Bajo la premisa de la grupalidad, la amistad y lo comunitario como la salvación frente a un mundo miserable, violento e individualista, la compañía teatral Chica Queen Kong lanza su nueva obra El club, fiesta recaudación, que puede verse todos los jueves a las 22 en Estrella de Maldonado (Av. Juan B. Justo 1439). El colectivo lo integran Manuela Bottale, Belén Di Marino, Victoria Duarte, Martina Kobrinsky, Pia Leone, Camila Miranda, Lucia Sola y Natasha Zaiat, encargadas no solo de la actuación sino también de la dramaturgia y dirección de la obra, en conjunto con Eloisa Walter. Al ser una compañía feminista, “la obra cuenta con una perspectiva de género transversal a la trama, sin ser ese el tema principal de la misma”, expresa Di Marino.

El club, fiesta recaudación presenta el universo de los clubes de barrio, en particular el de uno que está al borde de ser comprado por una pañalera. Frente a eso, socios y vecinos organizan una fiesta recaudación para salvarlo. “La obra propone un recorrido por diferentes espacios de la planta baja del club Estrella de Maldonado, en el que se deja entrever lo roto, lo miserable, lo que se quiere esconder en los sótanos”, cuenta Zaiat sobre el proyecto que presentan, pero que no es el primero. La compañía nació a mediados del 2017 y tuvo como ópera prima la intervención teatral Ensayo contra la moral.

“Las integrantes de Chica Queen Kong nos conocimos en la UNA, en la Licenciatura en Actuación. Somos egresadas de la universidad pública y fue nuestro lugar de encuentro en donde comenzamos a crear juntas de forma autogestiva. Ese mismo año, fuimos convocadas por un festival para hacer una presentación artística y feminista. A partir de ese momento, seguimos trabajando juntas, afianzando la compañía, la propia creación, y creciendo en la producción artística, presentándonos así en cada vez más espacios”, cuenta Bottale sobre los inicios del grupo.

Desde un principio, agrega Kobrinsky, “el proyecto estuvo motorizado por el deseo de actuar y de crear de manera colectiva entre compañeras y actrices. Se nos presentó el desafío de evidenciar y denunciar a través del teatro, el baile, el humor y la ironía, el mundo patriarcal y machista en el que vivimos. Una forma de militancia política desde el lenguaje poético teatral, como una herramienta cultural de transformación social”.

-¿El nombre de la compañía se inspira en Teoría King Kong, de Virginie Despentes?

Martina Kobrinsky: -Sin dudas este libro fue una gran inspiración a la hora de pensar el nombre de la compañía y de qué manera nos interesaba contar eso que durante tantos años callamos. Con Teoría King Kong nos encontramos con una escritora que escribe desde la honestidad y se aleja de todo tipo de juicio de valor. Despentes parte de vivencias propias y, a través de una escritura simple y poética, nos adentra en ese mundo crudo logrando que nos sintamos parte. Toca temas como la violación, los estereotipos de belleza tanto en hombres como en mujeres, los mandatos sociales, entre otros.

-¿Cómo son los procesos de trabajo del colectivo hasta que decantan en una obra?

Natasha Zaiat: -Los procesos de trabajo son muy particulares en cada grupalidad creadora. En cuanto a Chica Queen Kong, podríamos decir que trabajamos en principio desde la improvisación. También nos dividimos en comisiones. Esa fue la forma que encontramos para crear autogestivamente. Nuestra base es el trabajo en conjunto y dialéctico, en un ejercicio de priorizar lo vincular y la creación colectiva. En un mundo donde el individualismo es la lógica imperante y las jerarquías parecen ser la norma, el trabajo autogestivo y horizontal implica un desafío por su alta complejidad, en donde lo colectivo no arrase las subjetividades, pero los individualismos no aplasten la lógica creativa de grupalidad.

-¿Tienen pensado sobre qué tema les gustaría trabajar a futuro?

Manuela Bottale: -Nos interesa abordar lo que aparezca, pero siempre bajo el trabajo colectivo, en conjunto. Queremos que nuestras piezas teatrales cuenten historias con las que el público pueda sentirse representado. Cada creación parte de experiencias vividas, de situaciones que por alguna razón nos marcaron de cierta manera. Y deseamos que el impulso de crear nos conmueva y transforme.