasamos increíble, comimos con él, con Sergio Busquets, con Jordi Alba y noté que eran personas muy humildes, muy humanas y muy alcanzables, aunque se piense todo lo contrario.

- ¿Qué recordás de ese momento?

-Por un lado, no lo quería joder, pero te das cuenta de que el tipo sabe quién es, el lugar que ocupa y lo importante que es. Podría hacer un libro de las cosas buenas que hizo en esos días y de su generosidad. Quería ser educado y no pedirle una foto para no arruinar el momento, pero fue tan increíble todo que él nos terminó diciendo que no nos fuéramos sin sacarnos una foto juntos. Con Ibai nos quedamos perplejos. No te habla de él, sino que te pregunta de vos todo el tiempo: cómo estás, qué es lo que haces, cuándo stremeas. Estuvo una semana entera viendo mi stream y sabiendo que Leo estaba mirando sentía que tenía que hacer el mejor stream de mi vida. Lo que genera es muy especial. De Paul, Paredes o el “Papu” Gómez van a cenar con él y por más que sean amigos íntimos es como que él genera algo más.

- Ese lugar de privilegio despertó resquemores en el periodismo deportivo. ¿Qué opina al respecto?

- Lo que hacemos no es periodismo. La diferencia con los periodistas es que nosotros no le rendimos cuentas a nadie. Entiendo que el periodista está comprometido con tener la primicia, conseguir esa información que tal vez compromete o se necesita porque vende. En nuestro caso para vender tenemos que ser nosotros mismos. Eso nos lleva a generar más audiencia, los jugadores nos tiran buena onda y la vida nos sonríe. No quiero criticar al periodista del medio tradicional, sólo contraataco frente a una agresión innecesaria como fue la de Gustavo López. Hoy en día el momento compartido con el jugador lo tenemos los streamers, los creadores de contenido y también pueden llegar a tenerlo algunas periodistas. Está genial que los jugadores puedan apoyarse en quienes les inspiren confianza. Un jugador tiene mejor relación con un streamer porque se logra abrir de otra manera.

-También en redes sociales a veces hay enojo por los beneficios que tienen, ¿no?

- Cuando nos dan un palco o un plus muchos se quejan de que estudian años para que después “le den al boludo que prende la cámara en su casa un palco, la nota o el momento”. La verdad es que nos tienen muy presentes. Somos los mismos pibes que estuvimos bancando a la Selección todos los partidos, mirándola desde casa y un día nos hicimos famosos porque la gente nos quiere y comparte con nosotros muchas cosas. Ibai prende stream todos los días. Es amigo de 30.000, 50.000 u 80.000 personas que él no conoce, pero que lo consideran un amigo. En él encuentran entretenimiento, apoyo, a veces hasta se pueden descargar o encontrar un respaldo. Al fin y al cabo, somos la compañía de un montón de pibes. Aunque en realidad trasciende generaciones, no se trata de un rango especifico. Tenemos un súper trabajo, quizás no periodístico, pero hemos hecho un montón de cosas para estar en ese lugar.

- El año pasado Gustavo López protagonizó una pelea con Ibai Llanos porque logró una nota con Agüero que él no había podido y meses después criticó fuertemente a los streamers que habían conseguido lugares VIPs para ver a la Selección, mientras que él tuvo que seguir el encuentro por TV…

