Se completó otra semana de fuerte desorden comercial a raíz del nuevo salto en la cotización del dólar paralelo, que si bien es un mercado relativamente chico, incide sobre la formación de expectativas de los agentes económicos. 

En el sector productivo hay muchos rubros en donde la cadena de producción está frenada o semiparalizada, porque en algún eslabón hay retención de mercadería ante la incertidumbre del costo futuro al cual se podrá reponer. Las dificultades en el acceso al mercado oficial de divisas para la importación también juegan un rol porque pone mayor presión sobre el dólar paralelo.

Desde el sector metalúrgico explicaron a Página/12 que "el mayor problema ahora no es el aumento de los precios sino que directamente no hay precios, con empresas que no están ni produciendo ni vendiendo". En el sector plástico, el mayor proveedor del país, Dow Chemichal, frenó ventas y las pymes se quedaron sin forma de producir.

En la producción de papel, por ejemplo, los importadores de colorantes avisaron que no hay mercadería. En telas, los hilados borraron los precios, con lo cual las empresas están tomando pedidos de venta pero a remito abierto. En el sector de transporte, detallan aumentos durante junio del 20 por ciento en combustibles, 11 por ciento en lubricantes y 13 por ciento en cubiertas, entre otros.

Martín Vauthier, economista de la consultora Eco Go considera que "todavía es difícil ponerle un número de inflación a julio, porque hay mucha volatilidad y sectores con problemas de oferta". "Sin embargo, varios factores conjugan para esperar un número bastante más alto que el 5,3 por ciento que midió el Indec en junio. Entre ellos se destaca el endurecimiento del cepo sobre las importaciones a fines del mes pasado, que generó incertidumbre en el costo de reposición e impacto en precios. Además, hay muchos pesos en la cancha, producto de que el BCRA fue emitiendo fuerte para comprar bonos en el mercado secundario sin esterilizar plenamente. Adicionalmente, el salto en tasas implícitas en ROFEX que muchas empresas toman como cobertura y la aceleración en la devaluación del tipo de cambio oficial de 4,2 por ciento en junio a 5,2 por ciento acumulado en julio y hasta 5,6 por ciento en el margen", explica.

Desde el sector de concesionarias de autos cuentan que "las terminales venían con restricciones en las entregas pero ahora prácticamente se paró todo. Si antes la oferta era escasa por falta de unidades, ahora empeoró".

Panificados

Las subas y la incertidumbre de precios también afectan al sector de consumo masivo, sensible por su impacto directo en el presupuesto de los hogares más humildes. La Federación Industrial Panaderil de la provincia de Buenos Aires aseguró este viernes que no está recibiendo las harinas a precios subsidiados, como contempla el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino que impulsó el Gobierno. 

Así, los panaderos estimaron que los precios se ajustarán en un 10 por ciento hacia fines de la semana próxima o principios de la siguiente, con lo cual el kilo del pan podría llegar, en todo el país, hasta los 400 pesos. Cabe recordar que a principios de abril, el por entonces secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, negociaba con los empresarios del sector un precio de entre 220 y 270 pesos el kilo de pan durante 90 días. Los panaderos explican que la bolsa de harina de 25 kilos cuesta sin subsidios 2500 pesos, que se reducen a 1346 pesos si se cobran el aporte estatal.

Un empresario panadero de la provincia de Santa Fe indicó que en el último mes los panificados aumentaron entre un 20 y 25 por ciento. "Si bien la harina no se movió mucho, la materia grasa, el azúcar y la levadura subieron entre 30 y 40 por ciento. Y además hubo cobertura de precios por los aumentos en energía y de sueldos.