El aumento del Índice de Precios al consumidor de 6,7 por ciento que se registró en marzo fue la más alta de los últimos 20 años y encendió las alarmas de un gobierno que aún no encuentra soluciones para la problemática de la inflación.

La pandemia, la guerra en Europa, la especulación y la deuda con el Fondo Monetario Internacional fueron algunas de las dificultades con las que tuvo que lidiar el gabinete económico encabezado por Martín Guzmán a quien tanto propios como extraños le piden aplique distintas medidas para contener el incremento de los precios.

En comunicación con AM750, los exdiputados Fernanda Vallejos y Néstor Pitrola, los diputados Martín Tetaz y José Luis Espert y los economistas Hernán Letcher, Andrés Asiain y Leandro Marcarian plantearon sus ideas y propuestas para frenar la escalada de precios.

Fernanda Vallejos, economista y exdiputada del Frente de Todos

En un contexto de inflación elevada como el argentino, que tiene un fuerte impulso de la inflación internacional, es necesario contar con instrumentos adecuados para desacoplar precios internacionales y domésticos. Indudablemente, desde una perspectiva económica, el mecanismo más eficiente para enfrentar una coyuntura como la actual es un esquema con alícuotas móviles, que pasada la coyuntura excepcional de la guerra permita retornar las alícuotas a sus niveles "normales", lo cual daría previsibilidad al sector, capturando, mientras duren las circunstancias extraordinarias las rentas que se derivan de esa situación y haciendo posible desacoplar precios, de manera de evitar la erosión de los salarios reales que deberían ser el principal objetivo de la política económica argentina: los salarios perdieron casi 9 puntos de participación en el ingreso nacional entre 2016 y 2021, un avance de la desigualdad en lo que hace a la distribución primaria del ingreso que urge corregir.

También, y en el mismo sentido, es evidente que, como muchos advertimos, las reglas que el FMI impuso son nocivas y disfuncionales para la economía argentina: entre ellas la regla cambiaria mencionada, y también el cambio en la política tarifaria (en marzo los precios regulados sufrieron un incremento de 8,4 por ciento, casi 2 puntos por encima del nivel general). Esto debería ser revisado si se quiere atacar el problema inflacionario que limita las posibilidades del país de resolver las heridas más lacerantes, que son la pobreza y la desigualdad.

José Luis Espert, economista y diputado de Avanza Libertad

Cuando analizás el índice de precios se puede observar están subiendo todos los rubros. De hecho alimentos no está subiendo más que otros. En este mes fue el segundo que más subió y en promedio en los últimos quince meses viene subiendo en el cuarto o quinto lugar.

Esto marca que no tenés un problema solo con la de subas de alimentos sino un problema de inflación porque tenés un aumento generalizado de todos los componentes del índice de precios.

Cuando tenés problemas de inflación, quiere decir que estás frente a un problema monetario, es decir, un problema de oferta y demanda de dinero. Hay exceso de oferta de dinero. Eso se controla reduciendo la oferta, es decir reduciendo el déficit fiscal, bajando el gasto público porque la gente no da más de pagar impuestos y generando confianza para que haya más demanda de dinero .

Néstor Pitrola, economista y exdiputado del Frente de Izquierda

Por supuesto que la inflación tiene un origen multicausal pero ni el gobierno actual ni el de Macri atacaron las causas profundas de la inflación. Acá hay que terminar con la inflación importada mediante un control soberano y un monopolio estatal del comercio exterior que pueda garantizar que los costos argentinos se respeten en el precio y el valor de los productor en la Argentina.

Hay que terminar con los saltos devaluatorios lo cual supone acabar con la fuga de capitales y los manejos cambiarios que hace el capital financiero. Eso requiere una banca pública única que establezca un real control de cambio que no ha habido de ninguna manera en los últimos gobiernos.

Hay que terminar con la emisión monetaria espuria. Hoy el gran motivo de emisión monetaria son los intereses de la Leliq del Banco Central. Hay que terminar con la usura financiera y hay que terminar con tener al país sometido a una deuda publica que es completamente usuraria.

El repudio a la deuda y la ruptura con el FMI es parte integral de un plan antiinflacionario que, por supuesto, debe recomponer salarios y jubilaciones al nivel de una canasta familiar. Adicionalmente y en transición, hay que abrir los libros de las empresas formadoras de precios cosa que jamás ha hecho el gobierno.

