El presidente francés, Emmanuel Macron, reafirmó ayer durante un encuentro con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu que la posición de París frente al conflicto con los palestinos es en favor de la existencia de dos Estados. Con ese objetivo, el mandatario reclamó también que se reanuden las negociaciones entre las dos partes. Macron recibió a Netanyahu en el Palacio del Elíseo en el primer encuentro bilateral entre ambos y reiteró que Francia mantiene un “apoyo indefectible” a la seguridad de Israel, pero no se privó de criticar su política de colonización en los territorios palestinos ocupados. Por su parte, el primer ministro israelí anunció un día antes de llegar a Francia que su país iba a iniciar una “reapertura gradual” a partir de ayer de la Explanada de las Mezquitas, que permanecía cerrada tras un ataque en la Ciudad Vieja donde murieron dos policías.

En el encuentro bilateral, Macron señaló que se debe garantizar que no se cuestionen las condiciones para la negociación y la paz en la práctica y que todos respeten el derecho internacional, y dijo que se refería a la continuación de las construcciones en las colonias. A su vez, pidió una reanudación de las negociaciones con la vista puesta en dos Estados “con fronteras seguras y reconocidas y con Jerusalén como capital”. La réplica de Netanyahu en ese punto vino con el argumento de que, en realidad, los palestinos se niegan a reconocer un Estado judío independiente al margen de las fronteras que tenga. El primer ministro israelí aprovechó para manifestar la inquietud de su país ante cualquier forma de agresión por parte del grupo jihadista Estado Islámico o de Irán: una forma de hacer notar que desconfían de la voluntad de Teherán de respetar el acuerdo que firmó en 2015 con las grandes potencias con el que renunciaba a desarrollar su programa armamentístico nuclear a cambio de un levantamiento de las sanciones. Sobre este último punto, Macron garantizó que vigilará para que haya un cumplimiento estricto de ese protocolo. También dijo que comparte las inquietudes israelíes sobre el armamento del grupo chiíta libanés Hezbulá, y anunció que proseguirá la acción diplomática para erradicar esa amenaza. Por lo que se refiere al conflicto en Siria, el presidente francés hizo hincapié en la necesidad de una transición incluyente y sostenible y en la búsqueda de una paz justa para los sirios.

Desde su llegada al Elíseo, Macron dio signos de cierto cambio en la posición francesa sobre Siria, ya que si por una parte la prioridad es la lucha contra el terrorismo, ya no pone como condición previa que el presidente sirio, Bashar Al Assad, sea apartado del poder, lo que permitió cierto acercamiento con el presidente ruso, Vladimir Putin. Netanyahu afirmó que Francia e Israel comparten el mismo deseo de un Medio Oriente pacificado y señaló la posibilidad creciente de cooperación para lograrlo, sobre todo porque los dos tienen que reaccionar ante amenazas comunes.

Macron invitó a París al premier israelí para que participara ayer en el 75 aniversario de las redadas de más de 13.000 judíos (de ellos más de 4.000 niños) que llevaron a cabo las fuerzas del orden francesas en julio de 1942, durante el régimen colaboracionista con los nazis de Vichy.

En ese acto, el presidente francés, en línea con François Hollande, Nicolas Sarkozy y Jacques Chirac, sus predecesores en el Elíseo, reiteró la plena responsabilidad de Francia en esas detenciones que condujeron al asesinato en el campo de exterminio de Auschwitz de esas personas, lo que supone admitir la responsabilidad de su país en el Holocausto.

Sin embargo, el mandatario no se limitó a comentar únicamente cuestiones vinculadas con el pasado de su país; también consagró parte de su intervención para advertir que en la Francia actual “el racismo y el antisemitismo siguen presentes, y bien presentes” aunque con “nuevas apariencias”. Macron aseguró además que “no cederemos nada al odio, nada al antisionismo porque es la forma reinventada del antisemitismo”.

Netanyahu, en tanto, aprovechó la ocasión para agradecer a Macron sus posiciones contra el extremismo islamista y avisó de que “el islamismo radical quiere destruir nuestra civilización” y “quieren destruir Europa, aunque no parezca evidente” y dijo que sus ataques contra Israel son “sólo su primer objetivo” porque es un país que comparte los mismos valores que el Viejo Continente.