La AFIP oficializó este jueves una suba de la percepción a cuenta de los impuestos a las Ganancias y sobre los Bienes Personales para operaciones en dólares con tarjetas. De este modo, la alícuota pasó del 35% al 45%. La Resolución, que ya entró en vigencia, busca "robustecer el frente fiscal a partir de la manifestación de capacidad contributiva de distintos sectores económicos", y excluye a las compras de moneda extranjera para atesoramiento.

Consultado por Página/12, el economista y director ejecutivo de la consultora AnalyticaClaudio Caprarulo, explicó que esta suba era esperable. “El Gobierno ya había señalado que los dólares tenían que estar disponibles para garantizar la producción. A partir de ahí sabíamos que lo vinculado a servicios iba a ser una variable de ajuste”, dijo.

La decisión, afirmó, se explica a partir de los datos y la coyuntura que viven las reservas: “Al mismo tiempo, cuando se miran los números, el déficit de los viajes y pasajes aumentó mucho. Fue de 2.400 millones de dólares, cuando el año pasado fue de 650 millones. Estamos en valores similares a 2019. No estamos en un récord”.

“Pero en un contexto tan complejo de divisas, esto era algo que se podría venir. Es una medida poco feliz, porque se hace justo antes de las vacaciones de invierno. Al mismo tiempo, encarece el consumo de servicios que hacemos muchos argentinos. Eso el Gobierno lo sabe y busca el menor costo posible”, añadió.

Por su lado, el economista de la Universidad Nacional de la Plata Juan Valerdi consideró que "la medida, en sí, está bien, pero el problema es por qué se la toma". Y explicó: “Se hace porque estamos raspando el sarro del fondo de la olla del Banco Central, que está vacío. Entonces, si no le metemos dólares y lo que hacemos es administrar el fondo de la olla, estamos en problema”.

Además, agregó que la medida tiene ventajas económicas muy claras para, de alguna manera, recaudar y acercar un poquito los dólares oficial, solidario y turístico al dólar ilegal. Y por otro lado, tiene una parte negativa desde el punto de vista mediático. "El problema es que vas generando distintos tipos de dólar, lo que hace que haya un montón de gente tratando de arbitrar”, agregó Valerdi.

Cómo afecta esta decisión en los viajes

Para Caprarulo, el Gobierno encontró esta manera de resolver el tema de la falta de dólares “para evitar una fuerte devaluación, que es mucho más costoso en el nivel de actividad y salarios que encarecer los viajes al exterior”. "No creo que esa suba del 10 por ciento sea suficiente para desalentar el consumo. La brecha con el blue sigue siendo muy superior", advirtió.

Es que, a pesar de la suba del 35% al 45% de la percepción a cuenta de los impuestos, “cuando las personas piensan el viaje muy pocos analizan que va a recibir la devolución de estos tributos en seis meses, porque la plata la tenés que tener en el momento”. “Se hace el viaje pensando en el tipo de cambio turista”, sintetizó.

Una mirada similar es la que tiene el periodista de finanzas y autor de 60 opciones para invertir en pesos y ahorrar en dólares, Mariano Gorodisch. Consultado por Página/12 sobre cómo impacta esta medida en los gastos y en el posible ahorro de las familias, aseguró que en un contexto inflacionario como este, tanto en pesos como en dólares, adelantar gastos es una buena alternativa.

“Adelantar vacaciones de verano es una buena forma de ahorrar. Pese a que subieron el dólar tarjeta, después ese 45 por ciento lo recuperás por Ganancias o Bienes personales. Estás pagando un dólar 170 pesos y, aunque no lo recuperes, igual pagás mucho menos que el dólar de 280 que esté en la calle o en la bolsa”, comentó Gorodisch, que en sus redes sociales (@mariano.gorodisch) propone alternativas para invertir y ganarle a la inflación.

Finalmente, Juan Valerdi añadió: “El dólar neto para las personas de clase media alta o alta, cuando gastan con tarjeta en el exterior y demás, queda bien por debajo de los 200 pesos, porque se le puede devolver incluso contra bienes personales, si es que lo pagan. Así que no me parece para nada mal”.