Martín Tetaz, economista y diputado de Juntos por el Cambio

Por suerte tenemos abundante evidencia internacional que demuestra que a la inflación se la combate con un Banco Central independiente con una política monetaria razonable y austera.

Esa es la forma en la que lo ha hecho Chile, Colombia, Perú, México, Brasil, Paraguay, Uruguay. Donde hay un Banco Central independiente no hay inflación.

Por el contrario, cuando en un país como en Argentina, el poder ejecutivo toma por asalto al BC, le hace imprimir 4 billones de pesos, lo que ocurre es que devalúa tanto la autoridad del presidente del BC que en la práctica es equivalente a que el Presidente firmara un pagaré. Cada billete argentino es un pagaré firmado por un presidente devaluado.

Hernán Letcher, economista y director del CEPA

Cuando tenés diversas dimensiones en la cuestión del fenómeno inflacionario hay que abordarlas todas juntas. El indicador de marzo ilustra que el impacto inflacionario se dio en distintos aspectos. Por un lado el conflicto bélico en Europa genera desacoples.

Es cierto que las exportaciones del trigo están declaradas para todo el año por lo cual aplicar retenciones no tiene mucho sentido en este segmento y por eso se está implementando el fideicomiso del trigo cruzado con la soja. Pero habría que implementar un mecanismo para el girasol, maíz y aceites porque el impacto del conflicto bélico es significativo.

Respecto de la cuestión oligopolios, en marzo también se ilustra un impacto sensible. Yo sigo pensando que el control territorial tiene centralidad y que hay que implementarlo con mucha fuerza al igual que la publicidad para que la gente sepa que tipo de programa se están implementando.

En tercer lugar tiene que haber una mejor coordinación de las distintas áreas del poder ejecutivo. Hoy el Estado otorga beneficios en clave de subsidios a las empresas y esas mismas empresas remarcan. Hay una contradicción allí. En ese sentido se ha tomado conciencia y se está empezando a trabajar.

Algunos segmentos en particular hay que atenderlos de manera particular. Hay que discutir con el sector textil porque no hay ninguna justificación para el 75 por ciento de aumento interanual. Algo parecido pasa en el caso de hoteles y gastronomía con el tema del Previaje. En estos dos sectores hay un mal uso de una herramienta política. Esto hace que el sector sobremarque y se quede con una porción de esa herramienta.

Finalmente hay que administrar los regulados.

Leandro Marcarian, economista Liberal

La inflación es siempre y en todo momento un fenómeno monetario. En Argentina, es la consecuencia de la financiación del déficit con emisión. No se puede controlar la inflación sin controlar los agregados monetarios, y no se puede controlar los agregados si no se elimina el déficit.

De todos modos, yo soy de los que creen que el público argentino ya ha perdido la capacidad de confiar en el peso, por lo que, en mi opinión, mientras exista un BCRA con posibilidad de emitir moneda, habrá inflación en Argentina. La única alternativa que puede eliminar la inflación en Argentina es la dolarización total y completa de nuestra economía.

Andrés Asiain, economista y Director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz

En el corto plazo el gobierno lo que puede hacer es transferencia a los sectores de menores ingresos para compensar la perdida por inflación. Esto es aumentos en la tarjeta alimentar, en la Asignación Universal, en las pensiones, en la jubilaciones y los salarios mínimos.

Después puede tomar medidas para tratar de generar acuerdos con sectores empresarios para generar una canasta de consumo alternativa a un precio razonable para tratar de contener el impacto de la inflación sobre los sectores más humildes.

A nivel sectorial debería intentar neutralizar o amortiguar el impacto del alza de los precios internacionales, especialmente en la cadena del trigo. A nivel más estructural tiene que atacar los elementos inerciales de la inflación que no se contienen con las medidas que tiene el acuerdo del FMI de reducción de emisión monetaria ni de déficit sino que requiere un programa que ataque directamente a los elementos inerciales de la inflación.

En ese caso nosotros desde el CESO proponernos una política basada en generar un periodo de estabilidad de precios a partir de un acuerdo social con un congelamiento total de precios por tres meses, tipo de cambio y tarifas, acompañado de una paritaria de salario real indexada de ese periodo de congelamiento y hacer converger a esa nominalidad los alquileres y las tasas de interés.