En Francia, la prestigiosa universidad Sciences Po prohibió a sus alumnos usar el robot conversacional ChatGPT, una inteligencia artificial capaz de responder a preguntas y redactar ensayos académicos. 

La institución advirtió que su uso, en especial sin reconocimiento de que se recurrió a esa tecnología, puede derivar en sanciones como la expulsión.

"El uso sin mención explícita de ChatGPT en Sciences Po o de otra herramienta que recurra a la inteligencia artificial está por el momento prohibido para la realización de trabajos orales o escritos", informó la dirección del centro de estudios en un correo electrónico. 

Sciences Po es el primer centro de educación superior de Francia en anunciar oficialmente que prohibe a sus alumnes recurrir a este robot conversacional. Su uso, de todas maneras, está permitido con fines pedagógicos en caso que lo determine un docente.

La universidad determinó que quienes infrinjan esta regla podrán ser sancionados "incluso con la expulsión de la institución o de la enseñanza superior", según el mensaje enviado a docentes y alumnos.

Una IA con capacidad de plagio

Desde noviembre, el uso de la inteligencia artificial ChatGPT se propagó rápidamente por el mundo educativo en distintos países. Un mes después, ocho universidades de Australia estimaron que su uso por los estudiantes podría considerarse como copiar.

El correo de Sciences Po subraya que esta herramienta "plantea serios interrogantes a los actores de la educación y de la investigación en todo el mundo" sobre el tema del "plagio".

En un experimento, el profesor de la universidad de Minnesota Jonathan Choi y otros autores demostraron que el robot conversacional creado por la empresa californiana OpenAI era capaz de aprobar por poco los exámenes de ingreso a una facultad de Derecho estadounidense.

En noviembre, Open AI creó una web para que los usuarios experimentaran con ChatGPT. En pocos días, millones de personas interactuaron con esta inteligencia artificial, que funciona respondiendo preguntas y utiliza más de 175 millones de parámetros.

A través de las redes sociales, los usuarios fueron compartiendo los desafíos que le dieron al chatbot: resolver un problema de programación, crear un ensayo académico comparando dos teorías, escribir el guión de un juego o crear una partitura musical.

Los usuarios destacaron que el chat demostró tener capacidad de dar respuestas acertadas y completas, con una gran cantidad de vocabulario e información y tomando las palabras en contexto.