Comienza a palpitarse la efervescencia del evento deportivo por excelencia que vuelve a toda Argentina fanática del fútbol, sus cábalas, prodes, apuestas y picadas compartidas. En noviembre comienza el mundial de fútbol masculino en el polémico Qatar, país que criminaliza y castiga la homosexualidad con un mínimo de 5 años de prisión, en el marco de un probable último mundial de Messi y de graves problemas económicos en el país. Cuál es la agencia del fútbol para la comunidad LGBTTIQ+ desde los conflictos que atraviesa hoy pasando por la homofobia, el biologicismo, los abusos y la desigualdad económica hasta llegar a ser esa herramienta de emancipación, libertad y conquista de quienes militan las canchas y los cuerpos posibles. Desde Soy proponemos un manual básico donde repasamos la importancia de este deporte para la comunidad y reivindicamos las identidades futbolistas

Maca Sanchez, Lucy Martiarena y Betty Garcia

Higui, un símbolo de esperanza para la comunidad de lesbianas y GBTTIQ+ declaró durante su juicio abrazada a una pelota, pelota firmada a puño por algunas de Las Pioneras y de compañeras futbolistas que Higui cruzó por su camino, pelota que Higui convirtió en hogar. Cincuenta años antes Las Pioneras, la primera Selección de fútbol femenino de Argentina marchaban a México para el mundial del ‘71 sin botines, sin DT, con camisetas cosidas a mano, dando comienzo al sueño nacional de un fútbol para todes. De ahí en más un teje artesanal, potrero a potrero, ganó lugar en las canchas del país y sublevó a cientos de futbolistas que hoy le arrebatan a la masculinidad cis la propiedad del fútbol y lo usan como herramienta de transformación social.

Historia argentina del fútbol disidente

Ayelén Pujol, periodista deportiva y autora de Qué jugadora y Barriletas cósmicas, libros sobre la historia del fútbol femenino, destaca que “antes ser futbolistas no era una identidad posible para las mujeres, las lesbianas, las personas trans y no binarias, parecía estar prohibido. Fue luego de la ampliación de derechos como el Matrimonio Igualitario, la ley de Identidad de Género, Cupo Laboral trans, entre otros, sumado a la lucha por la profesionalización lo que permitió que se discutiera que el fútbol no es un deporte sólo para varones y generó un proceso de reconocimiento de que eso era un identidad posible para otres sujetes”.

Ese proceso de subjetivación y pertenencia al que llamamos identidad se conjuga con esa manera de defenderla que tan bien construyó el colectivo LGBTTIQ+ a través del orgullo, para salir y salir de los sucesivos armarios que impone la sociedad hetero, racista, cis y machista, que violenta y disciplina cualquier identidad que no sea normada.

Para Betty García, Pionera, la primera 9 en la historia del fútbol fem(inista)enino “poder salir del closet es poder decir que una hizo algo y lo hizo bien, haber llegado a un mundial, haber integrado la Selección Argentina, haber representado al país, eso lo hacíamos nosotras de corazón pero tuvimos que callarnos. Ahora no, ahora todo el mundo sabe quién es la selección del 71. Eso es una alegría. Ahí te das cuenta que todo lo que hicimos no lo hicimos en vano”.

 

El dia de le futbolista

El 21 de Agosto se conmemora por ley el Día de lx futbolista, recordando el partido de aquel 21 de agosto de 1971 contra Inglaterra en el que Argentina se impuso por 4 a 0, en el mismo Estadio Azteca que 15 años después El Diego vendría a convertir el gol del siglo. Betty, tras recordar el partido reflexiona: “Cuando hoy voy a una cancha y veo salir a un equipo de fútbol femenino, me da una alegría bárbara porque me recuerdo a mí misma que nosotras somos la historia de esto. Logramos que haya un día de la futbolista, por ley, y que sea el día que le ganamos a Inglaterra. Me emociona que todas las futbolistas que están llegando, las que van a venir y las que están tengan su día y yo saber que fui participe de eso”

Futbolistas de todo tipo reunides en esta nota atraviesan y arrebatan el sentido a una práctica machista en lo masivo, pero fundamental como micropolítica, para desafiar al patriarcado en uno de sus territorios clave y volverlo una herramienta de transformación, de protesta, y ante todo de poder. No un poder hegemónico, sino del poder político que implica para les pibis decir “yo puedo”.

Salir del closet, caminar con seguridad por la ciudad, despegar la mirada del piso, levantar la cabeza y poder ver una red de compañeres alrededor, animarte a escribir poesía, aprender a amar y cuidar un cuerpo propio, reconocerte como trabajadora que quiere vivir de lo que hace y le apasiona. Anécdotas y resultados colaterales de habitar la cancha de fútbol con amigues y de hacer de él una forma de vida.

