La carta de intención firmada por el Gobierno con la compañía estadounidense Hughes, que extranjeriza la construcción y operación del ARSAT 3, sigue cosechando reveces. El ex vicepresidente de ARSAT, Guillermo Rus, sostuvo que ese acuerdo “carece de legalidad” porque transgrede la ley que creó esa empresa estatal, mientras que el el físico y especialista Jorge Aliaga advirtió que la iniciativa implica la resignación de “canales propios para mejorar la seguridad de información sensible al Estado”.

Tal como Página/12 lo informó en su edición de hoy, el acuerdo entre Arsat y Huges supone la creación de una nueva empresa denominada Newco, controlada en su mayoría por la firma estadounidense. Esto iría a contramano de la legislación que creó Argentina Soluciones Satelitales S.A.

Según Rus, uno de los responsables del impulso tecnológico en materia satelital puesto en marcha durante la gestión de Néstor Kirchner, “cualquier modificación” que se hiciera sobre “el patrimonio de Arsat, su composición accionaria o su infraestructura esencial” debe “pasar por el Congreso”.

Durante una entrevista con “A los botes”, por FutuRock FM, el especialista se manifestó “en contra de una privatización de Arsat” y criticó, además, “el desbalance” en que cayó la empresa durante la gestión de Cambiemos.

Por otra parte, rechazó el argumento oficial de que la estatal no es sustentable. “Es mentira que le genera un gasto al Estado”, puntualizó y explicó que “el principal foco que tiene Arsat es demandar a la industria que fabrica satélites estos satélites”. “Nosotros tenemos a Invap y su red de proveedores” y “si Arsat no le demanda satélites, no se los demanda nadie”, dijo.

“Es parte de la ley que los satélites se tienen que financiar con fondos generados por la propia empresa y por crédito privado –prosiguió-. La comercialización de servicios es la forma de financiar el crecimiento de la flota sin requerir transferencias del tesoro de la Nación. Arsat no le cuesta nada al Estado."

Jorge Aliaga, ex decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, coincidió en ese aspecto. “Desde el punto de vista estratégico, lo que se pierde, es la posibilidad de Arsat de tener ése negocio e ir desarrollando tecnología propia a través del Invap y distintas empresas argentinas, como se había hecho con el resto”, argumentó.

Además, advirtió que el acuerdo con la empresa estadounidense no solo resigna “soberanía tecnológica” sino que también deja en manos de una empresa extranjera la posibilidad de que Argentina tenga “canales propios de comunicación interna que sirvan para mejorar la seguridad de in formación sensible del Estado”.

“Ese acuerdo pone en evidencia que algo que el Ministerio de Ciencia y Técnica “intentó negar en un principio: que están teniendo menos recursos para ejecutar los programas que tenían pensado", dijo durante una entrevista en el programa “Maldita Muerte”, por FM La Patriada.

Otra de las cuestiones más graves es que el convenio termina con el plan satelital geoestacionario argentino y resigna el desarrollo de la banda Ka, que permite brindar Internet de banda ancha a usuarios finales, a manos de Newco. “Todo el mundo dice que ha futuro una parte interesante de este negocio estará en la banda ka, o sea, que el Estado resigne ese pedacito que tenía para poner un política propia, desarrollo propio y autónomo en banda ka, estratégicamente es delicado”, concluyó Aliaga.