“Se consideran parte del patrimonio arquitectónico a aquellos edificios que, por sus valores históricos, culturales y emblemáticos son significativos para la sociedad, quien les otorga el carácter de legado”. Un urbanista de nuestra ciudad capital puede leer esta definición cuando recurre a internet para encontrarle sentido a la obra de refacción y puesta en valor del edificio de la antigua Casa de Gobierno de Catamarca.

“¿Qué pasa con la obra de la Casa de Gobierno? ¿Por qué el Colegio de Arquitectos no dice nada a la sociedad, si pagamos nuestra matrícula?”, fueron éstos los interrogantes de un colega preocupado hace unas semanas, en un encuentro casual frente al edificio, quien me motivó a escribir esta nota que, tal vez, puede interesar a los vecinos. Se trata, nada más y nada menos, que de una obra muy importante que diseñó el arquitecto Luis Caravati.

Recordemos que la Casa de Gobierno se ideó inicialmente como un centro cívico para que funcionaran en él las instituciones políticas de la época, y que fue inaugurado el 25 de mayo de 1859. Fue la sede del poder político durante 160 años, hasta que, en 2020, por decisión del gobernador Raúl Jalil, dejó de funcionar como tal con el objetivo de ser reconvertido en museo y centro cultural.

En el libro “Caravati, el gran urbanista”, editado por la Municipalidad de la ciudad de Catamarca, presentado el pasado 15 de octubre en la Feria del Libro local, se menciona que “el proyecto de transformación en museo y, sobre todo, el inicio de tareas de demolición de agregados e intervenciones para recuperar el diseño original, despertaron algunas críticas, pero la Junta de Estudios Históricos de Catamarca apoyó con beneplácito esta obra”.

La Casa de Gobierno no es Monumento Histórico Nacional. En cambio, si es Monumento Histórico Provincial, lo que permite la injerencia de la sociedad catamarqueña en estos asuntos. Pero, abundan los rumores y “pocos se animan a debatir estos temas públicamente ante la realidad de un medio chico en el que todos se conocen y donde siempre alguien debe un favor a otro”. Esta última reflexión corresponde a un hombre mayor que se cruzaba en el momento que estaba admirando la obra, después de charlar con mi colega.

Volviendo al edificio, lo cierto es que la Casa de Gobierno, a la que el actual gobernador no tiene intenciones, por ahora, de regresar, será un Centro Cultural. Llueven críticas ante la cantidad de placas de yeso que revisten las paredes originales y los cielorrasos construidos, que se aprecian al asomarnos por las ventanas abiertas. Hay criterios de intervención patrimonial que sugieren que se podrían dejar los techos con sus estructuras originales a la vista, sin revestimiento alguno. Lo cierto es que el edificio se adaptará a las necesidades del programa arquitectónico: la nueva tecnología requiere que los cables y conductos no se vean y se disimulen entre las placas y la pared portante, para que el protagonista sea el espacio.

Y hablando de espacio, recuerdo que, en la visita al edificio en abril del año pasado (en una invitación de autoridades para ver en qué consistía la obra), ya se notaba, una vez que se accedía por la escalera principal, la limpieza de la planta alta. Antes, el primer piso estaba abarrotado de tabiques que conformaban verdaderas “covachas” que impedían ver (como si sucede ahora) todo el esplendor de la plaza principal, como lo imaginó Luis Caravati en su planteo.

Esa es la fortaleza de la intervención: recuperar la estructura original. Según las fuentes consultadas, se constató en la limpieza de esta intervención, que los escombros retirados luego de la demolición, que constituían los agregados a lo largo de 160 años de vida del edificio, servirían hoy para construir otra media Casa de Gobierno. ¡Tomemos nota de la dimensión cualitativa del volumen que soportaba el edificio!

La obra, al volver a su estado inicial, pone en valor la idea del vacío que Caravati plantea en sus edificios; entendido como espacio arquitectónico por excelencia. Al recuperar los patios originales en Casa de Gobierno, se observa como el arquitecto le encuentra solución a los problemas que se presentan con los desniveles naturales del terreno, articulando en la totalidad, a lo largo de todo el conjunto arquitectónico, con cada uno de los patios. Éstos, constituyen los nexos entre lo construido y lo que el sitio indica.

La última información oficial sobre el estado de avance de la obra, dice que el gobernador la recorrió y pudo ver los trabajos que lleva adelante el Ministerio de Infraestructura y Obras Civiles, que consisten en la restauración general del espacio, respetando el diseño arquitectónico original de Luis Caravati. Las autoridades esperan que la primera etapa de la obra esté finalizada para fin de año. Creemos que es poco probable; seguramente lo veremos en 2023.

A pesar de señalarse a nuestra sociedad como conservadora, la ciudad de Catamarca va experimentando cambios desde hace unas décadas. Considerando las intervenciones que se vienen realizando en los edificios de Caravati, es el momento que el Municipio tome la decisión de cerrar el acceso al automóvil en el área histórica de la ciudad de Catamarca, en la supermanzana conformada por las nueve manzanas que rodean a la plaza 25 de mayo. La Comisión Asesora del Plan Estratégico Integral, pronto a presentarse, lo recomendó como prioritario en concordancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La reciente Cumbre Mundial de alcaldes de C40, realizada en Buenos Aires la semana pasada, mostró que toda intervención integral del patrimonio que se precie, no solo debe reducirse a poner en valor sus objetos arquitectónicos, sino que también debe contemplar una propuesta que la soporte en su trama urbana, con humanidad.

*Arquitecto