A poco más de dos meses de las elecciones legislativas, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este miércoles que perdonará parte de la deuda que millones de universitarios contrajeron con el Gobierno Federal para poder pagar sus estudios.

El anuncio llega después de meses de debate interno dentro del Gobierno y de que, en 2020, se interrumpieran los pagos de deuda estudiantil como medida de alivio por la pandemia. "Manteniendo mi promesa de campaña, mi administración está anunciando un plan para dar un respiro a las familias trabajadoras y de clase media mientras se preparan para reanudar los pagos de préstamos estudiantiles federales en enero de 2023", escribió el mandatario en Twitter, en lo que parecería un guiño al voto joven en vistas de los comicios del 8 de noviembre.

En concreto, el mandatario informó de la cancelación de hasta 10 mil dólares de deuda por estudiante, pero esa medida solo beneficiará a aquellos que ganan menos de 125 mil dólares al año o a quienes, estando casados, sumen ingresos por debajo de los 250 mil dólares anuales. El Gobierno estadounidense considera que el 90 por ciento de la ayuda irá a hogares con ingresos de 75 mil dólares anuales o menos, según indicó el informe de la Casa Blanca publicado este miércoles luego del anuncio del presidente Biden.

En un intento por ayudar a los estudiantes con menos ingresos, Biden también explicó que se cancelarán 20 mil dólares en la deuda contraída por los beneficiarios de unas becas llamadas Pell. El Programa de Becas Federales Pell ofrece subvenciones por parte del gobierno a personas con bajos recursos o a determinados estudiantes que ya cuenten con una licenciatura. El objetivo del programa es promover el acceso a la educación luego de la escuela secundaria. Según la Casa Blanca, el 66 por ciento de los beneficiados por las becas Pell tienen un ingreso anual menos a 30 mil dólares.

Por otro parte, el mandatario volvió a prorrogar el programa de alivio que creó el ex presidente Donald Trump al inicio de la pandemia para poner en pausa los pagos de deuda estudiantil. Específicamente, Biden precisó que los pagos seguirán suspendidos hasta el 31 de diciembre, pero avisó que esta es la última vez que se prorrogará el programa de alivio y que los pagos se reanudarían en enero del año entrante. Al respecto, en un comunicado, el Departamento de Educación pidió a los estadounidenses con deuda estudiantil que se preparen para volver a afrontar los pagos a partir del nuevo año.

La deuda de los estudiantes

En Estados Unidos, la situación de la deuda educativa, que acumulan miles de estudiantes, es un problema que lleva décadas. A lo largo del país, 45 millones de personas deben 1,6 billones de dólares en préstamos estudiantiles, una cifra que supera las deudas que acumulan en créditos para la compra de autos, de tarjetas de crédito u otras deudas vinculadas al consumo, por fuera de las hipotecas.

Las universidades estadounidenses a menudo pueden costar entre 10 mil y 70 mil dólares al año, lo que deja a los graduados con una deuda abrumadora cuando ingresan a la fuerza laboral. Según estimaciones del gobierno, la deuda promedio de los estudiantes universitarios estadounidenses cuando se gradúan es de 25 mil dólares, una suma que muchos tardan años o incluso décadas en pagar. Acorde al informe de la Casa Blanca, el costo de las universidades, tanto públicas como privadas, casi triplicó su valor desde 1980, incluso teniendo en cuenta la inflación.

Las repercusiones en el gobierno

Un grupo de senadores del Partido Demócrata y organizaciones que representan a minorías raciales llevaban meses presionado a Biden para que perdonara toda la deuda estudiantil o al menos una parte. El líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, y la senadora progresista Elizabeth Warren alabaron en un comunicado conjunto la decisión de Biden y recordaron que ningún presidente de EE.UU. había hecho tanto para aliviar la carga que pesa sobre muchos universitarios.

Pese a las felicitaciones, tanto Schumer como Warren habían solicitado a Biden que perdonara a los estudiantes una cifra mayor a los 10 mil dólares, ya que en algunos casos las deudas pueden superar los 100 mil e incluso los 200 mil dólares.

Por su parte, la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP), el principal grupo de EE.UU. en defensa de los afroamericanos, consideró que el anuncio no es suficiente y recordó que la comunidad negra se ha visto afectada desproporcionalmente por el problema de la deuda estudiantil.

“El presidente Biden debería cancelar la deuda estudiantil para ayudar a reducir la brecha de riqueza racial entre los prestatarios, proporcionar alivio al 40 por ciento de los prestatarios que nunca terminaron su carrera y dar a las familias trabajadoras la oportunidad de comprar su primera casa o ahorrar para la jubilación. Es lo correcto.”, expresó en su Twitter Warren este martes, antes del anuncio de la Casa Blanca.

Los republicanos, por su parte, se oponen bajo el argumento de que recortar cualquier cantidad de los préstamos a los graduados es injusto para aquellos que pasaron años ahorrando para pagar sus deudas.

“El préstamo socialista del presidente Biden es una bofetada en la cara de cada familia que se sacrificó ahorrando para la universidad, cada graduado que pagó su deuda, y cada americano que eligió determinada carrera o que fue voluntario para servir a nuestras Fuerzas Armadas para evitar entrar en deudas. Esta política es asombrosamente injusta” publicó en su Twitter, Mitch McConnell, líder republicado en el Senado estadounidense.