El juez federal Daniel Rafecas ordenó el archivo de la causa iniciada por el hermano de Santiago Maldonado, Sergio, quien había denunciado haber sido objeto de espionaje ilegal por parte de la Gendarmería durante el macrismo. Con el patrocinio de la abogada Myriam Bregman, Sergio Maldonado había descripto que fue blanco de seguimientos en los primeros meses de la desaparición de su hermano, cuando aún no había aparecido su cuerpo sin vida en el río Chubut, el 17 de octubre de 2017. La querella había planteado que también fueron espiados Nora Cortiñas, referentes mapuches, periodistas y miembros de la red de apoyo a comunidades originarias en conflicto de la Patagonia. Desde el juzgado indicaron que investigaron "a fondo las situaciones que nos trajo Maldonado y ninguna de ellas dio indicios de que haya habido un seguimiento hacia él y la gente que estaba a su lado". Por su parte, el querellante abogado Matías Aufieri expresó que el archivo de la causa confirma que el espionaje es una política de Estado y lo usual es que nadie quiera meterse con esas cloacas estatales desde ninguno de sus poderes". Rafecas sobreseyó al ex número tres del Ministerio de Seguridad que conducía Patricia Bullrich, Gonzalo Cané, y al comandante Fabián Méndez, ex jefe del Escuadrón de Gendarmería en El Bolsón.

"No hubo ningún pedido de informes del juzgado al Ministerio de Seguridad sobre el accionar del Centro de Reunión de Información de Gendarmería (CRI) en Neuquén, se hicieron medidas de pruebas inconducentes, tampoco tuvieron en cuenta las denuncias de Sergio cada vez que se movía hacia Chile, roturas de su auto y seguimientos coordinados en ese país", lamentó Aufieri, en diálogo con Página/12, y anticipó que apelarán la resolución.

La causa había sido iniciada en octubre de 2017 con pruebas surgidas del expediente que investigaba la desaparición de Santiago. En el marco de los allanamientos y peritajes a los gendarmes de El Bolsón y Esquel, los denunciantes pudieron ver una cantidad llamativa de intercambios entre los jefes de escuadrón, como Fabián Méndez que ahora fue sobreseído, y el CRI de Neuquén, que realizaba tareas de inteligencia desde Gendarmería para todas las unidades de la Patagonia.

¿Qué hacían los gendarmes? En el marco de la causa que investigaba la desaparición de Maldonado, adelantaban información sensible a los gendarmes separados por estar involucrados, les avisaban de los allanamientos con anticipación, y de los movimientos de Sergio Maldonado y su esposa Andrea Antico en Bariloche, de la comunidad mapuche y su grupo de apoyo sobre sus actividades para denunciar lo que había pasado en la Lof en Resistencia de Cushamen; las manifestaciones de protesta que se fueron dando frente a los escuadrones de Gendarmería, las marchas en todo el país cada vez que se cumplía un mes de la desaparición, cuáles eran las consignas y cuál era la cantidad de manifestantes. 

"Toda esa información sensible era enviada de manera cotidiana al comandante Méndez, en una evidente muestra de las tareas de inteligencia que realizaban los gendarmes, que ya había sido separada de la investigación del caso Maldonado", explicó el letrado. La flota de teléfonos que usaban había sido contratada a Movistar desde la sede central de esa fuerza. "Nada se hizo al respecto, aunque allí estaba el nudo del espionaje desde el Estado nacional", dijeron los denunciantes. 

Por su parte, los investigadores de Rafecas explicaron a este diario que "luego de indagar en los hechos descriptos no encontraron que tuvieran sustancia respecto a una persecución o acoso en aquel momento hacia Sergio", y agregaron que "nada de lo que dijo se pudo corroborar, por lo tanto esta resolución era inevitable luego de agotar la investigación".

Se pidieron grabaciones de cámaras en sitios donde fueron denunciados los hechos de espionaje, cuyo resultado fue negativo. Para la querella, eso se debió a que se solicitaron con dos años de demora. La querella destacó que fue ignorado el pedido de análisis de la causa que condenó a carabineros en Chile por la Operación Huracán, que coordinaron acciones de espionaje con sus pares argentinos. "Mi comandante, se autorizó el tema nuestro, en cualquier momento empieza a reportar el celular de Maldonado imei y todo", dijo el jefe de Inteligencia de los Carabineros, desde Chile. "Impresionante", le contestó su par de Inteligencia Criminal de Gendarmería, desde Argentina, como reveló este diario en mayo de 2019.

De la lectura de las noventa fojas del fallo surge que, según Rafecas, la descripta actividad desplegada por los gendarmes fue realizada en el marco de la prevención de disturbios en las protestas que se venían realizando por la desaparición de Santiago, en especial frente a los escuadrones de Gendarmería. 

Aún en esa línea de pensamiento de "espionaje preventivo", entre los documentos presentados en la denuncia original hay uno que pone en evidencia que las tareas comenzaron antes de la desaparición de Santiago. Bajo el título "cronología", el CRI Neuquén detalló en un memorándum interno de Gendarmería:

  • 31/7: Ordenan reforzar las medidas de seguridad a las instalaciones de la Fuerza e intensificar la reunión de información sobre la Comunidad Mapuche.
  • 1/8: Sale comisión personal de esta unidad hacia Bariloche y otra a Esquel.
  • 2/8 y varios días subsiguientes: Escuadrón de Esquel mantiene libre tránsito en ruta 40.
  • 3/8: Referenciamiento satelital del lugar de conflicto. Se recepcionó llamado telefónico del Ministro de Seguridad Pablo Noceti (sic), quien libraría oficio judicial a los efectos de realizar pericias a los vehículos utilizados en el operativo. (nota: Noceti anticipó el allanamiento).
  • 4/8: Comisión Mapuche llevó a cabo en el monumento al Gral. San Martín (Neuquén capital) una radio abierta reclamando la libertad de Huala.

