El Comité Nobel emitió un comunicado lamentando la muerte de Liu Xiaobo, Premio Nobel de la Paz 2010, y responsabilizó al Gobierno de China por el fallecimiento del intelectual. La presidenta de la institución, Berit Reiss Andersen argumentó, asimismo, que a pesar de haber sido trasladado a un hospital a finales de junio, estaba aislado y, por tanto, no podía recibir el tratamiento médico adecuado.

El Comité recordó que, al otorgarle el Nobel de la Paz, se distinguió su compromiso y su lucha por la democracia y sus esfuerzos por aplicar los Derechos Humanos fundamentales garantizados en las convenciones internacionales, así como en la Constitución de la República Popular de China.

El Comité consideró además que las noticias sobre su estado de salud antes de su liberación fueron recibidas "entre silencios y reacciones tardías" en todo el mundo, aunque finalmente Francia, Alemania, toda la Unión Europea y Estados Unidos pidieron su libertad incondicional. "Es un hecho triste, perturbador, que los representantes del mundo libre, que tienen la democracia y los Derechos Humanos en alta estima, titubeen a la hora de defender esos derechos", sostuvo Reiss Andersen. 

Por su parte, la organización Human Rights Watch (HRW) criticó la "crueldad" del gobierno chino. "La última vez que un Nobel de la Paz falleció bajo custodia estatal fue en 1938, cuando el pacifista Carl von Ossietzky murió de tuberculosis mientras estaba a disposición de las autoridades en un hospital de la Alemania nazi", recordó HRW.

Liu Xiaobo, condenado a once años de cárcel por "socavar el poder del Estado", fue galardonado en 2010 con el Nobel por su lucha no violenta por los Derechos Humanos fundamentales en China, una decisión que llevó a este país asiático a romper lazos con Noruega, sede del Comité del Nobel de la Paz. En la ceremonia de entrega del galardón, su silla permaneció vacía, ya que Pekín no le autorizó a viajar para recibir el prestigioso galardón.