Al repensar el desarrollo y auge de la escena musical mendocina en la última década, Mariano Di Césare y Mariano Peccinetti son sin dudas dos arquitectos fundamentales en su edificación. De hecho, cada uno se encuentra al frente de sendos proyectos referenciales no sólo en la galaxia artística de la capital cuyana, sino también en el actual universo sonoro nacional: mientras que Di Césare comanda a los indie Mi Amigo Invencible (y tiene en El Príncipe Idiota a su laboratorio alternativo), Peccinetti lleva adelante a los psicodélicos Las Luces Primeras.

A partir de la reactivación de la movida local en 2022, los Marianos salieron a poner a prueba el estado de salud de las propuestas de sus respectivas bandas, y pudieron comprobar su vigencia con música nueva. Las Luces Primeras sacó en mayo el single Microdosis, macrosueños (junto a Hijo Único) en tanto que Mi Amigo Invencible puso a circular en agosto uno de los mejores discos argentinos del año pasado: Isla de oro.

Entre un lanzamiento y otro, ambos compartieron fecha en Niceto Club, lo que les sirvió para recordar la época, en la que ambos fueron parte de una misma banda: Deimpost, hace dos décadas. El nombre del cuarteto significaba "Deja de Imitar Posturas". Si la movida del Buenos Aires Hardcore tomó como consigna el uso de siglas, a los mendocinos se les dio por las abreviaturas. "No es que se le agarró ahora por teñirse el cabello. Hay fotos de chico donde ya tenía ese color", advierte Peccinetti.

--¿Cómo se conocieron?

Peccinetti: --Nos conocimos yendo a ver recitales de hardcore en Mendoza...

Di Césare: --¿No nos conocimos mientras estudiábamos juntos en el colegio, en el Bellas Artes?

Peccinetti: --No. Vos ibas a la mañana y yo a la tarde.

Di Césare: --Tengo una foto para mandarte que es muy zarpada: aparecés con tus rastas, en un garage en Mendoza.

Peccinetti: --En ese momento yo no tenía banda, y ustedes necesitaban un bajista...

Aparte de Di Césare (izquierda) en viola y Peccineti en bajo (atrás), Deimpost la constituyeron Arturo Martín (actual componente de Mi Amigo Invencible) en batería y Jimena Baldor en voz. El promedio de edad era de 16 años.

¿Cómo era Mendoza en ese momento?

Di Césare: --Era muy ska y reggae. Pero en los recitales se rompían los géneros porque podías ver a alguien con rastas viendo una banda de metal.

Peccinetti: --Nosotros estábamos entre el nü metal y el hardcore.

Di Césare: --Tenía esa banda de hardcore porque venía del heavy metal. Mi grupo anterior estaba inspirado en un sonido como el de Pantera.

Peccinetti: --Los lugares para tocar eran boliches de cumbia que abrían entre semana para que tocaran bandas. También estaban los cafés, y el teatro Gabriela Mistral. La otra opción eran los festivales universitarios.

► Educación marianista

Cuando el frontman de Mi Amigo Invencible se refiere a ese periodo, que oscila entre finales de los '90 y el alba de los 2000, destaca la "universalidad" de esos grupos mendocinos de punk y hardcore. "Además de Fuera de Tiempo, con la que tocamos dos veces en Cemento, compartimos fecha con Embate, Cuyote Peligro, Mostomalta, Slam, Operación Vudú y Cinical", evoca. "Era una movida enorme de altas bandas", celebra. Y también destacaba el grupo de punk rock Kinder Videla Mengele, que en 2021, para celebrar sus 35 años de trayectoria, estrenó el documental Docupunk.

¿Cómo se iniciaron en la música?

Di Césare: --Me hice músico por mi entorno y por mi hermano, Juampi. Como él es mayor, yo quería hacer lo mismo que él. Me gustó siempre la música gracias a mi familia. Cuando empecé a recorrer los recitales, a los 11 o 12, me di cuenta de que Mendoza no era tan aburrida. Para poder sobrevivir, lo más hermoso era encontrarte con un recital. Fue un estado de supervivencia constante, y lo sigue siendo.

Peccinetti: --Viví toda mi infancia en Las Heras. A pesar de que era un barrio chico, siempre hubo mucha música. A los 11 empecé a estudiar guitarra. Y, luego de pasar por varias bandas, a los 15 entré en Prisma, donde estaba Mariana Päraway, que era amiga de mi hermana. Ahí comencé a componer. Más tarde entré en Deimpost. Tocamos en garages y llegamos a compartir con un grupo alemán muy bueno llamado Tidal.

Esa noche, tras ver al cantante y guitarrista del grupo europeo, Christian Späth, versar sobre la luna en ese rincón de la Cordillera, nada volvió a ser igual para los Marianos. "Después nos mudamos a la experimentación con la electrónica", reconoce Di Césare. "¿Te acordás de la época del grupo Entre Ríos? Empezamos a jugar con eso, con lo que hacía Lali Puna", inquiere. Y su tocayo añade: "Era el inicio de la indietrónica. También queríamos montar un proyecto tipo Postal Service. De esa época tengo una versión de Todas las hojas son del viento (clásico de Spinetta), que grabamos en mi casa".

