El Parlamento de Israel respaldó este miércoles su propia disolución y la organización de nuevas elecciones, una propuesta presentada el lunes por los líderes de la coalición de gobierno luego de haber agotado todos los intentos de estabilizar la alianza, lo que provocará los quintos comicios en menos de cuatro años. El proceso de disolución de la Knesset (Parlamento) requiere cuatro votaciones y dos revisiones por parte de comités parlamentarios, un proceso que no terminará este miércoles y podría incluso extenderse hasta la próxima semana, en medio de las crecientes disputas entre la coalición y la oposición y las diferencias en el seno del Ejecutivo.

El único gobierno de la historia de Israel apoyado por un partido árabe y forjado para desalojar del poder al exprimer ministro Benjamin Netanyahu deseaba evitar los temas espinosos, pero ha tropezado irremediablemente con la cuestión del conflicto con los palestinos. Ante esta situación, el bloque opositor liderado por Netanyahu busca fórmulas para conseguir una mayoría mínima con la que crear un gobierno alternativo e intenta convencer a diputados de la coalición para ello. 

"Un día triste para la democracia"

El jefe del bloque de la coalición en la Knesset, Boaz Toporovsky, dijo que la decisión de la disolución del Parlamento es "por el bien del Estado". Sin embargo, reconoció que "es un día triste para la democracia" y criticó a la oposición, liderada por el partido de derecha Likud de Netanyahu, por haberse "enamorado de trabar el sistema de gobierno".

El primer ministro Naftali Bennett y el ministro de Relaciones Exteriores Yair Lapid lograron formar en junio de 2021 una coalición con ocho partidos de todo el arco político (derecha, centro, izquierda y por primera vez por una formación árabe) con el objetivo de ponerle fin a 12 años de gobierno de Netanyahu. Como su acuerdo preveía la rotación de los dos hombres en el cargo de primer ministro y la sustitución de Bennett por Lapid en caso de disolución, este podría convertirse en el próximo jefe de gobierno hasta la formación de una nueva coalición, si este proyecto de ley es aprobado.

Hasta que la disolución se haga efectiva, la oposición puede intentar reunir a 61 diputados, es decir, una mayoría que podría evitar las elecciones y pedir formar un nuevo gobierno. Con ese fin, el Likud lleva a cabo esfuerzos para atraer a socios derechistas de la coalición.

"Todavía existe la posibilidad de un gobierno alternativo dirigido por Netanyahu", expresó Miri Regev, diputada del Likud, en la radio militar. Netanyahu, quien fue imputado por corrupción, celebró el lunes la caída del gobierno, momento que describió como "una gran noticia para millones de ciudadanos israelíes".

La crisis por los colonos palestinos

La coalición de gobierno tuvo que enfrentarse a la cuestión de la renovación de la ley sobre los colonos, que permite aplicar las leyes israelíes a los más de 475 mil colonos israelíes que viven en la Cisjordania ocupada. Este texto, en vigor desde el inicio de la ocupación israelí de Cisjordania en 1967, es ratificada cada cinco años por el Parlamento.

Pero la oposición, que apoya mayoritariamente esta ley, logró el seis de junio reunir una mayoría de votos contra la renovación del texto, con la esperanza de mostrar las tensiones internas de la coalición. En las semanas previas a esa votación, la coalición ya había perdido su mayoría con la salida de una diputada del partido Yamina, Idit Selman. Y desde esa votación, otro miembro de este partido de derecha, Nir Orbach, amenazó con dejar de apoyar al gobierno.