El duelo se inició a todo ritmo, con Defensa planteando una disposición de 3-5-2 (o 3-4-3) para buscar lastimar a espaldas de los laterales de River, que pasan mucho al ataque. En los primeros instantes amagó con imponerse, pero la jerarquía de los dirigidos por Gallardo marcaron diferencia a los tres minutos de juego.

De La Cruz presionó a Gutiérrez y le robó la peota, Quintero filtró para Solari, la defensa de Defensa no hizo pie y el ex Colo Colo definió cruzando para rubricar el 1-0.

Cada vez que River presionó con coordinación y recuperó en el campo rifal, lastimó. Como a los 17 minutos, cuando Beltrán tocó atrás y De La Cruz tiró desde la puerta del área y su intento pasó junto a un palo. En cada destello de Quintero, descansó el elenco de Núñez.

Pero con el correr de los minutos, Defensa creció, con despliegue físico y movilidad. A los 21 minutos, Duarte, de media distancia, asustó a Armani. Dos minutos después, Gabriel Alanís llegó al fondo por derecha, sacó el centro rasante y Herrera cruzó providencialmente.

No obstante, River exprimió cada facilidad. Y así amplió la ventaja. Casco simplificó su intervención en un solo movimiento y abrió para De La Cruz, quien desbordó, cedió al centro y Beltrán, aún con un remate imperfecto, convirtió el 2-0.

Defensa cerró la primera etapa merodeando el descuento. Un intento de Gutiérrez forzó la atajada de Armani. Y en el final, un cabezazo franco de Alanís salió apenas desviado. Y hubo un momento de tensión cuando Marco pisó a un intratable Solari y los dos planteles se trenzaron.

El inicio del segundo tiempo ofreció una sorpresa: la salida de Franco Armani, lesionado (su lugar lo tomó Ezequiel Centurión). En River no impactó: saltó al césped con la intención de evitar la zozobra. A los 20 segundos ya había legado a fondo, con la doble tapada de Unsain a Solari y Quintero.

A los dos minutos, Quintero, de tiro libre, obligó a la atajada del portero. Y a los tres llegó el 3-0: Beltrán corrió 35 metros, cedió para Solari, y el punta cordobés resolvió con calidad. La contundencia y el peso de tres cuartos en adelante, la diferencia que subrayó River en Resistencia.

A pesar de la sensación de llave definida, Defensa mostró vergüenza deportiva y continuó buscando, al punto de que inquietó con el juego aéreo y con la entrada de Alanís que rechazó Centurión.

Pero sin embargo, River amplió la diferencia con otra definición de Solari, esta vez luego de una habilitación de Enzo Pérez. El próximo de River será Patronato, que ya espera en los cuartos de final, luego de superar a Gimnasia La Plata (2-1).