El 7 de agosto se concretó una reunión virtual convocada por la Comisión Organizadora del 35° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, No Binaries, Intersex, Bisexuales, que se realizará entre los días 8 y 10 de octubre en San Luis, territorio Huarpe, Comechingon y Ranquel. En el diálogo se fueron levantando fueguitos. El primero lo encendió Miriam Orellano, de la Comunidad Ranquel de San Luis. El fuego sagrado marca compromisos, solidaridades, luz, calor, en un contexto de fuerte crisis del país. Este 35 Encuentro será histórico: el primero en San Luis, el primero después de la pandemia y el primero desde la aprobación del aborto legal. Un aluvión de mujeres, tortas, travas, trans, no binaries, intersex llegará en octubre a la capital puntana. Quienes promovieron la división del encuentro convocando a otra cita, se debaten internamente sobre la posibilidad o no de asumir este rol de fragmentar a un movimiento histórico, cuando queda claro que la continuidad y masividad de los encuentros está garantizada en la cita de Octubre.

Paula Lorenzo, autora junto a Amanda Alma del libro “Mujeres que se encuentran” comentó su investigación sobre el significado de los Encuentros como procesos cambiantes, que han tenido numerosas transformaciones a lo largo de los años.

De la Comisión Promotora del primer Encuentro (Buenos Aires, 1986) Adriana Carrasco, relató: “Yo era la más chica, tenía 21 años, era una lesbianita, una tortillerita feminista, que me había ido de la Juventud Peronista porque estaba harta del machismo. Si vemos los encuentros del primero al último, lo que los atraviesa es el feminismo. En 1986 éramos 200 feministas más o menos. Vean lo que es hoy. Un movimiento de masas que explota en 2015 con el primer Ni Una Menos. El 35 Encuentro está mostrando la situación del movimiento feminista en el momento actual. Es muy importante la inclusión de las lesbianas en el nombre del Encuentro. En la primer Comisión Organizadora éramos 5 adentro del armario, enclosetadas en el feminismo. Después muchas lesbianas nos jugamos la xatriada (en inclusivo) de llevar adelante el Pluri, que es además antirracista. El 35 Pluri es un Encuentro feminista, transfeminista, antipatriarcal, antirracista, plurinacional, lo que significa reconocer que estamos en un Estado Nación que perpetró una serie de genocidios contra los pueblos originarios, contra los pueblos negros.”

A lo largo del diálogo se hizo presente la memoria de compañeras que extrañamos. Varios relatos evocaron la osadía de Lohana Berkins, una de las primeras travestis en habitar los encuentros, arrancando sonrisas y emociones. Nora Llaver y Sofía D´Andrea, de Mendoza, recordaron a Alieda Verhoeven, pastora de la Iglesia Metodista y feminista. Desde Córdoba Lu Barraza y Nati Di Marco trajeron a Marcela Expósito, del Frente Popular Darío Santillan, cuando se cumple un año de su partida. Nina Brugo evocó a Elsa Mura, sindicalista feminista de San Luis. Fueron muchas las menciones a Dorita Coledesky, artífice insoslayable en la pelea por el aborto legal, seguro y gratuito. Todas esas diversidades caben en nuestros feminismos, y tantas más.

En los Encuentros se disfrutó la potencia del abrazo, pero también hubo tensiones ante las acciones de los grupos antiderechos, y la represión policial. Nora Llaver recordó los ataques que recibieron del fundamentalismo religioso en Mendoza: “Nos quemaron una escuela histórica, porque ahí teníamos el programa de salud sexual y reproductiva. Nos devastaron las instalaciones eléctricas en el club Pacífico donde hacíamos la peña. Pusieron bombas molotov en micros que venían de distintas provincias. Fuimos brutalmente perseguidas, sobre todo porque en el 2004, en la calle, fuimos más de 20.000 mujeres y disidencias. Frente a la iglesia de los jesuitas, donde se habían puesto los machirulos brazo con brazo, gritando la consigna de Cristo Rey, que la habían pintado también en las paredes, Lohana se levantó la remera mostrando sus poderosas tetas. Fueron todas demostraciones de fuerza y poderío”.

