En medio de una ola de renuncias de sus funcionarios, el primer ministro británico, Boris Johnson, prometió que seguirá adelante con su Gobierno.
"La tarea de un primer ministro en circunstancias difíciles, cuando se ha recibido un mandato colosal, es seguir adelante, y eso es lo que voy a hacer", dijo el premier conservador ante el Parlamento.
Sin embargo, en las últimas horas 17 funcionarios de su gobierno presentaron la renuncia: John Glenn (ministro del Tesoro); Victoria Atkins (ministra de Justicia); Jo Churchill (ministra de Ambiente) y Stuart Andrew (ministro de Vivienda), además de otros integrantes del gobierno en escalafones menores.
Los críticos de Johnson dentro del Partido Conservador quieren cambiar las reglas de procedimiento parlamentario para llamar a una votación sobre su continuidad en el cargo, a fin de destituirlo.
El primer ministro ya sobrevivió a una votación de ese tipo, llamada moción de censura, el mes pasado, pero más del 40 por ciento de los diputados votó en su contra.
La salida de dos ministros
Este lunes, el primer cimbronazo fue la renuncia de los ministros de Finanzas, Rishi Sunak, y de Salud, Sajid Javid, después de que se conociera la salida del gobierno de Chris Pincher, un funcionario que admitió haber manoseado en estado de ebriedad a dos hombres, uno de ellos diputado.
El gobierno británico aseguró inicialmente que Johnson no estaba al tanto de comportamientos similares de Pincher en el pasado. Pero ese argumento se desmoronó este martes, cuando un excolaborador de Johnson reveló que el primer ministro fue informado en 2019, cuando era funcionario en la cartera de Relaciones Exteriores, de que Pincher ya se había visto involucrado en un incidente de ese tipo. En febrero Pincher había sido nombrado responsable de disciplina del Partido Conservador.
El martes, Johnson reemplazó a Sunak con Nadhim Zahawi, quien se desempeñaba al frente de la cartera Educación.