La Nuestra y Fútbol militante

Lucy tiene 21 años, juega en La Nuestra, el club de fútbol feminista que lidera la DT. Mónica Santino en la Villa 31. “Soy villera, descendiente de coyas, mujer cis y jugadora de fútbol, y puedo decir que hoy en día soy todo esto que soy gracias al futbol” se presenta. Lucy juega en varios equipos, entre ellos el que tiene con su mamá y sus hermanas, todas jugadoras, al cual pusieron “Cangrejillos” como el pueblo del norte que representa su historia. “El futbol me hace sentir en casa, no solo por juntarnos y jugar, sino que también pienso en las charlas que tenemos con las chicas, donde problematizamos algunas cosas que pasan en el barrio mientras entrenamos y jugamos un partidito”. La Nuestra es más que un club para Lucy, es ese espacio que le permitió dimensionar y darle volumen a su cuerpo, su deseo y su barrio. “Poder plantarme y decir lo que pienso y poder estar fuerte y sentirme que si quiero hacer algo, puedo hacerlo. Si quiero ir a jugar a la pelota, puedo hacerlo porque es algo que me apasiona. Ser futbolista tienen que ver con la lucha de poder reclamar tu derecho al juego

Moyi Schwartzer es docente y futbolista, y uno de los referentes de Futbol Militante, un espacio que cuestiona las formas clásicas del fútbol tradicional machista, volviendo a su esencia. Al juego, ocio, recreación y ante todo equipo. Para Moyi “ser futbolista es una identidad y ser futbolista es no solo pisar la cancha sino también haber podido aprender a organizarme en equipo a partir del deporte y en particular a partir del fútbol recreativo”. El futbol recreativo, la herramienta que propone Moyi es ese tiempo no productivo de cuidado, deseo y libertad sin la presión de contar goles. “Jugar futbol recreativo, o practicar un deporte recreativo como forma de cuidar el cuerpo y la salud, o para tener un momento de tiempo no productivo en esta sociedad hacen a cuestiones políticas fundamentales desde donde pensarnos”

Lo que se rompe en una cancha

La cancha toma para quien juega una dimensión y un volumen que muchas veces está lejos de ser sólo una pelota que gira entre piernas, y se vuelve al mismo tiempo campo de disputa de sentidos en donde nada importa más que la pelota, les compañeres, y la vincularidad que se da entre estas. Donde llevar la cabeza erguida y mirar a les otres es regla. Sea potrero o estadio, futbol 5 o un descampado, cuando se abre una cancha se expanden nuevas posibilidades de pensar el cuerpo y/en el espacio.

“Me paro en la cancha como en la vida” es una de las frases de Mónica Santino que lleva La Nuestra en su camiseta. Mónica contagia fútbol, a través de una canchita en la 31 donde fueron ganando de a poquito espacio a tanto varón para hacer “La Nuestra”, construyó un espacio seguro para pibas, lesbianas, personas no binarias y trans desde donde pensar a través del fútbol la vida entera. “La cancha te da una posibilidad muy grande de entender que las transformaciones son colectivas, el fútbol te demuestra eso cada partido. La enseñanza más maravillosa que el fútbol deja es la fuerza de lo colectivo, en el césped no podés avanzar sola sin una compañera, no podés hacer un gol vos sola y si hacés un gol vos sola no tiene sentido porque no tenés con quien abrazarte. Eso es lo más maravilloso del futbol, nunca vas a caminar sola”.

¿Qué cuerpos pueden habitar una cancha?

En las grandes ligas pareciera haber cuerpos diseñados en serie, cuerpos cyborg, intervenidos con desarrollo científico al servicio de un mejor rendimiento, cuerpos máquina de sponsors que son proyectados como la aspiración, el triunfo, la gloria. Por fuera quedan los cuerpos gordos, marrones, pobres, flacos, altos, cortos, asimétricos, viejos, diferentes.

Juliana Román Lozano es futbolista, migrante, Feminista y DT. Juega desde niña al futbol y cuenta uno de sus mayores aprendizajes de su carrera: “El fútbol me dio una corporalidad contra hegemónica, y en la escuela y el barrio me señalaban por tener muchos músculos. Poder habitar mi cuerpo y amarlo fue toda una batalla para mí y entiendo que es una reivindicación muy grande que hice desde lo personal, amar mis piernas musculosas, amar mi cuerpo y entender que el futbol me acercaba más a mí misma, a un cuerpo que era mío y no un deber ser”. Además explica: “el futbol me formó y me forjó un cuerpo que me permite habitar el espacio de una forma muy empoderada, me gustaría pensar el futbol como una disciplina o un deporte que genera cuerpos emancipados y poderosos y feministas porque necesariamente son contrahegemónicos”.

