Documentos de la causa judicial revelaron que otro investigador mencionado por Monsanto es David Kirkland, un toxicólogo que en 2016 escribió junto a Gary Williams un artículo crítico a la decisión de la IARC sobre el glifosato y su vinculación al cáncer. Kirkland trabaja como consultor privado y fue contratado por Monsanto en un grupo de trabajo y lobby sobre glifosato en Europa. La nueva prueba de complicidades entre empresas y científicos circuló durante semanas en toda América y Europa entre científicos críticos y organizaciones sociales que cuestionan al agronegocio. Pero fue omitida por los grandes medios vinculados al agronegocio y al establishment científico.