Di Césare dice que en Peccinetti encontró "un compañero" para involucrarse en la indietrónica, que "en ese momento no se hacía" en Mendoza. "Sabía que él experimentaba mucho con eso. Para mí él era el representante de esa experimentación en Mendoza. Hacía un viaje muy largo de Luján hasta Las Heras, que son dos distritos muy lejanos, para ver cómo este chabón hacía todo eso. Luego, dejamos de vernos por un tiempo."

Entonces Peccinetti empezó a introducir a Trasvorder en los afters de la ciudad de Mendoza, con una compu y una guitarra. Al tiempo que Di Césare y sus nuevos socios crearon los Goonies, el antecedente de Mi Amigo Invencible. "En 2003 y 2004 teníamos ganas de hacer algo más cancionero y pop", explica Di Césare. "Como veníamos del punk y del hardcore, el pop era mala palabra. Hasta que en 2006 nos fundimos en The Strokes y El Mató."

--¿Qué te pasó con eso?

Di Césare: --Me emocionaron muchísimo. Recuerdo el impacto que recibió mi corazón cuando los escuché. Sentí que acá había algo más, y que debía explorar ese universo.

Eran tiempos del rock alternativo en Mendoza. De la aparición de Glamour, Camisones, Silver Mangiacatzi y Hora Cero. Al igual que del movimiento telúrico que comenzaban a provocar La Skandalosa y Pasado Verde.

Foto: Cecilia Salas

► Siempre están volviendo

Al terminar la secundaria, Peccinetti conoció al cineasta Ezequiel Acuña. Había hecho Nadar solo, y se armó un festival musical en la capital cuyana para promocionar la película. En el evento, el mendocino estableció contacto con varios grupos y solistas de Buenos Aires, con los que pegó onda. A tal punto de que lo tentaron a probar suerte en la gran ciudad. Y cuando Marcelo Ezquiaga lo llamó para coproducir el disco Un buen pescador, el entonces mandamás de Trasvorder se estableció en Capital. Luego de curtir el under porteño, un lustro más tarde decidió volver a sus pagos.

--¿Y vos por qué decidiste irte, Dengue?

Di Césare: --Mientras venía recientemente a Mendoza, me preguntaba por qué me fui. Y lo descubrí de vuelta: había un entusiasmo por la aventura muy grande. La primera o segunda canción del primer disco de Mi Amigo Invencible se llama Conservantes. Si bien la letra me da gracia, porque me parece adolescente, hay algo en lo conservador que me empujó a irme. No volví a mi ciudad porque en Buenos Aires encontré ese abanico interminable. Artistas de las nuevas generaciones, como Usted Señálemelo, pudieron hacer su refugio en Mendoza e ir a tocar a capital. Pero cuando nosotros nos fuimos, ese canal no existía. Y siento que ese canal lo abrimos nosotros, yendo y viniendo, porque tocábamos en paralelo. Si los indígenas en Mendoza armaron canales para hacer bajar el agua de la montaña, nosotros lo hicimos para que el agua circulara entre Buenos Aires y el interior.

--Cuando volvés, ¿seguís viendo a tus amigos?

Di Césare: --Cada vez que vengo a Mendoza, me encuentro con amigos. Por suerte, van quedando algunos: los más importantes y los más viejos. Pero también me fui haciendo de amigos nuevos, lo que es muy bueno porque las generaciones van avanzando y era lo que no veía cuando me fui. Me encuentro con una Mendoza más versátil que antes, pero el despegue sigue siendo acotado.

¿Y vos cómo los ves, Mariano? Tenés la mirada local…

Peccinetti: --Veo que creció mucho, lo que la hace especial. También tiene algo particular: la montaña tiene su cosa, los artistas que saben mirar la naturaleza lo depositan en las canciones. Eso se nota en la búsqueda del sonido. No sé si me siento responsable o si soy parte del principio, porque no sé cuál es, pero confío en el trabajo y en tener continuidad en grabaciones y conceptos.

► Artes y planes

Di Césare y Peccinetti se encuentran en la última parte de la nota en Mendoza. El primero desde la casa de sus padres, el otro mientras cruza la Cordillera hacia Chile. Aparte de los propiamente generacional y musical, ambos Marianos coinciden en otros dos rasgos: producen musicalmente a otros músicos, y también son artistas visuales: Di Césare es realizador audiovisual y Peccinetti hizo carrera en el collage casi en simultáneo a la aparición de Las Luces Primeras, en 2014. La mismísima Patti Smith está entre sus fans.

Tampoco sus expectativas en 2023 difieren. Si para el frontman de Las Luces Primeras su deseo es sacar su nuevo material y viajar; para el de Mi Amigo Invencible es reafirmarse. Lo que ciertamente lograron con Isla de oro. "El 2022 fue un año increíble para la banda. Te diría que fue el mejor", desliza Di Césare. "La recepción del nuevo disco fue la mayor que tuvimos hasta ahora."

--Es que nunca dejaron de batallarla, incluso en su último recital del año.

Di Césare: --Ésa es una característica muy Invencible. Fue un gran recital porque conectamos con la gente en el poco tiempo que tuvimos para tocar. El plan que armamos en 2021, lo superamos. Pensamos sacar un disco y salir de gira, y todo fue muy sorpresivo. Aún no puedo hacer un balance, pero sí agradecer.