- Lo que dijo Gustavo López fue de envidioso e irrespetuoso, porque hablaba de que éramos pibes que no laburábamos y no merecíamos lo que nos estaba pasando porque nadie nos conocía. Tenemos que armarnos de valor y poder defendernos. Yo me hago cargo de haberle faltado el respeto a Gustavo López, pero la verdad es que me frustró mucho las cosas que dijo. Encontró como un lugar de villano e intentó bardear. Cuando vio que no resultaba se quiso hacer el gil para tener la nota con Ibai porque eso le daba un beneficio extra. No le importó pedir disculpas, se manejó mal y en busca de un beneficio personal. Siento que de alguna manera le sirvió. Pero para mí lo que trasciende no es qué tan famoso sea el periodista o cuántas notas tenga, sino cómo se sienta cada uno consigo mismo. Haber defendido a Twitch Argentina en ese momento donde había una especie de "guerra" entre periodistas y streamers fue un placer porque pude plantar bandera y explicar los motivos por los que merecíamos respeto. Sinceramente no quiero generalizar con el colectivo de los periodistas, porque después de lo que pasó se acercaron un montón de periodistas muy piolas y de renombre a tirar buena onda: Fernando Lavecchia, Federico Bulos, Pablo González, Walter Queijeiro, Martín Souto, entre otros. Muchos entienden que no hace falta que nos pisemos. Sinceramente pienso que la combinación de un entrevistado, un periodista y un streamer podría ser una gran combinación para un programa. 



- Así como ahora apoya a la cuenta Messismo para que vaya al Mundial, antes se había movilizado para que el programa Planeta Gol no saliera del aire. ¿Su faceta de “gamer” tiene que ver con esto?

- Sí, completamente. Siempre que pueda desde el lugar que estoy, que es muy privilegiado, trataré de utilizarlo para cosas que me parezcan buenas. Planeta Gol lo vi toda mi vida con mi hermano. Mirábamos siempre los especiales de TyC Sports de fin de año. Literal, nos cambiaba las fiestas. Era lo mejor que podíamos hacer en el pueblo de mi abuela, en Ayacucho. Era un programa muy original. Cuando se anunció su final toda la gente de Twitter estaba como loca y pensé, sin ánimo de acaparar nada, que quería ver la forma de ayudarlos. Al meter presión al toque los llamaron para que lo volvieran a hacer. Creo que mi protagonismo sumó y ayudó a la causa, también la gente que pidió por ellos sacudió el avispero a pleno y eso hizo que se dieran cuentan de que no podían sacarlo de la pantalla. Planeta Gol no podía desaparecer, íbamos a buscar la alternativa para que lo pudieran hacer en Twitch. En un futuro seguramente lo hagamos, aunque por el momento optaron por seguir en TyC Sports que es su casa.

- ¿Y vos vas al Mundial?

- Sí, voy, no me lo pienso perder. Durante mucho tiempo deseé poder ir a un Mundial y creo que este es el más icónico después de haber conocido a Leo. Tengo la cabeza y el corazón lleno de ilusiones. No soy un tipo exitista, sí soy muy competitivo y me encanta ganar, pero para mí no es lo único. Soy mucho más menottista que bilardista. Me encanta jugar bien, limpio, hacer todo lo posible por ganar, pero también entiendo que el rival puede hacerlo mejor. Jugué nueve años al básquet, siete al fútbol y también al tenis. Hice mucho deporte en mi vida y siempre entendí que no me gusta ganar con trampa ni yéndome de las reglas. Esto lo digo porque a mí no me interesa lo que vaya a pasar en Qatar, sólo me interesa ir, estar ahí y ser protagonista de lo que ocurra. No voy con expectativas más allá de las de disfrutar. Siento que el fútbol sería mucho mejor para la audiencia y los jugadores si no hubiera tanto exitismo y exigencia. Yo estuve del otro lado, en la posición del hincha que insultaba cuando un futbolista erraba un gol, y uno no sabe todo lo que genera eso en el jugador. Duele mucho y es algo innecesario. En mi caso puteaba porque no me daba cuenta lo que generaba. Como hincha de Racing me tocó sufrir al Kun Agüero muchas veces. Con 17 o 18 años le tiraba bronca. Seguro que me arrepiento de haber escrito un montón de cosas, pero no las voy a borrar. Son parte del aprendizaje del que estoy hablando. Reconozco que fui uno más y me parece bueno poder dar el mensaje de no ser así. Porque no tiene un lado bueno, son todas desventajas. Entiendo la frustración de no ganar, pero sentate y esperá al otro fin de semana que por ahí tenés revancha. No te vuelvas loco en Twitter y tires mierda para todos lados porque lastima mucho más de lo que ayuda.