La tremenda lucha que mantuvieron en los últimos meses de 2016 por el número uno del tenis mundial parece estar pasando factura ahora a Novak Djokovic y Andy Murray, que se despidieron ayer de Wimbledon con unas molestias físicas que no anticipan precisamente un gran futuro a corto plazo para ambos. 

“Fue un año muy largo y muy duro, con muchos partidos, muchas emociones, muchas cosas en juego. Nuestros cuerpos sufrieron mucho”, admitió Djokovic tras retirarse de su duelo de cuartos de final de Wimbledon cuando perdía por 7-6 (2) y 2-0 ante Tomas Berdych. El abandono del serbio por una lesión en el codo se produjo poco después de que Murray cediera ante Sam Querrey por 3-6, 6-4, 6-7 (4), 6-1 y 6-1. El escocés no se retiró, pero jugó los dos últimos sets con ostensibles problemas en la cadera.

En las ruedas de prensa posteriores, tanto uno como el otro admitieron que evaluarán tomarse una pausa si así se lo recomiendan los médicos. 

Murray y Djokovic, ambos de 30 años, fueron los grandes protagonistas de 2016 en el tenis. Mantuvieron un pulso por el número uno que se estiró hasta el último partido del año, la final de Masters. El que se impusiera acabaría la temporada en la cima del ranking. Ganó Murray.

El británico acabó la temporada con 78 victorias y nueve derrotas, mientras que el serbio sumó 65 triunfos y el mismo número de caídas. Entre los dos se repartieron 16 títulos, entre ellos tres de los cuatro Grand Slam, el Masters de Londres y siete de los nueve Masters 1000.

“El tenis se está volviendo muy físico. No es fácil jugar al más alto nivel durante toda una temporada y después ser capaz de hacerlo otra vez y otra vez cada temporada y mantenerse sano”, señaló Djokovic en el All England Club. “Al final y al cabo, todos somos humanos”.

En lo que va de 2017, Djokovic apenas sumó los títulos de Doha y Eastbourne, mientras que Murray levantó el trofeo en Dubai. Los grandes torneos se los repartieron Rafael Nadal y Roger Federer, que decidieron tomarse un respiro en la segunda mitad de 2016 y recuperarse de sus percances físicos. El suizo, de hecho, aparece ahora como el gran favorito para ganar Wimbledon. Ayer derrotó a Raonic 6-4, 6-2 y 7-6 (4) y mañana se medirá frente a Berdych; la otra semi la jugarán Querrey, primer estadounidense en alcanzar las semifinales de un Grand Slam desde Andy Roddick en Wimbledon en 2009, se medirá con el croata Marin Cilic, que derrotó al luxemburgués Gilles Muller por 3-6, 7-6 (6), 7-5, 5-7 y 6-1.

Cuando termine la competición en el césped inglés, el tenis se tomará un respiro de tres semanas, 21 días sin ningún gran título en juego. La acción regresará el 7 de agosto con el inicio de la gira americana: arrancará en Canadá, continuará en Cincinnati y se cerrará con el US Open. El cuarto y último grande del curso se disputa en Nueva York del 28 de agosto al 10 de septiembre.  

¿Estarán Djokovic y Murray? Parece temprano para responder a esa pregunta.

“Siendo honesto he de decir que sí, que he pensado en descansar”, afirmó Djokovic, campeón de 12 Grand Slam y que arrastra la lesión en el codo desde hace un año y medio. “Cuanto más juego, peor está el codo. Así que supongo que tengo que considerar ahora la opción de parar”.

“A ver cuánto tiempo me lleva, porque desde que tengo esta lesión no he sentido tanto dolor. No es una buena señal”, agregó. “Probablemente lo mejor a corto plazo sea descansar”.

Un tono similar utilizó Murray. “Voy a recibir el mejor consejo médico posible y aceptarlo. Si eso significa que tengo que descansar unas cuantas semanas, así lo haré. Si significa que tengo que entrenar y a la vez hacer rehabilitación, lo haré”, dijo el escocés antes de abandonar las  instalaciones de Wimbledon.

“No sé exactamente qué es lo que va a pasar. Como ya dije, antes de Wimbledon tenía una mentalidad a corto plazo para intentar llegar de la mejor manera posible a este torneo. Lo conseguí y lo hice lo mejor que pude”, agregó. “Para el US Open quedan seis o siete semanas. Me sentaré con mi equipo y veremos el plan que seguiré”, comentó Murray, campeón de tres Grand Slam.