Desde Córdoba

La versión cordobesa de Juntos por el Cambio transita horas complejas de cara a las elecciones provinciales. Mientras Hacemos por Córdoba gana tiempo y hasta se da el lujo de ocuparse de una eventual precandidatura presidencial de Juan Schiaretti, el guión mediterráneo de la oposición sigue navegando en indefiniciones.

Desde hace casi un año, el interrogante es saber quién estará al frente de la fórmula que competirá para reemplazar al veterano dirigente peronista y cambiar de color político tras casi 25 años de dominación de la coalición fundada a finales del siglo pasado por el fallecido José Manuel de la Sota.

El extrovertido senador Luis Juez (Frente Cívico) como el diputado Rodrigo de Loredo (UCR-Evolución) son, desde la finalización de las elecciones de medio término, los dirigentes más convocantes de JxC. De hecho, fueron los candidatos cordobeses más votados en la historia de los comicios legislativos desde la vuelta de la democracia.

El tiempo y la falta de cintura de las dirigencias, más algunas intromisiones de peso desde afuera, en torno a la manera de dirimir la principal postulación mantiene navegando en un mar de incertidumbre al futuro de la alianza. Sin la posibilidad de digitar la fecha de elecciones, potestad del Poder Ejecutivo, el hormigueo comienza a ganar a las bases y segundas líneas.

Lejos, dicen, está el escenario de 2019, cuando Cambiemos fue partido a las provinciales con Mario Negri y Ramón Mestre hijo y facilitó la reelección de Schiaretti.

Pero el reloj corre.

¿Dónde usás los dientes?

Días atrás, la presidenta del PRO, Patricia Bullrich tocó suelo cordobés sumándose al desfile de dirigentes de peso nacional y logró que ambos referentes cordobeses posaran a su lado, sonriendo. No es poco. A principios de año ambos decidieron tomarse unos días de descanso y no recibieron a Horacio Rodriguez Larreta ni Gerardo Morales. ¿Sólo una desinteligencia?

Más allá de esto, es cierto que en lo que va de 2023, las diferencias le van ganando el partido ante las coincidencias. Mientras Juez reclama cada vez más a viva voz un acuerdo dirigencial entre los principales referentes provinciales, De Loredo aboga por una compulsa electoral que permita definir el “1-2” de la boleta.

Para las huestes del senador, eso sería funcional al oficialismo, que podría jugar al desgaste de la alianza. “No podemos cometer el error de siempre. Si no nos podemos poner de acuerdo entre nosotros, ¿cómo vamos a gobernar la provincia?”, se pregunta ante cualquier interlocutor. Para el diputado, en cambio, sería dar una imagen de institucionalidad. “Yo quiero que haya una interna. Luis no. entonces yo le propongo que hagamos una encuesta”, indicó el diputado que responde a la línea interna de Martin Lousteau.

En lo que sí coinciden es en que se está ante una oportunidad histórica de “desbancar al peronismo”.

Un termómetro de la situación lo dio el diputado nacional Marcos Carasso. En declaraciones radiales, quien funge como presidente de la UCR reclamó que ambos lleguen a un acuerdo no más allá de la semana que viene. “Ambos tuvieron tiempo de mostrarse. Se acabaron las prácticas, hay que jugar por los puntos. Eso significa rápidamente definir”, expresó a Radio Universidad de Córdoba.

Ese “tiempo de muestra” al que alude el titular del centenario partido sirvió también para poner en claro los apoyos nacionales de cada uno de los candidatos. De Loredo cuenta con la bendición de Mauricio Macri, además del lógico respaldo de Gerardo Morales y Lousteau. En cambio, Juez se recostó en Horacio Rodríguez Larreta y en la propia Bullrich

Con Macri, en cambio, la relación nunca fue buena y se terminó de romper tras la difusión, en pleno Mundial de Qatar 2022, del encuentro que el expresidente mantuvo con el candidato oficialista, Martin Llaryora. “Me cayó horrible, pero tengo una ventaja: no le pido permiso para nada. Molesta e irrita. No ayuda, confunde”, bramó el senador, quien en la semana compartió un almuerzo con Domingo Cavallo.

Todos contra Juan Schiaretti

En la inauguración de las sesiones ordinarias de la Legislatura cordobesa, tribuna que Juan Schiaretti utilizó para probarse el traje de precandidato presidencial, De Loredo y Juez volvieron a compartir espacio. Sin tanta sonrisa, le reclamaron al titular del Poder Ejecutivo provincial que dé a conocer la fecha para las elecciones provinciales.

De acuerdo al Código Electoral provincial, los comicios deben realizarse entre los 60 o 180 días antes del 10 de diciembre. Sin embargo, el propio Schiaretti dilata la cuestión, más allá que desde su entorno se repite que no hay intenciones de modificar la normativa.

De continuar en esta tesitura, Córdoba podría desdoblar los comicios locales y terminaría votando en junio. A priori, las fechas tentativas son: el 18 de junio, cuando se celebrará el Día del Padre y además será el domingo de un fin de semana extra largo de cuatro días, o el 25 de ese mes, un día después de la formalización de las fórmulas para las PASO nacionales.

Coincidentemente, Llayora también tiene apuro por conocer la fecha, aunque busca que los comicios sean en mayo para aprovechar los efectos de las prolijamente encadenadas inauguraciones en la capital.

Cuánto más alto trepa el monito…

“Se va a arreglar. Vamos a presentar lo mejor. Sólo faltan detalles”, señalan, con optimismo, fuentes de la coalición frente a la consulta de este diario.

Ese optimismo remite a noviembre de 2021, cuando el binomio se encontraba en uno de sus puntos más altos. Ambos acababan de ganar las elecciones de medio término y, en un coqueto hotel del norte de la ciudad capital, mientras todavía se hacían las cuentas finales, Juez tomó el micrófono y dijo: “Voy a ser gobernador”. A su lado, De Loredo sonreía y saludaba a la militancia radical. La euforia había alumbrado la fórmula opositora: Juez gobernador - De Loredo intendente.

En la segunda parte de 2022, todos los integrantes de Cambiemos empezaron a acercar posiciones en torno al famoso reglamento interno. Las reiteradas consultas de este diario a la mesa chica chocaron con la misma respuesta: “Estamos trabajando. Sólo faltan detalles”. Después, llegaba el momento de las flores y los elogios a la unidad, la ratificación del carácter de “irrompible” de la alianza, la fortaleza de la amistad personal entre ambos y sonrisas por doquier.

Con el paso de los meses, los movimientos del joven delfín radical mostraban cierta disconformidad. Basculó entre la candidatura a la intendencia y a la gobernación. Tuvo baño de masas y minutos en la TV nacional. Además, no son pocos los intendentes radicales que declaman, ganados por la nostalgia de las épocas de Eduardo César Angeloz y Ramón Mestre padre, que es el momento para que la UCR vuelva a ocupar la gobernación de la “isla” cordobesa.

Con su estilo border, Juez mostró lo suyo y los dardos comenzaron a perder sutileza. Empero, desde la central nacional repiten que “los candidatos de Córdoba se definen en Córdoba”.

Con este panorama veraniego, la autonomía en torno a la vida interna comienza a parecerse más a un laberinto de difícil salida que podría significar el tropezar dos veces con la misma piedra. Con este estado de situación, no sería extraño que la dirigencia nacional tome cartas en el asunto de manera abierta, puesto que un desmembramiento en la provincia que vio nacer a la principal alianza opositora sería arrancar el juego en desventaja.

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