La creatividad feminista logró superar cada obstáculo. Cuando había temas que las comisiones organizadoras no contemplaban, se realizaban talleres autoconvocados. Nina Brugo emocionó con su testimonio como partícipe de todos los encuentros. Sofía D´Andrea instó a escuchar las distintas perspectivas, incluso aquellas que incomodan, retrasan, como las de quienes rechazan el cambio del carácter del encuentro.

El diálogo intergeneracional fluyó con emoción. Lu Barraza, de Ni Una Menos Córdoba, señaló: “Cada vez que el encuentro pasa por un territorio deja una huella enorme, aprendizajes gigantes, y una construcción colectiva que si se aprovecha, puede hacer pura magia. El Encuentro puede profundizar la unidad en la lucha. Pone al feminismo en movimiento, en la necesidad de transformación permanente”. También desde Córdoba, Natalia Di Marco señaló que “algo que a nosotras como Comisión Organizadora en el 2007 nos transformó, fue ver al Encuentro en términos de construcción política, como acumulado de la lucha de los encuentros anteriores. Dimos una enorme batalla en la Comisión Organizadora para que repudiara el asesinato del compañero docente Carlos Fuentealba, porque no se podía mirar a otro lado ante la brutalidad de la represión estatal. Sostuvimos la exigencia de libertad para Romina Tejerina, la legalización del aborto, y el pronunciamiento solidario con distintas luchas de los pueblos.”

Cintia Vilar fue parte de la Comisión Organizadora del Encuentro de Rosario. Compartió la experiencia de creación de un circuito cultural que llegara a todas las barriadas más alejadas, para hacer posible la mayor participación de las mujeres y disidencias. Valoró las palabras escuchadas de compañeras del Abya Yala hasta Kurdistan. Hubo también aportes de compañeras de Tucumán, Chaco, Trelew. El último fuego se encendió en La Plata, donde Paula Bonomi relató la intensidad del Encuentro de 2019. “En La Plata, territorio querandí, nos encontramos con grandes debates. En los talleres, en la peatonal feminista, en el acto de clausura, hemos recogido la plurinacionalidad, y el apoyo a este carácter de los encuentros”. María Julia Constant, de la Colectiva Feminista Las Azucenas fue contundente: “Estamos convencidas y convencides que el encuentro debemos ser todes, que tiene que ser construido colectivamente, en horizontalidad. No vamos a negar la gran pelea que tuvimos que dar en las asambleas masivas de la comisión organizadora en La Plata, especialmente con el PCR, para que estas consignas se lleven a cabo. Planteamos la necesidad de democratizar el Encuentro, que ninguna organización política lo dirija, que las decisiones se tomen en Asamblea. Dimos una pelea para tener el encuentro plurinacional y de las disidencias en San Luis, con una Comisión organizadora democrática, horizontal, que construye colectivamente. Que ninguna organización política, se llame como se llame, dirija los encuentros. Defendamos toda la historia, y especialmente la autonomía de los encuentros”.

Cerró el diálogo Miriam Orellano: “Nosotras siempre decimos: no queremos que nos den una mano, sino que nos saquen las manos de encima. Acá hay muchos terratenientes que nos han tenido con las manos encima, pero gracias al apoyo de ustedes nos sentimos amparadas y libres. Gracias a la plurinacionalidad esto se va a terminar”.

En el fuego encendido está la promesa del próximo encuentro. Ya se huele la cercanía de la marea, que no puede contenerse con gestos de disciplinamiento, o tirando piedras hacia la fuerza incontenible de las olas que inundan de alegría las luchas feministas, antirracistas, contra el régimen heterosexual, adultocéntrico, patriarcal, capitalista y colonial. A pesar de todo ¡en Octubre es el encuentro!