El Gobierno oficializó la emisión del bono a 100 años, por un valor nominal de 2750 millones de dólares y un rendimiento anual del 7,125 por ciento, operación por la cual fue imputado judicialmente el ministro de Finanzas, Luis Caputo, bajo investigación por supuesta administración fraudulenta. El extenso prospecto de seis anexos, publicados en inglés y español, acompaña a la Resolución 97 del Ministerio de Finanzas, a través de la cual se dispone la emisión del nuevo instrumento de deuda pública que tendrá vencimiento en el año 2117. Los cuatro bancos colocadores adquieren los bonos con un descuento del 10 por ciento, por lo cual el monto neto a percibir por el país es de 2475 millones, “antes de deducir las comisiones y los gastos de oferta pagaderos por la República”. Sobre ese monto neto recibido como préstamo por la emisión, los intereses de 195.937.500 dólares que el gobierno se compromete a pagar anualmente, es equivalente al pago de una tasa del 7,92 por ciento. Dichos intereses se pagarán semestralmente, y el primer vencimiento tendrá lugar el 28 de diciembre de este año (Día de los Santos Inocentes). Los posteriores, tendrán lugar el 28 de junio y 28 de diciembre de cada año. 

 Uno de los grandes interrogantes que existía era cuál sería el destino que el gobierno le daría a los recursos obtenidos mediante esta emisión, que no tuvo carácter de “oferta pública” y se mantuvo en absoluta reserva hasta el día lunes 19, cuando recién se informó sobre la misma. El prospecto no ayuda demasiado a develar la intriga. En el capítulo Destino de los Fondos, simplemente se plantea que “La República planea utilizar el producido neto de la venta de los bonos para fines generales del gobierno, inclusive para financiación”. Es decir, en cualquier rubro del gasto público, incluso para cubrir el déficit. 

 El artículo segundo de la Resolución 97 de Finanzas dispone que “la República Argentina tendrá derecho, a su opción, a rescatar los “Bonos Internacionales VTO 2117” en forma total o parcial en cualquier momento, o en forma periódica antes de su vencimiento”. Es decir, se reserva una cláusula o derecho a resolver una cancelación anticipada mediante la recompra de los bonos. Para ejercer esa opción, deberá comunicarlo “mediante notificación cursada con por lo menos 30 días de anticipación” al momento del rescate anticipado de los bonos.

En tal caso, y conforme lo describe el prospecto, el Estado no sólo estará obligado a cancelar la totalidad del capital de los bonos que se rescatan (por su valor nominal, sin importar el precio de mercado que tengan en ese momento), sino además los intereses a pagar por los períodos remanentes hasta 2117. Esto es, si al décimo año de emisión (2027), se resolviera el rescate total de los bonos, deberán abonarse 2750 millones de dólares del valor total del capital (que vence en 2117), más los intereses que hubiera correspondido pagar en los 90 años siguientes (196 millones por 90 años, es decir un total de 17.640 millones de dólares). El prospecto define que este pago no se hará por el valor total de esos intereses por vencer, sino aplicándole una tasa de descuento equivalente a la tasa de los títulos del Tesoro de los Estados Unidos más medio punto porcentual. Es decir, que aquellos 196 millones anuales (98 millones semestrales, más estrictamente) deberían pagarse a un valor presente calculado con la denominada tasa de descuento. 

 Los cuatro bancos designados como colocadores de los títulos son Citigroup Global Markets, HSBC Securities, Nomura Securities International y Santander Investment Securities. Los dos primeros operan como compradores iniciales de bonos por un valor nominal de 1237,5 millones de dólares cada uno. Los dos últimos, reciben bonos por 137,5 millones cada uno. En todos los casos, el monto a pagarle a la República Argentina es el 90 por ciento del valor nominal mencionado. Por lo tanto, a la comisión que cada uno de estos bancos colocadores recibe por su tarea, del 0,12 por ciento (apenas 3,3 millones de dólares en total), se le agrega la más atractiva diferencia que cada uno obtendrá cuando le venda el bono a un tercero, de acuerdo a su cotización en el mercado secundario. El lunes 26, la cotización del bono ya le representaba a los cuatro bancos, en su conjunto, una ganancia sobre el valor inicial de 110 millones de dólares como mínimo.