Feminista y profesional

El avance del fútbol, que llamaremos femenino por insistencia de las ligas, es innegable en los últimos tiempos. El boom que el 3 de junio de 2015 arrojó el Ni una menos a las plazas se hizo eco en cada actividad, rincón y territorio y el avance feminista rebotó en todos los ámbitos. Una de las protagonistas del tirón final hacia la profesionalización del fútbol fue Macarena Sánchez, la primera futbolista en firmar un contrato profesional en Argentina. Entre sus identidades elige contar que es militante, lesbiana, funcionaria pero sobre todo futbolista profesional. “Reconocerme como futbolista profesional es el orgullo más grande que puedo llegar a tener”. 

Macarena Sánchez, la primera futbolista en firmar un contrato profesional en Argentina

En relación a su proceso explica: “El salto de futbolista a futbolista profesional no fue un día para el otro, fue una construcción de años de pelea conmigo misma y con terceros, fue dejar de creer en el discurso que me querían imponer otros de que el fútbol no era para mujeres y que el ‘ser profesional’ me lo tenía que ganar -a costa de todo- y empecé a entender que el profesionalismo iba más allá de un contrato de un salario, sino más bien el respeto que me tenía y que recibía de algunos. Me empecé a percibir jugadora profesional desde mucho antes de haber firmado un contrato.”

Ser mujer, lesbiana, trans, no binarie y jugar de manera profesional al fútbol en Argentina es no solo una prueba constante de resistencia sino el ejercicio cotidiano de exigir derechos laborales, de martillar constantemente el techo de cristal y la desigualdad salarial tan injusta. “El fútbol para mí es muchísimo más que ser jugadora, que ir a entrenar 2 horas por día y jugar los fines de semana. Más allá de ser jugadoras de futbol tenemos que luchar por una causa que es que se reconozcan nuestros derechos”.

No es un imposible, en algunos países del mundo ya está sucediendo: Noruega, España, Estados Unidos, Inglaterra, Brasil, entre otros lograron hacer realidad la igualdad salarial entre las selecciones femeninas y masculinas. Pero la particularidad del fútbol argentino en la región viene de la mano de una ley fundamental como lo es la Ley de Identidad de género. Actualmente y como fenómeno en America Latina tres futbolistas trans lograron el reconocimiento de la AFA: ellas son Mara Gómez, Tiziana Lezcano y Jezabel Carranza

La primera jugadora transgénero en ser habilitada fue Mara Gómez tras una larga lucha. Debutó en diciembre del 2020 en Villa San Carlos y ahora defiende la camiseta de Estudiantes de La Plata. Tiziana Lezcano la siguió. Ella es lateral de Ferro, equipo que ascendió en noviembre de 2021 y que está haciendo una gran campaña en la A. Por último Jezzabelle Carranza fue la última en recibir la autorización de la AFA, a los 43 años

Qatar 2022 y Australia / Nueva Zelanda 2023

A la comunidad futbolista tiene unos meses movidos por adelante. Noviembre arranca con la fiebre mundialista en Qatar, la selección masculina pelea la Copa del Mundo en la polémica sede elegida por la FIFA. Las políticas homo y transodiantes del país, que criminaliza y castiga la homosexualidad por un lado, sumado a la falta de garantías de derechos humanos y fuerte violencia de género y por el otro las denuncias constantes de un nivel de precarización inaudito en el que se denunciaron más de 6500 muertes de obreros en el proceso de construcción de estadios, hacen de esta experiencia futbolera un ámbito difícil de disfrutar.

De este otro lado del mundo sin embargo, como símbolo de alegría popular, el fútbol siempre prende ilusiones de festejo. Tanto Betty, como Mónica, Lucy y Maca Sánchez admiten estar muy ilusionadas con la Copa. Santino, no retiene la emoción y dice “como futbolera lo espero ansiosamente y espero que sea el mundial de Messi, tengo mucha ilusión con este equipo argentino, todo eso se puede desmoronar y que no sea así pero tengo muchísimas ganas de que empiece y muchísima bronca de que no se esté jugando ahora, porque para mí el mundial es frío y sentarse alrededor de la tele con algo calentito para tomar y para comer”.

 

Tendremos que esperar para el ritual al 2023 cuando se juegue la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023, la cual se llevará a cabo en Australia y Nueva Zelanda del 20 de julio al 20 de agosto. Habrá 32 finalistas, incluidos los dos anfitriones, y participarán 11 o 12 selecciones europeas.