Con un programa nutrido, que entre otras cosas incluirá el estreno mundial de una obra de Daniel Binelli, la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto se presentará el miércoles a las 20 en el Auditorio Nacional del Centro Cultural Kirchner. Resplandor se llama la composición del bandoneonista y compositor argentino radicado en España. El repertorio, dirigido por Lucía Zicos, se completará con tres piezas de Astor Piazzolla dedicadas al contrabajo, con Sergio Rivas como solista: "Contrabajeando" y "Contrabajísimo", ambas en el arreglo del recordado José Bragato, y "Kicho", en la versión de Osvaldo Piro. También se escuchará "Tanguestein", de Osvado Suárez --Premio "José María Castro" de Sadaic a la mejor obra de cámara 2017-- con la participación como solistas de David Lheritier en clarinete, María Marta Ferreyra en fagot y Fanny Suárez en piano. Las entradas gratuitas se pueden reservar en la web del CCK (www.cck.gob.ar).

Resplandor fue especialmente encargada para celebrar el 74º aniversario del paso de la Orquesta Porteña, creada en 1931 por el autor de “Caminito”, a la órbita estatal, que se dio durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón, en 1948. Fue entonces que pasó de los catorce integrantes originales a una planta de cuarenta músicos asumiendo las características que hoy la hacen una orquesta única.

“Esta es una orquesta muy especial, diría excepcional”, asegura Binelli al comenzar la charla con Página/12. “Por ejemplo, es una orquesta de cámara, pero tiene bandoneones y eso permite pensar el tango más allá de la orquesta típica. Además, los músicos que la integran son excelentes, con un perfil que atraviesa lo clásico y lo popular que no es muy fácil encontrar”, observa el bandoneonista. “Con la Filiberto me une un gran afecto, desde que tengo uso de razón. Estrené muchas obras con ellos. Cuando tenía 18 años toqué un concierto de un integrante de la orquesta, Juan Buscaglia, y también fui parte de los bandoneones en la época que la dirigía Osvaldo Requena”, recuerda.

Binelli asegura que Resplandor es una obra distinta dentro de su nutrido catálogo. El uso de la dodecafonía --el sistema puesto a punto en la década del ’20 del siglo XX por Arnold Schoenberg, que sirvió de llave de mandala para muchas experiencias de las vanguardias históricas--, la hace también distinta entre la música que circula por la amplia avenida de la música ciudadana de estos tiempos.

“La obra se articula en tres movimientos y está vinculada al tango, a la milonga y al candombe, pero desde una visión distinta”, explica el compositor. “Emplear el sistema dodecafónico me permitió ir hacia un horizonte distinto, probar otros colores y otras texturas. Trabajé mucho buscando el modo de amalgamar esas técnicas con un sonido más cercano, más argentino, digamos. Y para eso fue muy importante también el trabajo que hice sobre los ritmos. Soy de los que piensa que hay que aportar cosas nuevas y con esta orquesta es posible aventurarse en cualquier tipo de experimentos”, asegura Binelli.

Fue otro compositor y bandoneonista, Eduardo Rovira, el primero de emplear el sistema de composición por doce tonos en el tango. Lo hizo en el tema “Serial dodecafónico”, que está en el disco Tango vanguardia, de 1963. “Claro, Rovira lo hizo hace mucho, pero con una formación instrumental más acotada. En este caso se trata de una orquesta grande y una articulación formal de amplio respiro”, compara Binelli.

Una orquesta como “La Filiberto” también le permite al compositor sostener ciertas características de la tradición del tango, cuando se componía, y sobre todo se arreglaba, teniendo en cuenta los rasgos estilísticos de sus integrantes. “En aquella época era así y ahora una orquesta única como la Filiberto, repito, integrada por músicos excepcionales, nos permite sostener esa tradición, algo que tal vez no podríamos hacer con una orquesta sinfónica clásica, mucho más genérica”, asegura Binelli. “Esta es una música comprometida en ese sentido y la compuse pensando en esta orquesta que conozco bien. Me entusiasmé pensando en una línea de bandoneones como la que conforman Horacio Romo, Nicolás Henrich y Lautaro Greco, un primer violín Brigitta Danko y un pianista como Christian Zárate. Además la directora será Lucía Zicos, una joven brillante, que está muy interesada en esta obra”, continua el compositor.

Residente en Estados Unidos durante casi veinte años y ahora radicado en España, Binelli no deja de venir a la Argentina. “Estemos como estemos, siempre vuelvo a Buenos Aires”, dice y habla de afectos y motivos profesionales. “Acá tengo parte de mi familia, pero además estreno música, armo grupos, impulso proyectos”, cuenta. Hace unos días estuvo en Paraná, tocando con el guitarrista Eduardo Isaac, y también en Rosario ofreciendo talleres y conciertos. Después del estreno de Resplandor, el miércoles 31 de agosto ofrecerá en Bebop Club un concierto a dúo con el guitarrista César Angeleri.

Alma iluminada, para bandoneón, órgano y orquesta de cuerdas, comisionada por la Catedral de Connecticut; Contrabando, para piano, bandoneón y orquesta escrita para la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico; Tres movimientos concertantes, para bandoneón y orquesta, nacida de un encargo de la Orquesta de la Tonhalle de Zurich; Ciudad caliente, para grupo instrumental, bandoneón, violín, violoncello y piano --estrenada en 2018 por la misma “Filiberto”--; Encuentros, para bandoneón, violoncello y orquesta –estrenada en 2019 por la Sinfónica Nacional--. Estas son algunas de las obras de uno de los compositores surgidos del tango que siguiendo la línea iniciada por Astor Piazzolla, a quien acompañó en su último sexteto, ha desarrollado un interesante catálogo de obras sinfónicas. “Acabo de terminar una misa para coro, percusión, órgano y bandoneón, que se estrenará el año que viene en Estados Unidos”, agrega Binelli. “Fui bandoneonista toda la vida y tuve la suerte de ser profesional desde muy joven, con orquestas como la de Osvaldo Pugliese. Esa fue mi primera escuela. Desde entonces, trato de seguir aprendiendo”.