Keynes vs. White

A principios del mes julio de 1944, los principales países industriales se dieron cita en la Conferencia de Bretton Woods. En este ámbito y luego de debatir acerca del rumbo a seguir en la posguerra, terminó por imponerse el proyecto norteamericano, elaborado por White por sobre la propuesta inglesa de Keynes. Se definió entonces una estructura financiera, de comercio y monetaria internacional basada en el dólar a la vez que se creaban el Banco Mundial y el FMI (organismo donde Estados Unidos se reservó un alto poder de voto y control). Estructura esa que se mantuvo hasta que el gobierno norteamericano (Richard Nixon/1971), acuciado por los costos de la guerra de Vietnam y un pronunciado déficit comercial, decide abandonar el mecanismo que permitía convertir el dólar en oro, al tiempo que devaluaba esa moneda e imponía un arancel que forzaba a otros países a revalorizar sus monedas. Con lo cual se cerró el Sistema Bretton Woods, imperante desde fines de la Segunda Guerra Mundial.

Energía, dependencia, Gelbard

En ese contexto internacional, la crisis petrolera de 1973 junto a la inflación y recesión acontecidas, llevaron a impulsar políticas orientadas a disminuir el déficit a la par que las academias orgánicas se ocupaban de promover las ideas de la ortodoxia económica y abrir caminos para el despliegue de la revolución conservadora neoliberal encarnada por el binomio emblemático de Thatcher-Reagan. Con lo cual, el ciclo del aquel Estado de bienestar de la posguerra (los llamados 30 años gloriosos) también llegó a su fin. Mientras tanto, en Argentina, el desarrollo de esa nueva crisis perjudicó en forma directa la economía del país y profundizó su dependencia, tanto al encarecerse las importaciones como debido a la suspensión de exportaciones y el contrabando sobreviniente. Situación que reforzó el comercio exterior marítimo-fluvial y sus fletes a través de consorcios extranjeros. Lo que afectó negativamente los ingresos de divisas y las disponibilidades financieras, acentuando la desnacionalización de empresas, los aumentos de precios y el desabastecimiento de la población durante la gestión económica del ministro de Perón José B. Gelbard (1974). Temas estos que fueran abordados, días antes de que Perón regresara de su exilio de 18 años en el documento "Economía argentina y socialismo nacional", que elaboráramos en forma conjunta entre los institutos IEPA, CEJ, CEIS, INDEP –integrantes de los equipos técnicos del MNP– (16/11/72).

El despliegue de la mano invisible

Cuando intentamos trascender el significado optimista, y encubridor, de la metáfora acerca de aquella mano invisible motor de la competencia (invocado por Adam Smith en el mediodía de la Revolución Industrial europea) podemos observar objetivamente que desde mediados del siglo XVIII, la actividad crematística derivó en realidad en un proceso sucesivo de: acumulación, concentración y centralización de capitales. Centralización esta que ha permitido articular Empresas Transnacionales (ETN's) con un alto grado de concentración e hiperconectividad en la economía mundial, donde unos 150 conglomerados ‒algunos de ellos con subsidiarias o ramificaciones en Argentina‒ controlan un 40 por ciento del comercio mundial. Empresas Transnacionales que, bajo nuevos rótulos como gobernanza global, promueven el globalismo en tanto proyecto de gobierno corporativo que, conforme sus designios, subordina o destruye (deconstruye) las prácticas políticas, la cultura nacional y los Poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) de los Estados soberanos.

Corredor Litoral: los personeros venales

La actividad marítima mercante, por donde transita cerca del 90 por ciento del comercio mundial y que fuera nominada por Barack Obama como la cuarta fuerza armada, constituye un oculto y silencioso socio de la globalización transnacional. Así, vale la pena recordar que la República Argentina, a partir de las flotas estatales de ELMA e YPF, contó con una importante presencia fluvial y marítima. No obstante, el gobierno Menem-Cavallo-Dromi con sus personeros venales, tampoco tuvo pudor en exponer su perverso decálogo al anunciar: nada de lo que deba ser estatal permanecerá en manos del Estado. Desde esa directriz se avanzó, entre otros aspectos: en desmantelar la Marina Mercante Nacional, en atomizar -en distintas provincias- el sistema centralizado y en pasar a manos privadas los puertos de uno de los cursos de agua más importantes del mundo: el Río Paraná (Ley 24.093). Áreas estratégicas estas que, también bajo el eufemismo de Corredor Litoral, han quedado a merced de intereses estratégicos y de contralor extranjeros, el contrabando, la evasión impositiva, el lavado de dinero y tráfico de drogas. Circunstancias que motivaron para que desde la UIF solicitáramos a otros organismos informes respecto de: las coordenadas de los puestos de control, la ubicación de puertos –estuvieran habilitados o no– como asimismo respecto de la identificación legal, personería jurídica y nacionalidad de concesionarios y/u ocupantes de instalaciones portuarias (2021).

* Carlos Cruz es doctor en Derecho, profesor consulto de la Facultad de Derecho (UBA).