Gastón Sotelo es oriundo de Merlo y sabe por experiencia propia cuál es la composición social del estudiantado de las denominadas “universidades del bicentenario”, creadas en el conurbano bonaerense durante los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner. Sostiene que el movimiento estudiantil cambió, social y políticamente, pero hay quienes se aferran a sus estructuras, aún sin legitimidad.

--¿Cuál es el origen del conflicto?

--El congreso es ilegítimo por donde se lo mire. En primer lugar, el estatuto es claro. Según los artículos 32, 33 y 34, la potestad de convocar al congreso es de la junta representativa. En este caso, fue convocado por la junta ejecutiva, de apenas nueve miembros. En segundo lugar, el argumento para la proscripción es ridículo e inválido. Aduce que ciertos centros tienen los mandatos vencidos, pero si ese es el criterio, ni la propia conducción de la FUA resiste. Tiene que ver con la pandemia y la imposibilidad de hacer reuniones presenciales durante tanto tiempo. Lo mismo ocurrió en muchos sindicatos y clubes. Hay una doble vara.

--¿Y quiénes fueron impedidos de participar?

--Más de 90 centros de estudiantes, 250 congresales, alrededor del 70 por ciento del padrón según nuestros cálculos. De la provincia de Buenos Aires, la UNPaz, UNaHur, San Nicolás, Bahía Blanca, Luján, Undav. Sé que hay también algún conflicto con Unqui. Muchas proscriptos son de universidades del Bicentenario, que permitieron el acceso a la educación superior de los hijos de los trabajadores, que antes hubieran tenido que viajar tres horas diarias para estudiar. En la UNO el 90 por ciento es primera generación universitaria. 

--¿Y qué tienen todos esos en común?

--Que son peronistas. Pero eso no es todo. La primera irregularidad, sobre la que descansa la hegemonía radical, es que violan sistemáticamente el principio de proporcionalidad de la representación. Nosotros fuimos al congreso por primera vez en 2014 con un solo cartón (N de la R: los “cartones” acreditan a los congresales, les permiten ingresar y votar). Al congreso siguiente, en 2016, nos dieron tres, ahora nos quieren arreglar de vuelta con dos. La adjudicación de cartones es absolutamente discrecional y arbitraria.

--¿A qué lo atribuís?

--A que les daban mal las cuentas. Sabían, por los resultados electorales de cada centro de estudiantes, que en un congreso limpio no tenían forma de ganar. Esta vez no les alcanzaba con nuestra subrepresentación y su sobrerrepresentación en el reparto de cartones. Por eso recurrieron a la proscripción.

--Manejan la FUA desde 1983…

--Claro. Imagínate el ruido que genera esa derrota. Y lo inoportuna, además. El jefe político del radicalismo universitario es Emiliano Yacobiti. Yacobiti conduce a Lousteau y aspira a gobernar la capital por su intermedio. ¿Con qué cara va a la interna de Juntos x el Cambio después de perder de local?

--¿Qué va a pasar el sábado?

--Ya está judicializado. Ellos van a intentar hacer un congreso, vacío, triste, ilegítimo, como si no pasara nada. Nosotros, los representantes de universidades del conurbano, ya presentamos un amparo en el juzgado civil de Morón. Y hay otro amparo colectivo, firmado por todos los centros de estudiantes ante el juzgado electoral de la Dra. María Servini de Cubría.

--¿Y las otras fuerzas opositoras?

--El MNR y el PO cerraron con la Franja. La única oposición somos nosotros.