Desde Santa Fe

En sus últimas palabras, el experto en inversiones financieras y presidente de Bolsafé Valores SA y BV Emprendimientos, Mario Rossini, insistió en su “inocencia”. Dos horas después, el Tribunal Oral de Santa Fe lo condenó a 15 años de prisión como “autor” de los delitos de “administración fraudulenta” en 459 hechos y “captación de ahorro público sin autorización” agravado por el uso de medios masivos. Lo inhabilitó por seis años y le impuso una multa equivalente a “tres veces el monto de las operaciones” que realizó que -según un informe de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) en 2016- superaban los 250 millones de pesos (y eran el equivalente a 17 millones de dólares). El fiscal Martín Suárez Faisal le había pedido una pena de 18 años de prisión y una multa de 900 millones de pesos. Rossini seguirá en su casa, la sentencia ordenó su “inmediata detención” –así lo dice-, pero cuando la condena “quede firme”, lo que es una incógnita porque las querellas ya anunciaron que apelarán ante la Cámara de Casación Penal y luego sigue el capítulo de la Corte Suprema de la Nación.

El veredicto se conoció ayer al mediodía tras un juicio que comenzó hace casi un año, en setiembre de 2021. Lo leyó el juez José María Escobar Cello, quien presidió el Tribunal que integraron sus colegas Luciano Lauría, Germán Sutter Schneider y Mario Gambacorta, como cuarto magistrado. Los fundamentos se conocerán el 12 de octubre, a las 13.

Además de considerar culpable a Rossini como “autor” de “administración fraudulenta” en 459 hechos, el Tribunal condenó también a los dos ex vicepresidentes de la empresa: el abogado Omar Santos Rossini –hermano del financista- y la contadora Mercedes Leiva como “partícipes necesarios” del mismo delito y la misma cantidad de hechos. Si bien la pena es similar: a Omar Rossini le impuso tres años y seis meses y a Leiva tres años, la modalidad es distinta: el primero la cumplirá recién cuando quede firme y en el caso de la contadora quedó en “suspenso”. La diferencia se explica: el hermano de Rossini fue vicepresidente del directorio desde 2006 hasta mayo de 2012, cuando lo reemplazó Leiva hasta agosto de 2012. El desplome se produjo tres meses después, en noviembre de 2012.

Mientras tanto, las seis empleadas de la empresa que llegaron a juicio fueron absueltas de “culpa y cargo”. Salvo una que estaba en la sala de audiencia, las demás escucharon el veredicto por video conferencia, entre el alivio y los llantos. La situación de las seis cambió en los alegatos, cuando el fiscal Suárez Faisal se abstuvo de acusarlas porque las consideró “víctimas” de Rossini. Suárez Faisal dijo que el empresario contrató a las jóvenes por su “aspecto físico y belleza” para dar una imagen de la empresa que no era real. En el juicio quedó probado que ellas no sabían que su jefe era “el autor de la mayor estafa conocida en la ciudad de Santa Fe”, dijo el fiscal. “Si todos los ahorristas fueron engañados, ¿Por qué no hubieran sido engañadas estas chicas? Tanto las engañó que hasta el día que lo metieron presos, les dijo: ‘Vuelvo en 15 minutos’”.

Rossini utilizó a sus empleadas como “instrumentos del delito”. Su conducta es “un acto de violencia de género en la modalidad de violencia” porque “las expuso a enfrentarse con clientes rabiosos por la estafa" y "ante los medios de comunicación que revelaron sus identidades y las dieron como culpables por esta causa”. El Tribunal las absolvió a las seis.

Ayer, en sus últimas palabras ante los jueces, Rossini insistió en su “inocencia”, dijo que “nunca” tuvo la intención de perjudicar a sus ahorristas. “Atendí a las personas hasta el momento mismo de mi detención. No tuve intenciones de defraudar a ningún inversor y menos de tener beneficios de provecho propio o de terceros”. “El incumplimiento se dio por medidas tomadas sin medir las consecuencias, ajenas a mi persona, en noviembre y diciembre de 2012, después de 20 años de funcionamiento normal y cumplir con los contratos. No explicó quién tomó esas “medidas” que generaron su derrumbe. 

En su alegato, Suárez Faisal dijo que Rossini operaba como un “psicópata social y económico”. Su personalidad “extravagante”, “narcista” y “ególatra” quedó expuesta en el juicio “cuando nos contó distintas fábulas para justificar sus desfalcos millonarios donde todo giraba en torno a su persona y sus capacidades. Eso habla de un psicópata social, él es un psicópata económico" que "culpó a todos los demás" bajo el argumento de que 'todos me querían destruir porque yo era el más exitoso del mercado', dijo en su declaración. “Patrañas señores jueces, él destruyó la vida de cientos de personas que son miles si consideramos sus allegados”, concluyó el fiscal.