El ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, premió a la sargento Natalia Tapia Almeyda con un ascenso "extraordinario" por su "desempeño profesional" durante la represión con la que la Bonaerense y la Gendarmería desalojaron a los trabajadores y trabajadoras de Pepsico el 13 de julio pasado en la planta que la multinacional tiene en Vicente López, después de semanas de acampe y una toma pacífica de la fábrica en reclamo por los 600 despidos, avalados por el Ministerio de Trabajo. "Lo único que tengo que lamentar es que hay 15 policías heridos", se había solidarizado Ritondo aquel día luego de la represión. 

El ascenso a un grado superior para Tapia Almeyda se hizo efectivo a través de la  resolución 171. La sargento, que se desempeña en el Destacamento de Infantería de Azul, fue convocada para el operativo con palos y gases lacrimógenos de mediados de julio, que obligó a desalojar un jardín de infantes cercano a la fábrica. La mujer policía fue hospitalizada tras la represión por una fractura expuesta tras recibir el impacto de un banco que fue arrojado desde adentro de la fábrica, donde los operarios despedidos resistían en reclamo de sus puestos de trabajo.   

"La policía actuó como tiene que actuar", fue la versión de Ritondo tras el desalojo que dejó heridos y detenidos entre los despedidos y en el que también se golpeó a trabajadores de prensa que habían llegado para cubrir el desalojo. Por su parte, la condecorada, durante su internación había sintetizado: "Nosotros trabajamos, somos personas y tenemos sentimientos encontrados en estas situaciones. La orden era desalojar". 

La represión generó un amplio repudio de organizaciones sociales y políticas y referentes de derechos humanos, que una semana después marcharon masivamente desde el Obelisco hasta el Congreso. Mañana, la movilización se repetirá desde las 7.30 y volverá a terminar frente al Parlamento, donde los despedidos instalaron una carpa, para reclamar que la agenda parlamentaria "trate los problemas de los trabajadores".