El encanto de los 200 kilómetros de Buenos Aires del TC2000 se desplegó en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez, que con el triunfo de Leonel Pernía y Antonino García afirmó al tandilense para la definición del campeonato con su Renault Fluence, aprovechando la furia con la que cerró el domingo Agustín Canapino (Chevrolet), descartado de la batalla por un polémico toque con Julián Santero (Toyota) que le destruyó una llanta. Para más, García fue el complemento perfecto en la carrera de pilotos invitados, sellando la celebración completa del linaje, que sumó al joven Tiago (hijo de Leonel) ganando en la Fórmula Nacional bajo la mirada de su abuelo, Vicente Alberto Pernía.

El domingo "soñado e impensado" que describió el 'Tano', futbolista referente de la defensa de Boca Juniors en las décadas del 70 y 80, comenzó con la victoria del pilotito de la familia. "Al igual que mis hijos Leonel y Mariano, Tiaguito tiene mucho cuidado en lo físico. Hay que tener condiciones, pero hay que trabajarlas dando el cien por ciento", aseguró Vicente en diálogo con Líbero. Es la enseñanza que en medio de los abrazos y festejos rescató el abuelo que, tras recorrer el mundo con el esférico, supo desatar la pasión del automovilismo hasta ser subcampeón de TC (1997) detrás de Juan María Traverso. A su vez, Tiago es la continuidad de su padre, tío y hasta su primo, que todavía no acelera autos pero ya juega en inferiores del club de la ribera.

Vicente Pernía junto a su nieto Tiago (Foto: Hernán Capa)

Con 18 años, el ganador de la Fórmula Nacional conoció a Vicente como automovilista más que futbolista. "Casi no hay videos así que no lo pude ver jugar mucho, pero sé de qué manera jugaba por lo que me cuenta mi viejo y la gente", rescató. Nació en Estados Unidos cuando Leonel jugaba al fútbol y al radicarse en Argentina, como era ineludible, también tuvo un paso por las canchas al ser parte de las inferiores de Sportivo Italiano. Hasta que un día probó un auto de carreras y decidió inmediatamente su futuro: "Mi objetivo es vivir del automovilismo y daré todo para llegara lo máximo", concluyó. En la suma de puntos del torneo de monopostos, está segundo a siete unidades del entrerriano Emiliano Stang.

El triunfo indiscutido en TC2000

Como buen futbolero, Pernía no tocó la formación ganadora de la última vez. Así fue que la convocatoria para compartir el volante volvió a manos de Antonino García, un estudiante de música con orientación a director de orquesta que, además, maneja la batuta del auto que se le presente. Con solvencia resolvió cada desafío, como la clasificación y la carrera sprint del sábado, en la que se impuso para darle a Leonel el mejor lugar de salida del domingo. Como si fuera poco, de las 60 vueltas pautadas para cumplir los 200 km, el rionegrino de Luis Beltrán manejó 40 hasta ver la bandera de cuadros. 

Pernía le dejó un auto impecable tras el primer turno de manejo, hasta que Antotino tomó el control. "Vi por los espejos que atrás había lucha y para alcanzarme después tendrían que gastar más sus autos", contó García sobre la fricción que protagonizaron varios pilotos por el segundo lugar. Ignacio Montenegro, luego de superar tres autos en el primer giro, le dejó a Gastón Iansa un Fluence en posicón de escolta pero éste no logró soportar el avance del Toyota Corolla que Julián Santero manejó tras el turno primario del multicampeón, esta vez como invitado, Matías Rossi

El ascenso de Agustín Canapino en la segunda parte de la carrera, tomando la posta que le dejó Christian Ledesma, lo arrimó hasta el baúl del producto japonés y desató la contienda. El arrecifeño debió utilizar con inteligencia el botón de potencia extra para igualar la marcha del mendocino al final de la recta principal, hasta que el Chevrolet golpeó con su rueda delantera derecha al infranqueable Toyota y destrozó el elemento, tanto como las ilusiones del campeonato. "Santero me elimina en plena recta, de forma alevosa e intencional", estalló Canapino al ser consultado por el equipo Campeones, sorprendido porque no hubo reprimendas. Las autoridades consideraron que el roce fue del puro fragor y, sin culpables, el segundo lugar del dúo Julián Santero / Matías Rossi y el tercero de Bernardo Llaver / Santiago Urrutia con Chevrolet fue confirmado.

La multitud volvió a copar las tribunas del 'coliseo porteño' y, para ellos, la imagen dominante de Pernía es la misma con la que se analiza el estado de campeonato. "Dimos un paso importante con este equipo no afloja nunca", resumió Leo, que con solo dos carreras por delante tiene 41 puntos de renta sobre su nuevo escolta, Santero, buscando transformar esa distancia en un nuevo título del TC2000.