La denuncia

“Usaron una niña para grabarnos en un hotel de Esquel, y nos espiaron en uno de CABA”, le había dicho Sergio Maldonado al juez Rafecas en mayo de 2019 durante su declaración testimonial. Entre varios episodios relató que en esa localidad patagónica, una mujer y una menor, escudándose en la inocencia del juego infantil, grabaron las conversaciones con su compañera y su abogada mientras estudiaban documentos oficiales y buscaban a su hermano desaparecido. Esa no fue la primera ni la última vez que se dieron cuenta de los seguimientos.


“Hola Juan, perdón que te moleste mi nombre es Andrea Antico soy de Bariloche estamos pidiendo información sobre Santiago Maldonado.” Así, a través de un mensaje de texto, la cuñada de anarquista desaparecido el 1 de agosto de 2017 en territorio mapuche recuperado en Cushamen solicitaba ayuda luego de tres días sin noticias. Este SMS, una comunicación entre privados, llegó al teléfono celular de dos funcionarios públicos: el comandante de Gendarmería Fabián Méndez, quien lo reenvió al ex jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad Pablo Noceti. Andrea y Sergio estaban desesperados, alguien les sugirió que contactaran a Juan Carr, de la Red Solidaria, y así lo hicieron. ¿Cómo es que este mensaje apareció en los peritajes de los teléfonos de los gendarmes en la investigación por la desaparición y muerte de Santiago? Y habría más.

  • 3 de agosto: Al salir de la Pu Lof de Cushamen lo detienen en el control policial de Gendarmería. Al ver su nombre en la cédula verde y el carnet de conducir le piden el DNI, retienen y lo hacen bajar de su camioneta, mientras le preguntaban adónde iba y le hicieron abrir el baúl. Le revisaron la mochila que llevaba, se iba a quedar en Esquel para averiguar sobre Santiago. “Me preguntaban para qué quería una linterna, después uno decía que no me vaya, toda una situación para hacerte sentir miedo aunque estaba con la cabeza en otra cosa, encima no hay señal hasta llegar a Esquel”. Al llegar a esa ciudad se repitió completa la misma secuencia, que no tuvo nada que ver con un control de “rutina”.
  • 4 de agosto: A las 17.30 el Centro de Reunión de Información (CRI) de Gendarmería en Neuquén informa sobre una “concentración en plaza Pagano en El Bolsón. Y detalla que los manifestantes marchan a la Escuela 35, pero que por orden de Maldonado se reorganizan y se dirigen a la casa del jefe del Escuadrón 35. “Encima mienten, no ordené nada y eso se puede comprobar”, dice Maldonado. De hecho, en los audios entre las 10 y las 12 de ese día, los gendarmes hablan sobre los “palos del galpón para ir a garrotear y tirar piedras y molotov”, quienes iban a estar afuera del Escuadrón, lo cual se reflejó en la siguiente marcha donde efectivamente aparecieron infiltrados que fueron identificados por los manifestantes.
  • 7 de agosto: Un mensaje recibido en el celular del comandante Méndez decía “Andrea Antico y Sergio Maldonado van al Centro Cívico (de Bariloche). Son matrimonio (sic). Hay 150 personas, entre ellos unos 30 mapuches”.
  • 9 de agosto: Todos los contactos y amistades de Sergio y Andrea recibieron llamadas en las que alguien a quien conocían había recibido una llamada del gobierno diciéndoles que tenían información para darles sobre Santiago. “Así entre las nueve y las diez fue una locura, los que nos llamaban desesperados para decirnos se ponían como locos porque no se podían comunicar, se creó una psicosis telefónica”. Describe Maldonado que ese mismo miércoles, en un hotel en Esquel se presentaron Matías Garrido, Gerardo Milman y Daniel Barberis, junto a una mujer, todos funcionarios del Ministerio de Seguridad de la Nación. “La reserva la había hecho la Comisión Provincial por la Memoria, como no teníamos donde dormir terminamos de casualidad compartiendo la habitación con Nora Cortiñas, la excusa de Milman fue que no nos podían ubicar por teléfono, pero ¿cómo sabían que estábamos ahí? Toda la noche las tres personas que andaban con ellos de seguridad estuvieron en la mesa sentados detrás nuestro haciéndose notar mientras cenábamos en el hotel, y durante el día siguiente también, uno de ellos sentado en un sillón”. Algo más evidente aún sucedió en otra oportunidad, mientras tenían una reunión, en un bar absolutamente vacío en una esquina de Esquel. “Estábamos con Bregman y gente del Ceprodh, una persona miraba todo el tiempo el celular y leía en voz alta notas sobre Hebe de Bonafini”.
  • 12 de agosto: Luego del acto en Plaza de Mayo, Maldonado no podía dormir en el hotel Milán en CABA. “Empiezo a escuchar que alguien en voz alta va contando todo lo que había dicho Andrea la noche anterior”, recuerda.