La planta de la ex Cresta Roja ubicada en Esteban Echeverría amaneció cerrada y rodeada por la Gendarmería. Los trabajadores que vienen de resistir nuevos despidos esperaban que la empresa cumpliera con la conciliación obligatoria pero, en cambio, se encontraron con un lockout, paro patronal, que afecta más de 1.200 los puestos de trabajo. Advertidos por esta posibilidad, ya se habían concentrado el domingo a la noche, en una vigilia para defender sus empleos. La faenadora de pollos había sido puesta como emblema de la “reactivación” por parte del gobierno, luego de la quiebra presentada por el grupo Rasic, aunque nunca volvió a incorporar a la totalidad de los empleados, bajó los sueldos de los que quedaron adentro y flexibilizó sus condiciones laborales.

Alrededor de las 3 de la mañana llegó un importante operativo de fuerzas de la Policía Bonaerense y la Gendarmería y a partir de las 5 un grupo de esos efectivos se desplegó sobre la Autopista Ricchieri con el objetivo de impedir un piquete de los trabajadores. Allí se hizo presente, para llevar su solidaridad, una delegación de trabajadores de PepsiCo. La acción se mantuvo hasta las 15 cuando realizaron una asamblea, y resolvieron volver a cortar hoy a las 7 la autopista Ezeiza Cañuelas, a la altura del kilómetro 31.

En tanto, en otra asamblea que se realizó en la planta 1, ubicada en Ezeiza, los trabajadores votaron unificarse en el reclamos y en la lucha con sus compañeros de la planta 2. 

Por otra parte, en medio del conflicto avanza el proceso de destitución de la comisión interna, una exigencia de los trabajadores desde hace casi dos meses, y en este sentido el sindicato se comprometió a presentar el acta firmada que certifique esta situación.

Al costado de la planta, en la localidad de El Jagüel, se desplegó la policía durante la madrugada sobre la colectora y la autopista Ezeiza-Cañuelas. Al cerrar la fábrica, la empresa incumple la conciliación obligatoria que se había decidido el viernes pasado en el Ministerio de Trabajo. Por eso los trabajadores acudieron para volver a sus puestos pero se encontraron con el bloqueo de los uniformados. El rumor que corrió el fin de semana sobre el posible lockout patronal se basaba en hechos: no habían convocado a los empleados del turno noche para la carga de los camiones y tampoco había pollos para la faena. Sin embargo, por más que el acta firmada en Trabajo impone un mecanismo ambiguo que daba lugar a distintas interpretaciones, los más de 50 despedidos se presentaron en la entrada con el propósito de tomar servicio. Ya habían resuelto que si no podían entrar, lo que finalmente sucedió, continuaría el paro, el piquete y otras medidas como el llamado a la solidaridad con este conflicto emblemático. 

La crisis en Cresta Roja comenzó en 2014 y se fue agudizando hasta que en diciembre de 2015 los trabajadores que había cortado la autopista Ricchieri fueron reprimidos con balas de goma. Fue el debut de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, quien en un comunicado oficial justificó el operativo en que había un “infiltrado del PO que pretendía tomar el aeropuerto de Ezeiza”. Tras la quiebra que presentó el grupo Rasic, intervino el ministerio de Trabajo y la planta volvió a producir en abril de 2016 pero con sólo un tercio del personal, 1300 de 3500, rebajas salariales y contratos temporarios.