En una carta enviada al Papa y haciendo referencia a los dichos de Francisco en su reciente viaje a Bahrein sobre el valor de la paz y el aporte de las religiones para lograrla, los obispos argentinos, reunidos esta semana en asamblea general en Pilar (provincia de Buenos Aires) aprovecharon para señalar que se sienten “desafiados” ellos mismos en Argentina a trabajar en favor del “diálogo, esa herramienta imprescindible y siempre necesaria para fortalecer la cultura del encuentro”.

En la misma misiva le recuerdan a Jorge Bergoglio que “en estos días, hemos tenido un importante intercambio pastoral, donde pusimos en común, además de las dificultades del contexto actual, la vida y el trabajo sinodal de las Iglesias particulares”. El lunes, al abrir el encuentro, el obispo Oscar Ojea, Presidente de la Conferencia Episcopal (CEA), había afirmado que “la profunda división en la que vivimos como sociedad es un motivo de escándalo y es causa de perplejidad para muchas personas” . En la misma ocasión el titular de la CEA recordó que “nuestro pueblo necesita ser escuchado, no solo para recibir respuestas sino sentirse escuchado”.

Ahora los obispos aseguran que quieren hacer su “aporte como Iglesia” a la situación del país para “construir juntos la patria de hermanos que Dios ha querido que fuéramos” pero, le dicen al Papa, “como te sucede tantas veces, no resulta fácil hacerlo en tiempos duros, donde todo es interpretado de modo sesgado y según miradas e intereses que nos son ajenos”.

En la misma asamblea los obispos designaron mediante votación a la delegación integrada por seis de ellos que, junto a otras 33 personas (21 laicos y el resto sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas) representaran a la Argentina en la etapa continental del Sínodo (asamblea eclesial) que se llevará cabo en Brasilia entre el 6 y el 10 de marzo de 2023. La delegación episcopal estará integrada por Oscar Ojea, presidente de la CEA; Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza y vicepresidente primero de la CEA; Daniel Fernández, obispo de Jujuy; Dante Braida, obispo de La Rioja; Ángel Macín, obispo de Reconquista, y Gustavo Carrara, obispo auxiliar de Buenos Aires, formando un grupo que se caracteriza por su pensamiento y posturas muy cercanas a las del Papa.

El día anterior, en carta dirigida a Alejandro Slokar, en su condición de Presidente de la Asociación Argentina de Derecho Penal, Jorge Bergoglio, sostuvo que “para que la función penal no se convierta en un mecanismo cínico e impersonal, necesitamos personas nutridas en formación técnica, pero sobre todo apasionadas por la justicia, conscientes del gran deber que cumplen”. . En la nota Francisco también criticó “la irracionalidad punitiva” y “el uso arbitrario de la prisión preventiva, la prisión perpetua, el encarcelamiento masivo, el hacinamiento y las torturas en las cárceles, como también la arbitrariedad y el abuso de las fuerzas de seguridad, la criminalización de la protesta social y el menoscabo de las garantías penales y procesales más elementales”.

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